Según el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) se contabilizan 17 mil 132.37 kilómetros en la red vial del país, que incluye 4 mil 412.42 kilómetros de caminos rurales “que permiten la comunicación entre las cabeceras municipales y sus comunidades como aldeas y caseríos”.
Mauricio Mendizábal, director de la Cámara Rural Campesina resaltó la pérdida de competitividad que se tiene a nivel nacional por las carreteras asfaltadas en mal estado o que ya perdieron su vida útil y presentan hundimientos; así como las malas condiciones de los caminos rurales que “están peor que la red asfaltada” y en temporadas de lluvias presentan deslaves y atascos para los vehículos.
Es necesario utilizar vehículos de doble tracción para poder trasladar los productos desde las comunidades y eso encarece los costos, explicó Mendizábal al estimar en Q3 millones el impacto por las pérdidas al no poder acceder a los mercados en el tiempo previsto con los productos.
El país tiene una de las más bajas tasas de desplazamiento del transporte de carga por carretera, por la mala infraestructura se tienen 18 kilómetros por hora, dijo Alex Calderón, expresidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos.
Los caminos rurales son un embudo para sacar la producción, por lo que es urgente para el país atender este déficit que se tiene en la red vial. Si hay una buena carretera las personas, la producción, el comercio y la economía se mueven, agregó Calderón.
La Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), citó en el estudio “Necesidades de caminos rurales para potencial el empleo en el área rural”, que estas vías contribuyen directamente al desarrollo económico, y se calcula que un aumento del 1% en el capital de infraestructura, eleva en 1% el Producto Interno Bruto (PIB) de un país.
Producir mejor
Además de la infraestructura vial, Mendizábal señaló otras carencias que afectan a los productores rurales, como la falta de centros de acopio y el acceso al crédito en condiciones favorables para las organizaciones locales productivas.
Un aspecto fundamental es darle valor agregado al producto, pasar de vender materias primas, como pasa con el café —que se exporta en grano verde—, que se podría vender tostado y empacado, lo que se convierte en mejores ingresos y salarios para los agricultores, comentó el directivo de la Cámara Rural Campesina.
Una de las claves para elevar la productividad es fortalecer las cadenas de valor, desde la finca o parcela hasta el puerto, según Calderón, esto repercute en mayor y mejor oferta de productos que se pueden comercializar.
Por ejemplo, Guatemala es uno de los principales exportadores de cardamomo a nivel mundial, y según una publicación especial de la Universidad del Valle (UVG) de 2021, se estima que el cultivo está en manos de 400 mil familias de pequeños y medianos productores ubicados en Alta Verapaz, Quiché, Huehuetenango, Izabal y Baja Verapaz.
En la cadena de valor de este cultivo se tiene como actores a productores que intervienen en la plantación en viveros y la cosecha del fruto, además se requiere de transportistas que lleven la producción al beneficio, que puede ser comunitaria o de propietarios de la secadora, para después pasar con un intermediario a la fase comercial.
Recursos por aprobarse
Desde hace cuatro años se presentó el proyecto de apoyo a las cadenas productivas agroalimentarias, con un préstamo aprobado por el Banco Mundial (BM) por US$150 millones, pero aún se encuentra pendiente de ser entregado al Congreso de la República para que cobre vigencia.
Fernando Paredes, oficial de operaciones del BM, informó que el proyecto contempla beneficiar hasta nueve cadenas productivas, pero deben afinarse las proyecciones debido a que se diseñó antes de la pandemia y algunos datos pueden variar.
El cardamomo, microvegetales y vegetales, y la producción de maderas finas en el departamento de Petén, podrían considerarse dentro de las cadenas de valor que se incluirán en el proyecto financiado por el BM, pero se definirán cuando se tengan avances en la aprobación del crédito.
Caminos para productores
A diferencia de las carreteras pavimentadas, los caminos rurales despiertan poco interés para construirlos, por eso las operaciones del BM se dirigen a estos proyectos, aseguró Paredes al comentar que prepara una propuesta de financiamiento que podría estar entre los US$150 millones y US$300 millones dirigida a las rutas comunitarias, que son de gran importancia para avanzar en extender la red vial del país.
Con este proyecto, que estaría coordinado por la Dirección General de Caminos del CIV, pero ejecutado por los gobiernos locales, Paredes indicó que se complementa el préstamo para fortalecer las cadenas productivas: se mejora la producción, se genera empleo y se reduce la migración, al tiempo que se facilita el acceso a los mercados con la inversión en infraestructura.