En primer lugar, debemos darles una atención especial a las nuevas generaciones. El empoderamiento de los jóvenes en búsqueda de empleo es una misión crítica que requiere una estrategia multifacética. Utilizando la tecnología como una herramienta fundamental, podemos equipar a las personas con habilidades relevantes y actuales, preparándolas no solo para competir sino para sobresalir en el mercado laboral. Por otro lado, es indispensable trabajar en lo que en Programa Valentina llamamos la ‘triple A’: El Autoconocimiento para el Autoestima y la Autoconfianza. Estos tres conceptos, permiten que cada persona entienda cuál es su valor dentro de la sociedad y cómo pueden aportar profesionalmente dentro de una empresa. Con esto, aportamos al desafío de fomentar un compromiso más profundo en un mundo de oportunidades transitorias y dinámicas.
Cuando las personas acceden a empleos que verdaderamente las empoderan, se desencadena una cascada de efectos positivos que van más allá de las contribuciones económicas a sus hogares. Un empleo de valor infunde un sentido de propósito y añade un significado a sus labores diarias, lo cual es fundamental para su bienestar emocional. No se trata solamente de satisfacer las necesidades básicas familiares, sino de posibilitar la realización de sus sueños y los de su familia.
En un contexto como el de Guatemala, donde solo el 30% de la población está empleada en la economía formal, incrementar ese porcentaje podría significar extender beneficios vitales como la seguridad social, vacaciones para reconectarse con los seres queridos, y otras garantías laborales a un espectro más amplio de la sociedad. Además, tiene muchos beneficios para la empresa también ya que estar en un entorno de trabajo que empodera, permite ser un catalizador para la creatividad y la innovación, ya que los colaboradores se sienten incentivados a proponer nuevas ideas y soluciones, contribuyendo así al progreso y al dinamismo empresarial.
Un trabajo que empodera es un bien inestimable. No se trata solamente de cumplir con las tareas asignadas, sino de permitir que los empleados se sientan valorados y sean partes integrales de una visión más amplia.
La creación de empleos de valor es una responsabilidad compartida, aunque recae en gran medida en los empleadores. Ellos tienen la capacidad de implementar estrategias que no solo desarrollen el talento existente, sino que también allanen el camino para las futuras generaciones. Estas ser escuchadas para establecer condiciones que fomenten su participación laboral y para que afronten los retos con mayor motivación y gratitud. La adaptación a las nuevas tecnologías es indispensable para mantener la relevancia y eficiencia del trabajo. De igual importancia es la evaluación de los procesos de reclutamiento utilizando herramientas tecnológicas innovadoras para evaluar de forma objetiva a los candidatos y garantizar procesos inclusivos, efectivos en cuanto a resultados de desempeño y alineación con la cultura empresarial del candidato seleccionado.
Las herramientas de la inteligencia artificial permiten identificar al talento que mejor empata con las aptitudes de cada posición laboral y diseñamos rutas de aprendizaje personalizadas que garantizan el crecimiento individual alineados con los mejores recursos disponibles. Estamos convencidos de que en Guatemala existe muchísimo potencial aún sin explorar. Juntos, podemos crear un futuro donde el trabajo no sea solo un medio de vida, sino una plataforma empoderadora que le dé sentido a la vida misma.
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