En el 2012, la Policía detuvo a un ciudadano libanés vinculado con el grupo terrorista Hezbolá que vivía en Mérida con documentos falsos emitidos en Belice. El mismo año las autoridades nicaragüenses apresaron a una mujer avecindada en la capital yucateca, propietaria allí de mansiones y ranchos, acusada de encabezar una poderosa banda de narcotraficantes.
A principios de la década pasada, uno de los narcos más importantes del país, Osiel Cárdenas Guillén, también compró una mansión en Mérida, en el fraccionamiento Montebello, donde pasaba largas temporadas sin presión de la Policía, y en 1997 un peligroso delincuente cubano, Juan Jesús Fleitas Fernández, quien se fugó de una prisión de alta seguridad en Estados Unidos, se refugió en Mérida con documentos falsificados. Solo fue detenido cuando falló en su intento de matar, por encargo, a dos cubanos residentes en el lugar.
No es casual el atractivo de Mérida para cierto tipo de delincuentes, afirmó Elías Razur Antonio, director del Observatorio Mexicano sobre las Drogas, consultado en el Distrito Federal.
Ellos —quienes buscan evadir a la justicia— llegan a Yucatán porque saben de la existencia de una red de falsificadores de documentos oficiales, de funcionarios y policías susceptibles de corromperse y de abogados y notarios dispuestos a legalizar su estancia y sus operaciones sin hacer muchas preguntas.
Red de falsificadores
Respecto del caso de Barreda, refiere una fuente oficial que pide no ser identificada, las primeras averiguaciones indican que entró en México, junto a sus dos hijos, luego de haber huido de Guatemala, con pasaportes falsos obtenidos en el país, con el nombre de Luis Eduardo Valenzuela de León.
Barreda habría estado en Chiapas y Campeche antes de establecerse en Mérida como comerciante, con el nombre de Carlos Roberto Barreido Villareal. En el momento de su captura presentó documentos supuestamente oficiales a los policías que acreditaban su identidad.
La falsificación de pasaportes y otros documentos oficiales en la frontera entre Guatemala y México es muy antigua, afirma la fuente.
Hay indicios de que en Guatemala es muy fácil conseguir documentación falsa —pasaporte, títulos de propiedad y copias de depósitos bancarios— en diversas dependencias, principalmente a quienes tienen facilidad económica, que luego pueden establecerse como inversionistas y abrir negocios en México.
Las similitudes culturales y raciales de Guatemala con Yucatán, señala, facilitan la integración al medio de los delincuentes que huyen de Centroamérica.
Algo parecido ocurrió en el 2012, asegura la fuente, con el grupo de libaneses detenidos en el fraccionamiento Francisco de Montejo, vinculados con una red de apoyo a Hezbolá en América Latina, que pasaban como restauranteros y comerciantes de autos con pasaporte beliceño falso.
Según Razur Antonio, Mérida es atractiva para los delincuentes del Oriente Medio porque en esta ciudad reside una gran población de ascendencia siria y libanesa que hace pasar desapercibidos a los portadores de pasaportes falsos.
Otra circunstancia que aprovechan los que huyen, expone, es la creencia de muchos meridanos de que su ciudad se está poblando de personas de fuera, de modo que ya no se extrañan cuando ven a un foráneo.
Solo así se explica, dice, la prolongada estancia en Mérida de Juana Raquel Alvarado Torres, supuesta periodista de Televisa, oriunda del Distrito Federal, quien se hacía llamar Raquel Alatorre Correa, detenida en Nicaragua en agosto del 2012 en posesión de US$9.2 millones, al parecer de la venta de drogas. Alvarado Torres era dueña de 13 propiedades en Yucatán.
Lo mismo sucedió en el 2001, indica, cuando Jesús Enrique Rejón Aguilar, alias el Mamito, uno de los principales jefes de los Zetas, actualmente preso, adquirió con su nombre una casa en Montebello, la cual transfirió a Miguel Salinas Cornejo, hombre de confianza de Osiel Cárdenas. La vivienda, decomisada por la PGR en el 2004, servía como refugio a Cárdenas y otros jefes del cartel del Golfo.