De acuerdo con las pesquisas del Ministerio Público, la estructura delictiva habría cometido 24 homicidios, y las armas que les decomisaron fueron utilizadas en otros crímenes, revelaron los peritajes hechos por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses.
Uno de sus principales métodos era torturar y estrangular a sus víctimas, algo común en los grupos del crimen organizado y no en las pandillas, revelaron los investigadores.
El grupo delictivo se dedicaba a reclutar adolescentes para cometer los crímenes a cambio de no menos de Q50, una tarjeta de teléfono de Q10 o por porciones de alimentos, aseguró la Fiscalía de Delicos contra la Vida del Ministerio Público.
En las pesquisas se detectó que el grupo recibía apoyo de otras clicas de la Mara Salvatrucha y que, además, sus actividades incluían el cobro de extorsión a negocios y resguardar el territorio.
“Cualquier persona que ellos no identificaran como del lugar era asesinada”, declaró la Fiscalía.
Entre las peculiaridades del grupo estaba que obligaban al inspector de transporte público a recaudar el dinero de la exacción y entregarlo.
Su objetivo era evitar los asaltos en el sector, para que las autoridades no llegaran al área. Entre sus sicarios se encotraban unos seis menores de edad, a quienes se les atribuyen varias muertes.
“Los adolescentes, a cambio de los crímenes, pedían tarjetas para teléfono, comida o pagos de Q50 y a veces Q300”, informó el MP.