German González, secretario de Seguridad Alimentaria y Nutricional, reconoce que el reto es grande; sin embargo, dijo que es un tema que ha cobrado importancia y varios sectores están dispuestos a colaborar para reducir la desnutrición.
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Añadió que en la actualidad el 46.5 por ciento de niños menores de 5 años sufre desnutrición crónica y que se ha registrado una disminución del 11.4% en los últimos 20 años.
“Ha venido disminuyendo, no al ritmo que quisiéramos. Es evidente que se necesita más trabajo”, explicó González.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) establece que ocho de cada 10 niños del área rural del país padecen desnutrición crónica. Además, destaca que cerca de tres millones de guatemaltecos no tienen acceso al agua entubada, y unos seis millones no cuentan con servicios de saneamiento, dos factores causantes del problema.
de niños menores de cinco años presenta desnutrición crónica en el país.
El Ministerio de Salud, a través del más reciente informe de control epidemiológico —hasta el 10 de diciembre de 2016—, reporta que el año recién pasado se registraron 13 mil 95 casos de desnutrición aguda en menores de 5 años, mil 641 menos que en el 2015. Del total, dos mil 922 fueron severos.
El mismo informe reporta que del 1 de enero al 24 de diciembre del 2016 fallecieron 143 menores de 5 años, por desnutrición aguda, y 22 aún están en investigación. Los lugares más afectados son San Marcos, Alta Verapaz y Huehuetenango, con 24, 23 y 17 casos, respectivamente.
El Sistema de Información Gerencial de Salud establece que en los últimos tres años murieron 289 niños por ese flagelo.
Unicef destaca que la desnutrición crónica es la que mide la altura en relación con la edad, y con ese padecimiento el niño tiene menos retención escolar, menos productividad, bajo coeficiente intelectual y está propenso a contraer enfermedades que causan efectos irreversibles.
Plan ambicioso
González destacó que este año comenzaron con un plan estratégico para bajar el índice de desnutrición crónica, para lo cual priorizan atender a 206 mil niños de 82 municipios de Alta Verapaz, Chiquimula, Huehuetenango y Quiché.
el índice de desnutrición crónica que pretende bajar el gobierno de Jimmy Morales, en su gestión que finaliza en el 2020.
Señaló que la lucha contra la desnutrición cuenta con el apoyo de varias municipalidades que promueven obras de saneamiento y servicios básicos, así como dependencias del Gobierno como los ministerios de Salud, Educación y Agricultura.
Añadió que en los últimos cuatro años la inversión para atacar ese problema ha sido de Q19 mil millones, y para el 2017 cuentan con Q5 mil millones, los cuales se sumarán a unos Q180 mil millones que aportan otras instituciones.
Niños en pobreza
La situación de vulnerabilidad por la pobreza en la provincia, la falta de acceso a los servicios básicos y de salud, así como la escasa oportunidad de trabajo para los adultos agravan la situación de desnutrición, opinan expertos.
Andrea Aldana, defensora del Derecho a la Alimentación de la Procuraduría de los Derechos Humanos, considera que el trabajo del Estado ha sido deficiente para erradicar el problema, ya que en el 2008 la desnutrición crónica era de 49.8% y la Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil del 2015 refleja un 46.5%, una significativa baja de 3.3%.
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Sergio Lobos, coordinador del Observatorio de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, dijo que el Gobierno debe plantear políticas de desarrollo rural para contrarrestar la pobreza y garantizar el derecho a la alimentación.
Mariko Kagoshima, representante de Unicef en Guatemala, instó al Gobierno e instituciones civiles y ayuda internacional para trabajar en conjunto para bajar el índice de desnutrición.
Guatemala es primero en desnutrición entre los 22 países de América Latina y el Caribe. Destacan por sus bajos índices Chile, con 1.6%; Cuba, 5%; Jamaica, 5.9%; y Costa Rica, 6.1%.
Historias de vida
Chiquimula
Batalla de madre
La vida no es sencilla para Elda Eluvina Velásquez, de 24 años, madre soltera y con discapacidad en las piernas. Ella lucha a diario por mantener a su hijo, Eduardo, 4, que padece de desnutrición aguda.
Velásquez vive en la aldea Petapilla, en la cabecera de Chiquimula. Su hogar es una vivienda de bajareque —paredes de palos entretejidos con caña y barro—.
La mujer sufre de parálisis desde su niñez y vende tortillas para alimentar a su hijo. Cualquier ayuda, llamar a 5312-0879.
Por Mario Morales
Escuintla
Víctimas de la pobreza
Juan García vive en pobreza, en Las Parcelas, Escuintla, pues carece de empleo y la falta de servicios básicos han sido las causas de que sus hijos, de 3 y 4 años, sufran desnutrición aguda.
“La situación no permite que mis hijos tengan una sana alimentación y que se desarrollen en un ambiente saludable.
En la época de zafra aprovecho para trabajar en las fincas, pero lo que pagan es poco y no alcanza para cubrir las necesidades”, lamenta García.
Añadió que en oportunidades solo alimentan a los niños con tortilla y sal, mientras que su esposa y él pasan hambre. Reconoce que en ocasiones reciben alimentos de las autoridades, pero no son suficientes.
“Mis dos hijos sufren mucho de diarreas y dolores de cabeza. La falta de alimentos y las enfermedades causados por el agua contaminada que bebemos nos afecta”, añadió.
La situación se repite en Escuintla, donde el 41.1% de las personas vive en pobreza —59.3% a escala nacional—, de las cuales el 11.2% en pobreza extrema, según la Encovi 2014.
Por Melvin Sandoval
Santa Rosa
Fue abandonada en centro asistencial
Milvia Navidad Vega López fue ingresada por primera vez en el Centro de Recuperación Nutricional (CRN) de Casillas, Santa Rosa, cuando apenas tenía dos meses de vida, debido a desnutrición aguda.
Ligia Mijangos, pediatra del CRN, dijo que la niña fue recuperada y devuelta a la madre, pero a los nueve meses regresó con un cuadro de desnutrición. El 24 de diciembre último cumplió 4 años y sigue en el centro asistencial, pues sus padres la abandonaron.
Por Oswaldo Cardona
Izabal
Paciente reincidente
María Xol, originaria de la comunidad Machaquitas Chiclero, Puerto Barrios, Izabal, tiene por segunda ocasión internada a su hija en el Centro de Recuperación Nutricional (CRN), por desnutrición aguda.
“Mi hija recayó”, dijo Xol, quien dijo que este año perdieron sus cosechas.
María explicó que para llevar alimento a su casa debe caminar largas distancia. Regularmente se alimentan de frijol y tortillas.
Bernardo Monroy, médico del CRN, dijo que, como María, muchas madres que pasan precariedades.
Por Dony Stewart