Guatemala

Bebé producto de violación tiene daño congénito

El niño producto de la violación padece, entre otros, daño en el corazón, que le da expectativa de vida de 3 años.

Doble tragedia marca la vida de una joven quinceañera residente en el departamento de Guatemala. La primera fue causada por su padre, quien abusó sexualmente de ella, y la  segunda es  la genética, que  hace estragos en la salud de su hijo, fruto de la agresión.

El hombre fue condenado a cárcel por agresión, mientras su hija lucha por salir adelante por medio de terapias psicológicas.

Sin conocer cuáles fueron las causas que tuvo su padre para hacerle daño, la joven —quien no será identificada para resguardar su integridad y la de su familia—  fue violada por él  y quedó  embarazada.

A pesar del dolor y confusión por su situación, la noticia  de que llevaba en su vientre un nuevo ser le dio fuerzas para sobreponerse a  las heridas causadas.

Aunque ella pensó que su madre la rechazaría por lo ocurrido,  se convirtió en apoyo en el proceso penal contra el agresor y en consejera en el período de gestación y crianza.

Males congénitos

Entre las complicaciones por el cruce genético entre padre e hija figuran el estrabismo  —desviación de la línea visual normal— en los dos ojos y problemas en el corazón, aparte de que nació  con un dedo más en  manos y pies.

Los médicos le  informaron que su hijo  padecía varios problemas,  pero el más grave le afecta el corazón, por lo que solo le dan tres años de vida.

El amor de la madre y de la abuela ha superado  las proyecciones de vida  de los médicos.

El especialista del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (Osar) Héctor Fong explicó —en una publicación de Prensa Libre, de marzo del 2015— que los riesgos de salud en niños  que producto de  relaciones sexuales entre parientes incluyen genes recesivos; es decir, que en el organismo de la víctima se encuentran dos copias de un mismo gen que puede activar alguna anomalía y producir una enfermedad.

En esa ocasión comentó que  no se ha  podido establecer el tipo de padecimientos que se podrían manifestar. Sin embargo,  agregó que en  Huehuetenango hay casos de familias que se casan con parientes y se ha detectado que la mayoría padece  problemas en la piel.

La página electrónica  Salud y medicina, en el artículo Sexo entre parientes, ¿hijos con anomalías genéticas?, se lee: “El incremento del riesgo se presenta cuando los padres emparentados son portadores del mismo gen que produce padecimientos; siendo que ellos, a su vez, lo han heredado de sus antecesores”.

Agrega: “El problema aumenta con los genes recesivos, que no afectan a los sujetos que portan una sola copia, pero que pueden producir una enfermedad en la persona que hereda dos copias de ese gen, una de cada padre”.

Además,  establece  que en la actualidad hay más de siete mil 800 anomalías en los genes, de manera que varias pueden estar en cualquier persona, siendo susceptibles de transmitirlas a sus hijos.

Posibles secuelas

El abuso sexual entre familiares que ocasiona un embarazo conllevan serios riesgos de padecimientos congénitos

  • Los niños pueden presentar irregularidades físicas por los genes recesivos que son trasladados a la siguiente generación.
  • Se señala que estos pequeños son más propensos a síndrome de Dawn, aunque no se ha confirmado.
  • Aún no se ha determinado qué enfermedad o complicación concreta puede presentarse en estos niños, pero sí están más predispuestos a ello.
  • En Huehuetenango se dan casos de matrimonios entre familiares. En esa región se han detectado problemas dermatológicos.

Padecimientos frecuentes

  • Algún grado de retraso mental y malformaciones de órganos
  • Enfermedades de la piel
  • Complicaciones al nacer

Apoyo

En la actualidad,   ambas víctimas  han recibido  apoyo para restablecer su confianza, con ayuda de especialistas de  IJM,  organización extranjera dedicada a brindar atención integral a niños que han sufrido abuso sexual.

Gloria  Solares López, psicóloga clínica de IJM, explicó que   las  terapias ayudan  dependiendo del  tipo de abuso sufrido.

Agregó que los métodos que los expertos utilizan son similares; sin embargo, las herramientas van a variar. Ella usa  un mono  amarillo de felpa  al que llama   Nacho Bonachón en las   terapias que brindan  a las víctimas, a las cuales  atienden  desde el 2005 en el país.

En todo caso recalcan que lo más importante es denunciar y romper el ciclo de silencio.

Otros casos

Jenny es otra adolescente que fue abusada por  su padre a los 12 años. Narró que en esa época iba  a la escuela porque le gustaba Idioma Español y Música. No obstante, esa alegría terminó luego de la agresión que sufrió.

“A los 12 años fue que mi vida cambió; todo se terminó. Hubo un tiempo en que mi  verdadero papá regresó con nosotros y poco después vinieron los problemas: nos pegaba, se ponía a tomar, llegaba bolo a la casa…”,  contó, mientras balanceaba las piernas.

Agregó que un día su padre le tapó la boca y la agredió. “Me agarró a la fuerza y me hizo lo que me hizo;  no quise decir nada  porque había muchos  problemas. Realmente me sentía  muy triste, no hablaba con las personas”, manifestó en un video   hecho por  Janey Fugate, pasante de Misión Internacional de Justicia (IJM, en inglés).

La madre de Jenny descubrió los abusos una noche en que su esposo se  pasó a la cama de la menor,  y justo cuando le   quitaba la ropa, lo descubrió. “Todo estaba destruido en mi vida, no tenía paz en mi corazón; pero un día Dios me habló y lo primero que hice fue presentar la denuncia”, explicó la madre.

Con la denuncia comenzó el  proceso penal y se logró una sentencia condenatoria que es una luz en el camino para la familia.

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