Los acusados son Jorge Yahir de León Hernández, alias el Diabólico, y César Augusto Boche, el Sleepy, procesados por asociación ilícita y asesinato. El primero es integrante del Consejo de los Nueve, máxima autoridad de la referida agrupación criminal.
La investigación indica que De León Hernández, junto a otros jefes de la estructura, ordenaron desde la cárcel una serie de hechos violentos para presionar al Ministerio de Gobernación (Mingob) a que depusiera los controles que se ejercían en las prisiones.
Posteriormente, los jefes que se encontraban fuera de la cárcel se reunieron en un turicentro ubicado en Escuintla, donde acordaron que con violencia tomarían a cinco personas en la vía pública y que las matarían para desestabilizar a las autoridades.
El Ministerio Público determinó que ese lugar era frecuentado por los integrantes de la pandilla, pues tenían amistad con el dueño.
Las víctimas fueron elegidas al azar en áreas donde opera la referida organización criminal: la capital, Villa Nueva y Chimaltenango.
Peritajes
Durante la primera sesión del debate se escuchó el informe de dos peritos que realizaron las necropsias a los restos de las primeras dos víctimas, y los expertos determinaron que estas ya habían sido ultimadas antes de decapitarlas.
Del primer ultimado solo se evaluó la cabeza pues el cuerpo no fue localizado, y en el informe se explica que no se pudo determinar la causa de la muerte.
En el segundo informe se señala que la víctima fue golpeada y posteriormente estrangulada, lo cual le causó la muerte.