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Quizá esas acciones ayudaron a que existiera una reducción en la actividad criminal, según lo expone el Índice de Denuncias de Delitos (IDD), elaborado por investigadores enfocados en materia de seguridad, que estudian la evolución de los delitos que son denunciados con mayor frecuencia en Guatemala.
Entre estos se encuentran cargos cometidos contra las personas, como el delito de homicidio, lesiones, violaciones y secuestros; también se evalúan delitos contra la propiedad, como las extorsiones y el robo de vehículos, motocicletas, furgones con mercadería y el robo en residencias.
Walter Menchú, del Centro de Investigaciones Nacionales (Cien), manifestó que por las medidas sanitarias quizá existan menos denuncias ante el Ministerio Público (MP), pero añadió que “tampoco se puede negar que hay menos delitos y que sea por la pandemia, tampoco le quita su mérito a esa reducción”.
Hasta mayo último, las denuncias disminuyeron en un 4.4%, y al hablar concretamente de los nueve delitos con mayor incidencia en Guatemala, las reducciones llegan a un 7.3% al hablar de conductas criminales contra la integridad de las personas, y en un 1.4% cuando se atacaron bienes o propiedad privada.
La percepción no cambia
A criterio de María del Carmen Aceña, directora del Área de Seguridad Ciudadana del Cien, aunque los números son positivos, las personas consultadas no se sienten con mayor seguridad en las calles y esto podría ser en parte por el papel que juegan las redes sociales.
“Lamentablemente las noticias malas corren muy rápido y en el mundo digital que tenemos en las redes sociales un evento negativo se multiplica y un evento positivo no se multiplica. Sí pueden haber testimoniales de personas que pueden decir que en los últimos seis meses fueron víctimas de algún delito y la mayoría de las personas nos decía que el robo de celulares ya no es tan dramático como hace cinco o seis años”, manifestó Aceña.
El documento manifiesta que en el 2020 existe una disminución del 35% de muertes violentas en comparación al año pasado. Actualmente la tasa de muertes violentas es menor a 200 casos mensuales, números que son alentadores, según los expertos.
De momento, entre las principales conclusiones que arroja el estudio es que las instituciones en materia de seguridad deben evaluar con mesura este tipo de estadísticas, ya que con ellas podrán ir afinando las políticas públicas y el trabajo interinstitucional que podrá, además de dejar números positivos, mejorar la percepción de los ciudadanos.