atracción de inversiones
“Sin inversión en el aeropuerto, perderemos atractivo y los boletos subirán”
Directivo de cámara de la construcción explica por qué el Aeropuerto Internacional La Aurora corre contra el tiempo antes de topar capacidad y señala acciones urgentes.
Para que el AILA pueda aumentar su atractivo para las aerolíneas y cumplir con los estándares internacionales, las autoridades deben realizar las inversiones en infraestructura pertinentes. (Foto Prensa Libre:Juan Diego González)
Luego de encontrarse cerca del tope de capacidad aérea y en una de las posiciones de competitividad más bajas en América Latina, el Aeropuerto Internacional La Aurora está en una posición crítica y las decisiones que se tomen pueden influir en el atractivo del país para las operaciones internacionales.
De acuerdo con José Fernando Orellana, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, el Estado se encuentra en un momento clave para ajustar las bases de precalificación, licitación y contratación antes de seleccionar al operador internacional idóneo para gestionar el Aeropuerto. “Este operador debe tener una capacidad similar o mayor a la que se aspira para el nuestro”, indica.
Orellana alerta de que “los activos más importantes de infraestructura crítica que tenemos en el país ha estado sujeta a ser administrada como un botín político según la administración del momento dependiendo de la buena o mala voluntad del director de Aeronáutica (Civil) de turno”, pero añade que, como sector, ven “con muy buenos ojos la forma en la cual la directora interina de Aeronáutica Civil y el viceministro de Transportes han abordado el problema como algo prioritario. Este es un extracto de lo que habló con Guatevisión, dentro del programa Guatemala No Se Detiene. La entrevista al aire fue realizada por el periodista Alberto Toro.
¿Cuál es la posición actual del aeropuerto en cuanto a competitividad internacional?
El Aeropuerto Internacional La Aurora alcanzará su máxima capacidad en 2024, lo que tendrá importantes implicaciones en términos de competitividad. En un país con un crecimiento económico, social y demográfico constante, la necesidad de infraestructura crítica aumenta. Si la infraestructura técnica del aeropuerto no se expande para prestar un servicio de calidad, el país perderá competitividad y dejará de ser un lugar atractivo para las operaciones aeroportuarias.
No debemos olvidar que las aerolíneas, tanto de carga como de pasajeros, cumplen una función económica clave. Si Guatemala deja de ser atractiva, los vuelos se encarecerán y la oferta será cada vez más limitada. Además, aterrizar en países vecinos podría volverse más atractivo para las aerolíneas. Actualmente, nuestro aeropuerto ocupa el penúltimo lugar en América Latina en términos de competitividad, y esto es antes de haber alcanzado su capacidad máxima de operación en el lado aire. Esto indica que, incluso ahora, el aeropuerto no está aprovechando todo su potencial.
¿Cómo evitar que se sature la capacidad aérea del aeropuerto?
Es necesario implementar un proyecto de alianza de infraestructura para el desarrollo económico, enfocado en mejorar la seguridad perimetral del aeropuerto, que actualmente presenta puntos ciegos. Además, se requiere una modernización general de toda la infraestructura, mobiliario y equipo, desde el área de ingreso hasta la salida del pasajero de la terminal aérea. Este proyecto busca modernizar tanto las áreas de tierra como de aire del aeropuerto, y también ampliar la capacidad aérea.
La terminal de pasajeros fue diseñada para una capacidad específica del lado aire, mientras que la capacidad del lado tierra aún no ha sido alcanzada. Sin embargo, para que el aeropuerto pueda ser competitivo y alcanzar su máxima capacidad, es fundamental que la capacidad del lado aire se amplíe de manera equivalente a la del lado tierra. Este proyecto ya se encuentra en una etapa avanzada, con estudios de prefactibilidad realizados por Deloitte, financiados por cooperación estadounidense, y por el Banco Interamericano de Desarrollo, además de estudios complementarios solicitados por las líneas aéreas, específicamente relacionados con la construcción de una pista de rodaje.
Estos estudios preliminares han evaluado el modelo financiero ideal para implementar mediante una alianza público-privada. Actualmente, el Estado está en un momento clave para ajustar las bases de precalificación, licitación y contratación, antes de seleccionar al operador internacional idóneo para gestionar el aeropuerto. Este operador debe tener la capacidad de manejar aeropuertos con una capacidad similar o mayor a la que se aspira para el nuestro.
¿Cuáles serían esas tres inversiones críticas de infraestructura y en cuánto tiempo deben ejecutarse?
Es crucial actuar con prontitud, ya que el tiempo apremia. El Aeropuerto Internacional La Aurora probablemente alcanzará su capacidad máxima en el lado aire este año, lo que subraya la necesidad urgente de infraestructura crítica.
El proyecto de alianza público-privada, iniciado en 2015, se encuentra en una etapa avanzada, pero podría tardar entre 16 y 24 meses en llegar al Congreso de la República para su ratificación. Si consideramos un escenario optimista, se estima que el proceso completo, desde la finalización de las etapas previas hasta la aprobación por parte del Congreso, tomaría aproximadamente 28 meses, es decir, dos años y medio.
Mientras tanto, es fundamental que el aeropuerto continúe operando de manera óptima. Para ello, se requiere un contrato de servicios para el mantenimiento general de la infraestructura existente, mediante una licitación pública nacional. Este mantenimiento debe cubrir aspectos como el aire acondicionado, las escaleras eléctricas, los equipos de seguridad, los equipos de rayos X y las bandas transportadoras de equipaje, asegurando que la infraestructura actual no se deteriore más.
En dos años y medio, se podrán iniciar los trabajos de infraestructura crítica necesarios, tanto en el lado aire, con la construcción de una tercera pista y el cierre completo del perímetro del aeropuerto, como en la terminal interna, optimizando el uso del recurso físico existente.
¿Por qué se considera importante cambiar el modelo de gestión del aeropuerto y qué cambios percibirá el usuario?
Hay que cambiar el modelo de gestión del aeropuerto debido a que la mayor inversión en el Aeropuerto Internacional La Aurora se realizó hace casi 20 años. La administración de uno de los activos más importantes de infraestructura crítica en el país ha sido tratada como un botín político, dependiendo de la buena o mala voluntad del director de Aeronáutica de turno.
Como resultado, la gestión deficiente de los activos del Estado ha sido un problema constante en Guatemala, agravado por la falta de certeza jurídica y la ausencia de consecuencias para aquellos que administran negligentemente. Reformar el sistema de justicia es esencial pero complejo, dado que implicaría una reingeniería constitucional, un proceso largo y con pocas posibilidades de alcanzar consensos a corto plazo.
En este contexto, una alianza público-privada se presenta como la solución más viable para la administración del aeropuerto. Este modelo cuenta con un marco regulatorio vigente, con estudios ya realizados y con la ventaja de requerir solo una mayoría simple en el Congreso para su aprobación. En comparación con otros modelos como las empresas de capital mixto, contratos de servicios o fideicomisos, las alianzas público-privadas han demostrado ser el mejor modelo de administración aeroportuaria en otros países.
El contrato de alianza público-privada para la operación del aeropuerto permitiría que tanto el operador aeroportuario como el Estado de Guatemala se beneficien de la gestión, asegurando que el Estado reciba las regalías correspondientes y mejorando la calidad del servicio para los usuarios.
¿Qué pasaría si en dos años no se han hecho estas inversiones críticas?
Si no se realizan estas inversiones críticas en los próximos dos años, nos enfrentaríamos a una situación emergente similar a la de los últimos años. Los boletos aéreos y el transporte de carga aérea probablemente se encarecerán. Incluso podría volverse más viable para las aerolíneas aterrizar en países vecinos como Belice o El Salvador, obligando a los guatemaltecos a recoger pasajeros y productos en las fronteras de estos países. Estas serían las consecuencias de no tomar decisiones críticas e importantes respecto al futuro de un activo tan relevante como el transporte internacional.
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