Pero hay desafíos en los que el país tiene que trabajar. No es el único que está a la caza de inversionistas extranjeros con el propósito de crear nuevas fuentes de trabajo, dinamizar su economía que le permita ofrecer una oferta de servicios y productos sofisticada con mayor valor agregado.
La falta de una estrategia “sombrilla” en la que integralmente se involucren tanto gobierno como sector productivo y la población en general como fuente del capital humano, es uno de los aspectos que inciden en que sus pares le lleven la delantera.
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Construir un ecosistema industrial
Desde el 2021 hay acciones en el camino que dinamizan el ritmo productivo del país. El aumento de trabajadores afiliados al Seguro Social, cuatro veces más de lo que se generaba en los años de la década anterior, es un reflejo de ello, pero hace falta buen trecho para lograr los objetivos propuestos.
Este año se instaló la firma japonesa de autopartes Yazaki, industria que ya opera en Pajapita, San Marcos, en el complejo industrial Puerta del Istmo, denominada una de las zonas de oportunidad que contribuye al desarrollo económico y modernización en la región. Fomento de más inversiones como esa y de más de esas zonas industriales es lo que necesita el país, subraya Lisardo Bolaños, analista económico y Coordinador Técnico de Guatemala No Se Detiene.
Ahora bien, ¿cómo replicar más casos como el de Yazaki? Existe consenso entre los especialistas en que Guatemala no ha tenido la capacidad de ver el tema como una estrategia macro, pues cada quien, independientemente de su tamaño en la contribución de la economía, rema por su lado, con su empresa, su negocio, sin tener la visión de generar más cadenas de valor y más ecosistemas.
“Es una situación que nos pone en desventaja para poder atraer más inversión en temas de manufactura liviana. Primero, el país tiene que cerrar una brecha, con relación a los países vecinos en temas de infraestructura productiva, disponibilidad de parques industriales, zonas francas, Zonas de Desarrollo Económico Especial Públicas (ZDEEP), principalmente en donde las inversiones objetivo solo tengan que venir a instalar sus empresas. Es lo que otros países tienen y Guatemala no”, subraya Wendy Mena, coordinadora de Invest Guatemala.
Mejores incentivos y más parques industriales
Las ZDEEP son uno de los ejemplos de zonas de oportunidad que están activas en el país, y que es necesaria una reducción sustancial de trámites. Son adecuadas especialmente para que, industrias especializadas se instalen, ligeramente superan la decena. Únicamente siete están autorizadas por la autoridad de la Zona Libre de Industria y Comercio (Zolic), más no por la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
En cuanto a los incentivos para fomentar los parques industriales, que de acuerdo con la SAT no es de su competencia, no existe una claridad en la legislación de incentivos con esa finalidad, como sí se encuentra estipulado, en la legislación de República Dominicana, en El Salvador, en Honduras incluso en Nicaragua. Por ejemplo, trabajar en una propuesta de política de parques industriales y tecnológicos, en donde el Mineco, Concyt y Ministerio de Finanzas, trabajen de la mano, para avanzar en propuestas viables con instrumentos y con recursos económicos.
La ley de Zolic, Decreto 22-73 cuyo reglamento ha sido reformado desde hace algunos años, no tiene procedimientos aduaneros que permitan la comunicación clara entre una industria amparada bajo la Ley de Fomento y Desarrollo de la Actividad Exportadora y de Maquila, Decreto 29-89 y una Zona Franca, Decreto 65-89. Ante ello se tienen que hacer pólizas de importación y exportación y, si el semáforo sale en rojo, hay que pagar la revisión, estando dentro del mismo recinto aduanero.
Se necesita además una ley de atracción de inversión no basada necesariamente en incentivos fiscales, sino en incentivos que puedan generar la facilitación de los negocios de las empresas. “Si ahora quiero invertir en el interior, las municipalidades no están alineadas a una estrategia nacional, porque los costos de licencias de construcción, de alumbrado público no son estándares, lo que queda a discreción de los consejos municipales el establecimiento de esas tasas”, reclama Luis Óscar Estrada, director Ejecutivo del sector de Vestuario y Textiles (Vestex).
Una estrategia nacional ordenada
Establecer un ordenamiento territorial con políticas públicas claras, también es clave para dar confianza y atraer inversión. En la experiencia de Escuintla, uno de los municipios modelo como polo de desarrollo, lo vienen trabajando en las mesas de competitividad y están en la última fase para implementar el plan de ordenamiento territorial.
De ahí lo importante de que los gobiernos municipales se integren a la iniciativa de convertir al país en un destino para la industria de manufactura liviana. “Esto genera empleos más estables a los vecinos del municipio, genera nuevas oportunidades de desarrollo y abre paso a los jóvenes para, aspirar a mejores salarios en el propio lugar y no se vean en la necesidad de migrar a otras ciudades o fuera del país”, comparte Abraham Rivera, alcalde de Escuintla.
Hace ver que, el poder hacer alianzas con otros municipios, les ha permitido conjuntamente, identificar los corredores económicos e ir generando las condiciones para hacer del departamento una región atractiva a las inversiones.
Según la titular de Pronacom ese desarrollo forma parte de la Estrategia territorial de competitividad del sur. Documenta el potencial de la ciudad portuaria y de los municipios de Masagua, Iztapa y San José, el cual presenta la hoja de ruta para convertir al territorio apto para la inversión y desarrollo económico para la población.
De igual manera hace ver que por medio de la Dirección de Servicios al Comercio y la Inversión (Disercomi), le dan seguimiento a la promoción de regímenes especiales, en particular, los regímenes 29-89 y Zonas Francas, así como a la reducción en cuanto a los tiempos de respuesta a los usuarios y a las diferentes gestiones.
Estrada regresa al punto medular: se necesita una estrategia integral, una “sombrilla” grande que, les permita ser atractivos en todos los sectores objetivo, para aprovechar las oportunidades que se están dando con el fenómeno del nearshoring. Eso como parte de una ley de fomento para atraer tanto inversión nacional como extranjera.
Identificar poblaciones y capacitarlas
El otro pilar de la estrategia es el capital humano. En ese sentido, desde la óptica empresarial, es preciso darle a la población el acceso a la capacitación vocacional y técnica.
“La experiencia reciente nos dice que sí podemos generar y retener niveles de inversión de manufactura ligera, tanto doméstica como internacional que, aparte de ofertar mejores salarios, contribuyen al desarrollo de las comunidades donde se instalan”, subraya Lisardo Bolaños, Coordinador técnico de Guatemala No Se Detiene.
Entre los retos para consolidar esta estrategia de país que, por medio del programa Guatemala No Se Detiene se impulsa, está el continuar trabajando en el fomento de la innovación y la tecnología en el capital humano, fortaleciendo programas técnicos que provean estas capacidades y permita dar un salto hacia la sofisticación de la mano de obra disponible, refiere Francis Garnica, directora de Pronacom.
Guatemala tiene historia en hacerlo por medio del instituto vocacional Dr. Imrich Fischmann, con más de medio siglo en formar jóvenes en capacitación de motores, aire acondicionado, ensamblaje de maquinaria liviana. Pero solo puede atender a un número reducido de jóvenes al año. Por lo que hace falta recuperar ese instituto y multiplicarlo. De igual manera, la labor que hace el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap), el cual tiene 23 centros de capacitación vocacional que podrían ser 50. “Uniendo esas capacidades y fortaleciéndolas se puede tener un semillero de trabajadores tecnificados en el corto plazo” estima Hermann Girón, presidente de AGIS y vicepresidente de la Cámara de Finanzas.
Al no tener Guatemala un factor específico de curso productivo diferenciador único que, sea la fuerza que atraiga industrias de manufactura liviana, sólo queda replicar las condiciones mínimas que otras experiencias exitosas han implementado, para atraer esas inversiones. Entre los ejes principales de las condiciones que se necesitan generar como país, es claro que, como potenciales generadores de empleo están: capital humano calificado, infraestructura, competitividad y turismo.
Dependencias interoperables sin trabas
En el caso de la infraestructura, el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda tiene un compromiso importante. “Hay que hacer, o dejar hacer”. Hay un proyecto de Alianza Público Privada apoyado por el Congreso de la República que beneficiaría a miles de personas que podrían generar empleo en la costa sur. Pero está interrumpido porque esta cartera no ha dado autorización de un proyecto aprobado por el Legislativo”, indica Hermann Girón, presidente de la AGIS y vicepresidente de la Cámara de Finanzas.
De igual manera, el Ministerio de Economía (Mineco) es el llamado a que el país pueda librarse de ciertas trampas que detiene el desarrollo económico. “Por medio del despacho y sus dependencias tienen que apoyar dentro del Gabinete de Gobierno, particularmente con Comunicaciones, a que se solucione ese lastre que impide el avance de proyectos ya aprobados como el de la carretera Escuintla, Puerto Quetzal”, subraya Girón.
También precisa terminar de avanzar en el mandato de la ley 5-2021, llamada ley antitrámites que, hace un mandato a la simplificación y a la digitalización, a la generación de portales interinstitucionales para resolver tramites.
“No es suficiente con que cualquier ministerio asegure que sus trámites se hacen en línea. Tienen que ser interoperables, como el avance que ha tenido la Ventanilla Ágil de la Construcción con el acompañamiento de la Cámara de la Construcción”, explica Bolaños.
La experiencia de vestuario y textiles
Un sector modelo, de los que más exporta y más valor agregado genera, es el textil. En 1997, desarrollaron una estrategia integral (sombrilla) orientada a generar mayor valor agregado en toda la cadena productiva, desde el hilo hasta una prenda terminada. Y aunque aún deben de sortear barreras aisladas, el 50% de valor agregado que se queda en Guatemala, se deriva de esa estrategia. No compite con otros países en costo de mano de obra, sino en servicios y en tiempos de entrega rápida.
Como sector, están exportando a los otros países de la región. Más de 100 millones de libras de tela se envía para ser confeccionada en Nicaragua, Honduras y El Salvador. Esa tela se podría confeccionar en Guatemala, pero en la capital, ya no es una industria aspiracional. “Los jóvenes quieren trabajar más en un call center, o ese tipo de actividades. Desafortunadamente, muchos no tienen las competencias para poder trabajar en esas industrias, sobre todo en el interior”, comenta Estrada del gremio exportador.
En ese contexto, el gobierno municipal de la metrópoli le ha venido apostando al clúster de los call center & BPO, no sólo porque genera miles de empleos mejor remunerados, sino porque favorece la inversión inmobiliaria, la fabricación de mobiliario de oficinas, y aparte de dinamizar la comercialización de aparatos tecnológicos, técnicos en reparación de computadoras son beneficiados con la demanda de sus servicios, lo cual va en consonancia de generar oportunidades de ocupación formal para los capitalinos, según el vice alcalde, Víctor Martínez.
Por eso, hace falta llevar al interior, el desarrollo de industrias como el textil, pues hay mucha gente que quiere y necesita trabajar. Por ejemplo, todos los días, trabajadores de los departamentos circunvecinos, salen de madrugada de sus domicilios para trabajar en lo que antes era Koramsa en la capital y, regresan tarde, al final del día.
¿Qué hacer en esos casos? Sugiere Estrada que en el parque Celgusa, (Celulosas de Guatemala, S.A.), podría establecerse un parque de desarrollo porque tiene todas las condiciones. Alrededor hay mano de obra de El Progreso, Las Verapaces, de Zacapa. Hay complejos productivos que se han venido desarrollando, como el Michatoya que tiene dos parques industriales; Puerta de Istmo con un parque con ZDEEP, Zonas francas, la Zona Franca Zeta en Amatitlán.