certeza jurídica/capital humano
Opinión: La cultura digital empieza por la transparencia y el acceso a la información
Resulta innegable la importancia que en la época actual tienen las nuevas tecnologías y el internet.
El uso de herramientas tecnológicas en actividades gubernamentales provee más transparencia en sus procesos. (Foto Prensa Libre: Freepik)
Los medios electrónicos determinan hoy, en gran medida, la forma como nos comunicamos, a la vez que han reconfigurado distintos aspectos de la vida en sociedad, en los campos educativo, laboral, económico y cultural, por mencionar algunos. Basta solo atender al impacto que las redes sociales tienen en la formación de la opinión pública para advertir el efecto ciertamente innovador y transformador de las tecnologías en la dinámica social.
La actividad de la administración pública y la forma como la ciudadanía se relaciona con las autoridades de gobierno también se han visto impactadas por los constantes cambios a nivel tecnológico y por los usos que los medios electrónicos permiten desarrollar en el ámbito de los servicios públicos y en el acceso a la información en poder de los órganos estatales. En buena medida, el internet y la tecnología pueden constituirse en herramientas útiles para facilitar el ejercicio del derecho de acceso a la información pública, con los indudables alcances que ello tiene en materia de transparencia y rendición de cuentas en torno al quehacer gubernamental. A la postre, todo lo anterior repercute en el fortalecimiento del sistema democrático y el Estado de Derecho.
Por su parte, corresponde a las autoridades propiciar la utilización de tales herramientas en función de facilitar el ejercicio de los derechos, marco en el cual tiene sentido hablar de E-government o gobierno electrónico, entendido, precisamente, como el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en las funciones de la administración pública, a efectos de procurar la eficacia y eficiencia de su gestión, elevar sus niveles de transparencia y publicidad, y facilitar la participación de la ciudadanía en el debate público y el devenir de la actividad administrativa.
El contexto actual hace necesario reflexionar sobre la cultura digital, es decir, el conocimiento y manejo de las TIC, la conciencia sobre la utilidad de estas y su empleo libre y responsable en coherencia con los propósitos personales, profesionales o académicos perseguidos. El uso adecuado y eficiente de las TIC a fin de propiciar la transparencia y la rendición de cuentas en las tareas de gobierno exigen el desarrollo de una cultura digital, ámbito en el que la educación juega un papel preponderante, con especial mención de la educación universitaria derivado del impacto que sus acciones podrían tener a nivel social. En efecto, además de adquirir los conocimientos sobre el uso y las posibilidades de las TIC, resulta esencial que la persona tenga una visión crítica, reflexiva y consciente acerca de los alcances de su utilización, la oportunidad de expresar opiniones y generar conocimiento por su medio, y, en lo que aquí interesa destacar, los beneficios que en función de la prestación de los servicios públicos y el acceso a la información pueden conllevar las nuevas tecnologías.
Por supuesto que el fomento y desarrollo de una cultura digital desde las aulas universitarias hace indispensable tener presente siempre, cuales valores esenciales, que el manejo de las TIC demanda el respeto permanente a los derechos humanos, así como el uso de tales herramientas con libertad, ética y responsabilidad. Se trata de valores que, además de informar al sistema educativo en el marco de una sociedad democrática, las instituciones de educación superior están en capacidad de promover y consolidar en la población estudiantil.
La cultura digital afianzada desde la educación universitaria podría determinar una perspectiva distinta en el uso de las tecnologías como instrumento para acceder a la información pública, no solo por la facilidad que conllevan para requerir la información y conocerla, una vez que es puesta a disponibilidad por las autoridades, sino por las posibilidades mismas que las herramientas tecnológicas proveen con relación al análisis de los datos, en tanto permiten estudios analíticos y comparativos, entre otras opciones, los que resultan sumamente útiles en el ámbito de la transparencia y la rendición de cuentas. Esa distinta perspectiva denotaría la necesidad de mayores esfuerzos en materia de transparencia activa, con la correspondiente difusión proactiva de una mayor cantidad de datos de interés para la fiscalización ciudadana y en formatos que permitan su adecuado procesamiento.
La cultura digital así entendida redundaría también en una mayor conciencia de la ciudadanía sobre la necesidad de transparencia en la actividad gubernamental y el carácter esencial del derecho de acceso a la información, es decir, de su respeto y garantía. A su vez, los órganos de la administración se verían motivados, o posiblemente forzados, por aumentar sus estándares de transparencia y por ofrecer mayores opciones de acceso y prestación de los servicios públicos por medio del empleo de las TIC. Incluso, el órgano garante en materia de acceso a la información vería la necesidad de ejercer mayor y mejor fiscalización con relación al cumplimiento de los deberes a cargo de los sujetos obligados. Como se adelantó, todo ello repercutiría en beneficio del ejercicio de los derechos y libertades fundamentales, la reconducción de las actividades de gobierno con miras a cumplir los fines constitucionales, y, finalmente, la consolidación del sistema democrático y las condiciones necesarias para afirmar la existencia de un verdadero Estado de Derecho.
En suma, se trata de múltiples esfuerzos conjuntos, desde las aulas universitarias, desde la función pública y desde la visión crítica y responsable de la ciudadanía, por afianzar una cultura digital que se dirija a aprovechar las TIC como herramientas óptimas de una dinámica de transparencia y publicidad en la toma de decisiones y la acción del Estado, en ejercicio del derecho de acceso a la información, de expresión libre de las opiniones y de participación activa en los asuntos de interés general.
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