La creatividad para esconder los objetos no permitidos ha superado la imaginación, pues van desde ocultarlos en comida o bolsas de golosinas hasta introducirlas en el ano —en el caso de hombres— o en la vagina —las mujeres—, lo que ha puesto en riesgo la salud de las personas, indicaron las autoridades.
Juvell de León, director del Sistema Penitenciario, aseguró que armas pequeñas como pistolas o granadas entran escondidas en alguna parte del cuerpo de quien las porta.
Recordó el caso de Rosa Aracely Meda Monterroso, de 25 años, quien fue capturada el 9 de septiembre último por llevar oculta en sus partes íntimas una granada, cuando intentaba ingresar en la Granja Penal Canadá, en Escuintla.
Incertidumbre
En el caso de los fusiles, De León señaló que sospechan que los ingresan por piezas, siempre ocultas en las encomiendas. Cuando ya han recibido todas las partes los reos los arman y luego esconden en caletas que ellos mismos elaboran.
Las piezas de los objetos ilícitos son escondidas en preservativos, entre los utensilios de comida e incluso en la ropa de los bebés que llevan en brazos las mujeres que llegan y también en las partes íntimas de los visitantes.
“Se sabe que las armas se pueden desmontar. Eso permite que las piezas se oculten sin levantar sospechas. Por citarle un ejemplo, el cañón de la pistola, la tolva o las municiones, con facilidad se pueden ocultar en el recto o en la vagina”, explicó Luis Fernando Ruiz Ramírez, presidente del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (Cang).
Investigadores del Ministerio Público (MP) sobre extorsiones aseveraron que otro de los métodos es por medio de los guardias penitenciarios. “Muchos guardias de Presidios acceden a ingresar el armamento a cambio de alguna remuneración económica. Eso no es nuevo, ya hay varias capturas”, añadió.
La Policía Nacional Civil (PNC) reporta en sus diferentes informes que algunos cómplices son los convivientes, amigos, conocidos y abogados defensores de prisioneros, principalmente de la cárcel de Escuintla y del Preventivo para Hombres de la zona 18.
El director de Presidios coincide con la PNC y agrega que ya han presentado denuncias en el MP, relacionadas con los abogados que, se sospecha, han ingresado objetos ilícitos.
Ruiz Ramírez reconoció algunos casos de abogados y dijo que hace 10 años los familiares o amigos de los privados de libertad les solicitaban que llevaran comida o ropa, sin percatarse de que dentro de la encomienda iban escondidos objetos no permitidos.
“Ellos —los abogados—, por hacer un acto humanitario, se vieron afectados. Desde entonces, a través de capacitación y reuniones se les insta a no ingresar celulares ni comida y que se autorrevisen”, informó el presidente del Cang.
Agregó que a la fecha unos 50 abogados están vinculados con actos penales; sin embargo, no detalló si estaban relacionados por haber intentado ingresar objetos a las prisiones.
El director de Presidios aseguró que desde el 18 de noviembre pasado se han incrementado las revisiones en los centros carcelarios. “No son requisas superficiales, son estratégicas y han provocado el malestar de organizaciones”, agregó.
El funcionario dijo que han restringido las visitas en los sectores 11 y 13 del Preventivo y en el Infiernito solo se permite el ingreso de los abogados, porque la ley lo establece.
Además, se implementó un nuevo protocolo para el ingreso de encomiendas en esas dos cárceles. Ahora todas las encomiendas deben entregarse a la sede de Presidios ubicada en la zona 1, para hacerles una inspección minuciosa y luego son trasladadas al centro carcelario, donde también pasan controles de seguridad.
Consecuencias
Mayra Orozco, ginecóloga, dijo que los riesgos al introducir objetos extraños —armas o drogas— en el cuerpo son contraer una infección, en el caso de las mujeres, o ameritar una cirugía, para los hombres.
“En el recto sí podría haber una migración a los intestinos, y allí solo con cirugía se podrían extraer los objetos”, dijo.