Ayer por la mañana, el presidente Álvaro Colom expresó que “la intención” era llegarle al valor de la canasta básica.
El incremento de Q7.70 diarios en el salario diario para el trabajador del agro y el sector no agrícola establece un sueldo mensual mínimo de Q1 mil 937.54, más la bonificación de ley de Q250, lo que hace un total de Q2 mil 187.54 al mes.
En cuanto a los textiles, el aumento del 14.88 por ciento representa Q1 mil 808.27 mensuales, y con la bonificación adicional suma Q2 mil 58.27. Lo anterior, con base en la fórmula de la Comisión Nacional del Salario (CNS), la cual multiplica por 365 días la paga diaria, y ese resultado lo divide entre 12 meses, más la bonificación de ley.
Según el INE, la inflación interanual, a noviembre último, era de 5.25 por ciento.
El salario mínimo vigente es de Q56 por día para el campo y la ciudad, y de Q51.75 para el sector de exportación y maquila.
El gobernante, en un mensaje por televisión transmitido anoche, explicó que tomó esa decisión porque nuevamente la CNS no se puso de acuerdo, y precisó que el incremento decretado corre a partir del próximo sábado.
“Este aumento permitirá que los trabajadores reciban un ajuste respecto de la inflación generada en el 2010, cubra parte de lo que se genere en el 2011 y mejore su poder adquisitivo en beneficio de sus familias”, dijo Colom en la cadena nacional.
Los altos porcentajes
De acuerdo con el historial de la CNS, los porcentajes de aumento a los tres sectores son los más altos desde el 21 por ciento decretado a finales del 2003 por el entonces presidente Alfonso Portillo, para que estuviera vigente durante el 2004 —primer año de Óscar Berger como gobernante—.
Los otros altos porcentajes fueron decretados a finales de los años 2000 —16 por ciento para el salario agrícola y no agrícola— y 2002 —16 por ciento para el agro y 14 por ciento para el sector no agrícola—, también durante el gobierno de Portillo.
En el primer año de mandato, Berger no decretó ningún incremento para que tuviera vigencia en el 2005. Los años siguientes los incrementos fueron del 10 y 5 por ciento.
Posiciones encontradas
Adolfo Lacs, delegado del sector trabajador ante la CNS, manifestó su complacencia por el ajuste decretado por el mandatario.
“Este es un mínimo para las familias, para cubrir sus necesidades básicas”, expresó.
En contraposición, Alejandro Ceballos, directivo de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex), aseguró que este es un duro golpe a la industria, porque habrá empresas que no podrán absorber el pago.
“Eso va a generar que algunas compañías reduzcan sus planillas para el próximo año”, afirmó, preocupado, Ceballos.
Guillermo González, presidente de la Cámara Empresarial de Comercio y Servicios, aseveró que este incremento va a tener un impacto en los comercios que actualmente están en su fase de recuperación.
“Es una ley, y lo vamos a cumplir”, afirmó.
Gerardo De León, gerente de comercialización de la Federación de Cooperativas de Café de Guatemala, se mostró a favor de la medida porque tendrá un efecto positivo para los trabajadores.
Antes de anunciar la decisión, el gobernante se reunió durante varias horas con el ministro de Economía, Érick Coyoy, y el de Trabajo, Mario Illescas.
“Fundamentalmente es un análisis, más que político, es económico, de estar seguro que no se afecte sobre todo a la pequeña y mediana empresa, que es la que a veces sufre más con los aumentos del salario”, refirió Colom.