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Opinión: Congreso dejará un legado para la infraestructura vial

Un país que solo invierte el 1.7% del PIB en infraestructura está destinado al fracaso. Ahora es el momento de aprobar la ley 5431.

La Ley de Infraestructura Vial Prioritaria fue aprobada en tercer debate en el Congreso de la República. Está pendiente la etapa de enmiendas y redacción final. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Con 131 votos a favor, el Congreso de la República aprobó el 15 de octubre en tercer debate la iniciativa 5431, Ley de Infraestructura Vial Prioritaria. Una iniciativa que intenta romper con los vicios del pasado en cuanto a cómo se construyen las carreteras en el país, y la inoperancia e ineficiencia que seguimos observando de un sistema que ya ha llegado a su fin.

Con esto en mente, solo queda lograr los acuerdos mínimos que faltan de las enmiendas de curul, que ya son más detalles de forma, para su aprobación final por artículos y comenzar a ejecutar un fondo que le permita al país contar con contratos de pagos por disponibilidad, proteger y adquirir el derecho de vía de manera eficiente y transparente, así como con un servicio civil de profesionales que se dediquen a mantener en óptimas condiciones las carreteras más importantes del país.

Uno de los grandes beneficios es que se priorizan las vías centroamericanas, así como los anillos de circunvalación que se recomiendan en los estudios de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA), el anillo metropolitano y el anillo regional C-50, un proyecto urgente para el país si realmente queremos seguir siendo competitivos como nación.

Esta iniciativa, además, es congruente con el Plan Maestro Regional de Movilidad y Logística 2035 de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), que fue apoyado por la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA).

La importancia de esta ley está demás recalcarla. Como hemos visto en estos primeros diez meses de gobierno, no importa quién esté de ministro, ni quiénes sean sus viceministros y directores, el sistema no funciona. Si queremos contar con la infraestructura que el país necesita —de gran envergadura, con puentes atirantados, carreteras de cuatro o más carriles y autopistas donde efectivamente se dé mantenimiento—, no lo podremos lograr si seguimos con el mismo sistema actual, que solo fomenta la ineficiencia y la corrupción.

Para reducir la pobreza y acelerar el desarrollo económico, el país necesita crecer más y, para ello, debemos invertir más. Un joven en Vietnam, por ejemplo, logra multiplicar 10 veces sus ingresos a lo largo de su vida laboral porque dicho país invierte el 31% del PIB, mientras que Guatemala solo logra multiplicar por 2 veces el ingreso, ya que solo se está invirtiendo el 16% del PIB.

La Ley de Infraestructura Vial Prioritaria ayudará a Guatemala, no solo a tener un sistema vial mucho más eficiente, sino también a generar miles de empleos, gracias a los esfuerzos que ya está haciendo el Gobierno del presidente Arévalo para atraer más inversión. Además, permitirá aprovechar las oportunidades que los parques industriales y el nearshoring están generando, gracias a los esfuerzos conjuntos de todas las instituciones públicas, privadas, la sociedad civil, la cooperación y la academia que están detrás de la iniciativa "Guatemala No Se Detiene". En un evento de esta semana sobre el desarrollo de la inversión en el país, se comentó que las proyecciones de inversión extranjera directa ya superan los US$1,700 millones, y que hay una estrategia clara del Ministerio de Finanzas para lograr que Guatemala alcance el grado de inversión. ¿Se imaginan lo que el país podría lograr con una ley que le permita al gobierno contratar de mejor forma la infraestructura vial?

No importa desde qué perspectiva lo veamos —ya sea desde el lado social, político o económico—, la falta de infraestructura vial de calidad es hoy la principal preocupación de los guatemaltecos. Tanto de aquellos que día a día luchamos con el tráfico para llegar a nuestros destinos, como de los que, por las malas condiciones de la infraestructura vial, deben invertir más en la movilidad de personas, bienes o servicios.

Un país que solo invierte el 1.7% del PIB en infraestructura está destinado al fracaso. Sabemos bien que, para el desarrollo integral de nuestro país, necesitamos más infraestructura, y lo principal en este momento es la infraestructura vial. La red vial registrada actualmente abarca 18,870.9 kilómetros, lo que apenas significa 1 metro de red vial por habitante, mientras que países como Estados Unidos o Francia tienen 20 o 19 metros, respectivamente. Ni qué decir de Costa Rica, que tiene 8 metros de red vial por habitante, o El Salvador, con 2 metros por habitante.

Si queremos apostar por ser un país más productivo, con las capacidades para aprovechar los beneficios que hoy podemos alcanzar, y con el Gobierno del presidente Arévalo apostando por la transformación económica y social del país para que Guatemala tome el liderazgo centroamericano, debemos duplicar la inversión extranjera directa al final de su gobierno. El Congreso puede dejar ese gran legado al país aprobando finalmente la iniciativa 5431, Ley General de Infraestructura Vial Estratégica.

Para ello, la próxima semana y las primeras semanas de noviembre serán claves, antes de que comience la discusión del presupuesto en el pleno y se aborde la coyuntura política. El momento es definitivamente ahora, para que el próximo año se puedan comenzar a estructurar contratos de pagos por indicadores que ayuden al país a generar carreteras de primer nivel.

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ESCRITO POR:

Juan Carlos Zapata

Director ejecutivo de Fundesa. Maestría en Gestión Pública y Liderazgo. Licenciatura en Administración de Empresas con especialización en Finanzas. Representante de diferentes mesas de trabajo del sector empresarial.