Las fuerzas de seguridad han detectado que entre las pertenencias que incautan hay, además de armas de fuego, ganzúas y desarmadores y walkie-talkis (transmisores-receptores portátiles de radio que sirven para comunicaciones en corta distancia).
Hasta ahora el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), según el MP, no ha hecho algún peritaje sobre estos aparatos y cómo es que los modifican para que funcionen como inhibidores de señal. El MP y la PNC no quisieron revelar una cifra específica al día, pero versiones extraoficiales dan cuenta de que son al menos 15 casos al día.
Un investigador privado, que prefirió no revelar su identidad por su labor, reveló que en los últimos años ha colaborado con una empresa de seguridad que vigila centros comerciales en el área metropolitana, Chiquimula, Suchitepéquez, Escuintla y Quetzaltenango.
Según él al revisar los vídeos de vigilancia han detectado que los delincuentes abren con facilidad los vehículos para robar o hurtar pertenencias sin llamar la atención de los dueños, e incluso, de quienes monitorean el circuito de video vigilancia.
“Es un principio”, indicó. “Pensábamos que estaban usando algún tipo de llave u objeto específico para abrir los automotores sin causar mayor sospecha, pero luego del análisis de imágenes detectamos que no era así”, agregó.
La rapidez con que ingresaban en los carros aparcados en las áreas de estacionamiento de los centros comerciales y sustraían los objetos los llevó a pensar que usaban algo más que “una llave mágica”.
Abren los carros con inhibidores de señal
“Detectamos que llevaban consigo radio comunicadores – walkie-talkie -. Supusimos que era para comunicarse entre sí y alertarse ante la presencia de policías privados o estatales, pero no, descubrimos que son inhibidores de señal de las cerraduras centrales de los carros”, explicó el investigador. De quebrar vidrios de los carros estacionados evolucionaron a esto, y cometieron los hechos sin llamar la atención, añade.
“Es por ello que se ha reforzado la seguridad en muchos de los centros comerciales para alertar sobre el uso de estos aparatos, que son modificados en las frecuencias para funcionar de esta forma”, argumenta el detective privado.
Investigaciones de la División Especializada en Investigación Criminal (Deic) de la PNC confirman el uso de estos aparatos, y le han puesto más atención a la forma de operar de los grupos criminales.
Atrás ha quedado el modus operandi de los delincuentes de llegar en un vehículo, descender, observar con linterna qué dentro del carro que optan por robar o hurtar, y rompen el vidrio. Sustraen lo que está a la vista.
Ahora, según el investigador privado, y uno de la PNC, usan el inhibidor de señal, no fuerzan el carro, ingresa el delincuente “como que fuera el dueño sin levantar sospechas de los guardias privados de los centros comerciales. Si ve mochilas sale con computadoras, armas, tabletas, u otros objetos de valor que encuentra”.
“Si son bolsas de mujeres o carteras, sustraen solo las tarjetas de crédito o chequeras, luego salen del vehículo. Por lo regular el usuario no se da cuenta del faltante hasta las dos o tres horas cuando comienzan a hacer débitos”, explica el detective privado.
Con esto inhibidores cualquier vehículo con cerradura central puede ser violentado. Normalmente, según los especialistas, buscan autos de alta gama, y donde saben que pueden hallar objetos de valor.
Modalidades nuevas
Todo lo anterior lo confirma Klayber Sical, fiscal de sección de la Fiscalía contra el Crimen Organizado del MP, quien confirma que desde hace poco más de un año que han detectado esta nueva modalidad de robos y hurtos en centros comerciales del área metropolitana.
“Si hemos localizado en allanamientos o capturas este tipo de aparatos. Tienen forma de walkie-talkie, pero tienen una función distinta. Estos inhibidores lo que hacen es interrumpir la señal que marca la cerradura central”, explica Sical.
El fiscal revela que durante una investigación originada por la Unidad de Armas de la Fiscalía contra el Crimen Organizado detectaron que había una incidencia alta en cuanto al robo de armas de fuego dentro de vehículos.
“Empezamos a verificar dónde y la mayoría ocurría en los centros comerciales y otros negocios con aparcamientos. La investigación estratégica nos permitió individualizar a una estructura de 17 personas, las cuales ya fueron puestos a disposición de los tribunales el año pasado”, recuerda.
El año pasado la en conjunto con la PNC arrestaron a algunos de los miembros de una banda a la que bautizaron como los chistaleros, quienes operaban en distintos puntos de la Ciudad de Guatemala y Mixco. Robaban armas y objetos de valor dentro de vehículos aparcados en los centros comerciales, precisamente.
Según el MP estos delincuentes robaban objetos que se encontraban en el interior de vehículos estacionados.
Durante la investigación establecieron que la estructura criminal seleccionaba el vehículo de su víctima el cual se encontraba estacionado dentro de un comercio y/o restaurante, se estacionaban a la par o frente del automóvil.
Luego uno de los integrantes descendía del carro donde se trasladaban, para así quebrar los vidrios de los automotores y en otros vehículos violentar las chapas de estos.
Posteriormente sustraían armas de fuego, mochilas u otras pertenencias que encontraran de las víctimas. Durante las diligencias se hicieran efectivas cinco órdenes de aprehensión por los delitos de robo agravado, asociación ilícita y encubrimiento.
También se reportó secuestro de vehículos utilizados por miembros de la estructura criminal como medio para cometer los robos.
Los abren más rápido que el propio dueño
Sin embargo, los casos continuaron y detectaron que usaban algo más para lograr ingresar en los automotores en forma rápida para robar las pertenencias.
En el proceso de investigación, y con acceso a las cámaras de seguridad, dice Sical, vieron “cómo se acercaban estas personas y abrían los vehículos más rápido que el propio dueño con la llave. No se roban los vehículos, solo utilizan el inhibidor de señal para poder acceder a la cerradura central”.
“En principio se creía usaban una llave mágica que abre todos los vehículos, pero no es así. Los sujetos identifican a su víctima, la monitorean, escogen el tipo de vehículo, que suele ser de modelo reciente. El asunto es que los dueños de los carros presionan el control para cerrar el carro, pero el inhibidor está cerca y no permite que se cierre”, explica Sical.
“No se echa llave y las víctimas no se percatan de eso. Por eso es que el robo se comete con agilidad. Al consumarlo huyen en otro vehículo”, informa el fiscal de sección.
Con el uso de estos inhibidores, según el funcionario, la cerradura central queda abierta. “Esa es la función de esos aparatos: interferir con la señal que mandan los controles. También hemos detectado que usan aparatos similares para bloquear señales de GPS que usa el transporte pesado en la ruta al Pacífico y al Atlántico”, comenta.
“Hemos visto este tema con preocupación, porque los delincuentes se acercan tranquilamente, abren el vehículo y se llevaban lo encuentran, incluidas armas de fuego, y otros objetos de valor tecnológico”, asegura Sical.
Los cristaleros, recuerda el fiscal contra el crimen organizado, operaban en Santa Catarina y San José Pinula, en donde hay muchos centros comerciales y a donde llegan vehículos de alta gama. Los sujetos preferían operar acá, porque siempre habían objetos caros y armas de fuego dentro de los vehículos.
Pero en estos lugares quebraban vidrios y de ahí el nombre. La incidencia fue alta hasta que se les capturó a los integrantes de esta banda.
Sin embargo, explicó Sical, han visto en el último año que nuevamente han comenzado a operar, pero ahora no dañan la propiedad, sino que usan estos inhibidores.
“Hemos visto que operan en lugares de la zona 1, 11, 7, 9, 10 y 18. “En esas áreas ya vimos que han ingresado a los vehículos aparcados sin forzar chapas ni quebrar vidrios. Los han abierto con rapidez. Eso nos hace pensar que están usando inhibidores”, manifestó Sical.