Justicia
Carteles mexicanos ingresan a Guatemala en caravanas por “misiones específicas”
Investigadores policiales afirman que grupos armados ingresan en caravanas de 12 a 15 vehículos. Movilización de familias mexicanas hacia Guatemala continuarían, dice Flacso.
Un soldado resguarda el área de Cuilco, Huehuetenango, donde se han refugiado familias mexicanas que huyen de los narcotraficantes .(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
A pesar de que en su momento el Ejército y la Policía Nacional Civil (PNC) negaron oficialmente la "invasión" de narcotraficantes mexicanos en la zona fronteriza de Huehuetenango, investigadores policiales reconocen que, aunque estos grupos criminales no están establecidos de forma permanente en territorio guatemalteco, sí han realizado incursiones para cumplir con "misiones específicas".
Luego de que el medio mexicano Milenio informara que narcotraficantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) habían instalado puestos de control en áreas de Huehuetenango, las autoridades guatemaltecas lo desmintieron. Sin embargo, agentes policiales destacados en la seguridad fronteriza aseguran que, aunque el aumento de personal ha dificultado el paso directo de los cárteles al territorio nacional, estos han logrado ingresar a través de puntos ciegos en la franja transversal del norte, para cumplir misiones dirigidas a personas que "no cumplen con los acuerdos pactados".
"Si bien no están asentados de manera permanente, realizan incursiones específicas para asesinar a alguien por represalia. Entran por puntos ciegos, en caravanas de 12 a 15 vehículos, con hombres fuertemente armados", comentó un investigador policial.
"Es evidente que ingresan con objetivos puntuales, a veces con el aval de autoridades locales, para eliminar a quienes fallan en los negocios", añadió.
Para contrarrestar estas incursiones, las autoridades han reforzado la presencia de la PNC en zonas vulnerables al ingreso de estos grupos, como Huehuetenango, Petén y Ayutla, San Marcos, en esta última región este año se ha registrado un repunte de violencia relacionada con el narcotráfico.
El director de la PNC, David Custodio Boteo descartó que en la frontera con México existan puestos de control de narcotraficantes como reportaron medios mexicanos, aunque reconoció que sí han recibido información sobre la entrada de estos grupos, lo que ha motivado el fortalecimiento de la seguridad en ciertos puntos críticos, particularmente en puntos ciegos.
"Hemos recibido información de que ingresan por Playa Grande, Quiché, así como por la franja transversal del norte y el occidente, lo que nos llevó a reforzar la seguridad con más personal de la PNC y del Ejército", explicó.
En la publicación del 6 de septiembre, Milenio aseguró que fuentes del Ejército guatemalteco admitieron que era la primera vez que cárteles mexicanos instalaban puntos de control en territorio guatemalteco, lo que podría sugerir una invasión del país. No obstante, el Ministerio de Defensa guatemalteco también desmintió tales afirmaciones.
Subregistro
En Julio último, 44 unidades familiares, equivalente a 260 personas, se refugiaron en Cuilco, Huehuetenango, debido a que los narcotraficantes irrumpieron en sus viviendas para atemorizarlos, por lo que se les entregaron certificados de permanencia humanitaria, mientras se solventa su situación migratoria en definitiva.
Rosario Martínez, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), afirma que durante investigaciones recientes, se percataron que las movilizaciones desde México se ampliaron a lo largo de la frontera con Huehuetenango. Sin embargo, lo catalogan como un subregistro, debido a que las familias entran y salen y no lo notifican a las autoridades guatemaltecas.
“Están escapando de la violencia de los narcotraficantes, pareciera que están ingresando por Santa Ana Huista, y no se está registrando”, afirmó.
Investigaciones de Flacso refieren que después de la pandemia los cárteles de narcotraficantes incursionaron no sólo en el secuestro de los migrantes, sino en el “coyotaje” o tráfico de personas. Su estrategia consiste en interceptar a los conocidos “coyotes” para ellos mismos trasladar a los migrantes a Estados Unidos, a cambio de sumas de dinero que les exigen a los familiares, con la garantía que llegarán a su destino.
Brazaletes
Gabriel, como se identifica el “coyote” o traficante de personas que en enero ultimo accedió a una entrevista, afirma que la odisea y el asedio de los carteles comienza desde Camojá, una de las 28 aldeas de la Democracia, Huehuetenango, donde según Gabriel, operan los retenes de los cárteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, con el conocimiento de las autoridades ediles y policiales.
Gabriel afirma que pagan “el reporte” para avanzar y no ser “molestados” por esos grupos armados, al menos mientras salen de Guatemala y avanzan por una parte del territorio mexicano.
“Te dan un brazalete o pulsera para que cada grupo del crimen organizado te identifique y no te secuestre, aunque eso también representa altos costos para los que llevamos gente. Ellos cobran Q500 o Q1000 por cada persona que llevamos, pero depende de la nacionalidad”, afirma.
Añade que si una persona no tiene para pagar lo que piden son obligados a trabajar para ellos e incluso, los obligan a llevar cargamentos de droga hacia México bajo el monitoreo de miembros del crimen organizado que impiden que puedan escapar.