ATRACCIÓN DE INVERSIONES

Calor hace que consumamos más: ¿Por qué el país necesita más oferta de energía?

Alerta climática y mayor consumo de energía puede ser una oportunidad para acelerar inversión extranjera y convocar licitaciones de transmisión y generación, según el sector privado.

Durante la ola de calor que atraviesa Guatemala, el uso de ventiladores y aire acondicionado ha aumentado y, por lo tanto, también la demanda general de energía del país.

Es un día regular en la fábrica de guantes de látex para uso industrial y doméstico de Grupo Showa. La planta en Puerto Barrios, Izabal, abastece desde ese punto estratégico del Caribe a mercados en Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica… cuando un apagón complica y retarda las líneas de producción.

Solo en enero pasado se registraron cinco apagones, mientras que en febrero fueron siete. Con cada corte de energía, que suele durar entre cinco y 20 minutos, se llegan a contabilizar pérdidas de 2 mil a 3 mil docenas de guantes. Esto se debe a que se detienen las máquinas y reanudar la producción implica volver a configurarlas.

Esta dificultad afecta los planes de expansión de la empresa. “Pero una vez que nuestra operación sea estable deberíamos considerar la ampliación de esta planta, porque nuestra producción es pequeña en comparación con el tamaño del mercado”, comenta a Prensa Libre Tatsuya Hoshino, director ejecutivo de Grupo Showa Gloves. Se contactó a un representante de la empresa Electronova, proveedora de energía en la zona de Puerto Barrios donde se ubica la planta de Showa Gloves, pero al cierre de esta nota no se había obtenido respuesta.

En 2023 alcanzaron los US$25 millones en ventas, cifra que, aunque tiene el potencial de aumentar, enfrenta obstáculos que limitan el incremento de las operaciones. El principal es el suministro de energía. En esta planta “a veces sufrimos apagones, lo cual es totalmente inaceptable, porque cuando se produce un apagón eléctrico todos los productos en línea se estropean, lo que supone una gran pérdida”, resalta el ejecutivo.

Para Beatriz Lara, gerente de Electronova, empresa que provee energía en esa área de Puerto Barrios, “gran parte del reto que está enfrentando Guatemala no es solo la capacidad de generación, que no ha crecido al mismo ritmo de la demanda residencial e industrial, sino también en materia del crecimiento y el fortalecimiento de las redes de distribución y transmisión. Cuando se conjugan estos dos factores vemos una demanda que cada vez requiere mayor infraestructura y capacidad”.

Añade Lara que “las empresas comercializadoras de energía, dentro del mercado eléctrico guatemalteco, tenemos la responsabilidad de buscar condiciones eficientes y competitivas de suministro que sean a un costo aceptable y competitivo para la demanda. Es decir, que buscamos comprar fuentes de suministro a través de los generadores y atendemos demandas, como Showa o cualquier otra industria que esté habilitada a operar, y le vendemos esa energía”. Pero, –continúa–  si hay microcortes, si se va la energía por períodos o si la calidad no es la óptima que requiere la demanda, esa claridad de la energía depende de lo que el distribuidor puede brindar en función de esa calidad de servicio. Entonces, si la distribuidora no tiene una infraestructura idónea o si tiene contingencias del lado de la transmisión de energía, que son los transportistas, la demanda, por más competitivo que sea el contrato de la comercializadora, no recibe esas condiciones de beneficio, porque no recibe el suministro. Actualmente, el área de Izabal es muy deficiente en función de transmisión y distribución”.

Para Raúl Bouscayrol, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), esto afecta la imagen de Guatemala ante los potenciales inversionistas. “Un país que no ofrece energía eléctrica eficiente de buena calidad, capaz de atender los requerimientos de la población y de la industria, no está mandando un mensaje de alfombra roja para que vengan a invertir”, argumenta.

Sin embargo, el suministro de energía eléctrica no es un problema exclusivo de dicho municipio. En lo que va del 2024, el consumo de electricidad en Guatemala aumentó un 9.5% y la demanda se duplicó. Se está alcanzando la oferta con un consumo de 2 mil 12 MV, cifra que supera la del 2023, que fue de 1 mil 970 MW.

Rudolf Jacobs, presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Generadores con Energía Renovable (Ager), argumenta que esto es parte del origen por el que el gobierno decretó estado de emergencia en el sistema eléctrico guatemalteco, puesto que “la demanda de energía en Guatemala ha crecido muy rápido. Solo de abril del año pasado a abril del año actual, tomando como referencia solo un mes, la demanda de energía ha crecido en un 16%”.

Para Bouscayrol, este incremento del consumo es una señal positiva, “porque ocurre gracias a la industrialización y urbanización que ha tenido el país. Está claramente demostrado en los países desarrollados que, a mayor demanda de energía eléctrica, mayores índices de desarrollo”. Cada vez se está usando más energía de la misma capacidad instalada, debido al aumento de producción industrial que automáticamente se refleja en el consumo de electricidad. A este fenómeno, Luis Ortiz, presidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), lo define como “el factor de carga del sistema, que hace ya bastantes años era del 56%, pero hoy es del 76%. A pesar de trabajar con la misma capacidad, el tiempo incrementa, entonces hay un mejor uso de la capacidad instalada”.

Otra de las razones a las que se le atribuye el uso de energía es el clima de los últimos meses. “El calor implica más uso de ventiladores y aires acondicionados, eso ha hecho que tengamos este pico en la demanda”, comenta Bouscayrol. Guatemala está pasando por una intensa ola de calor y ha registrado –en los casos más extremos– temperaturas de 44 ºC con una sensación térmica de 50 ºC, una de las temperaturas más altas. Esto aceleró el consumo de energía y redujo la cantidad que había disponible.

Ante la alta demanda energética, una de las preocupaciones de Bouscayrol es que “el primer impacto que se tendría es que suban las tarifas. En el momento en que la demanda se va acercando a la oferta, los precios empiezan a volverse un tema crítico”.

El aumento de temperatura también ha incidido en la cantidad de agua disponible para la generación de energía con esa fuente renovable. “En momentos como el actual, donde la oferta hidroeléctrica se reduce por la sequía, evidentemente con un crecimiento de demanda y una reducción en la oferta hidroeléctrica, hace falta agregar más plantas”, señala Jacobs.

Licitación PEG-5


Existe una licitación para contratos de largo plazo que forma parte del Plan de Expansión de Generación (PEG), conocida como PEG-5, cuyo lanzamiento se proyecta para este año con el objetivo de adjudicar nuevas plantas de generación para el 2030, ya que en ese año se vencen los contratos por más de 1 mil 065 megavatios.

Según Víctor Hugo Ventura, ministro de Energía y Minas, se espera que esta licitación se lleve a cabo a finales del tercer trimestre. “Estamos hablando de nuevos proyectos y de algunas plantas existentes que pueden seguir ofertando. Además, se habla de alrededor de 1 mil a 1 mil 200 MV para esa licitación”, estima Ventura.

En cuanto a los planes de la CNEE, Ortiz plantea que tendrán listos los términos de referencia hacia octubre de este año. “Estamos en la etapa de afinar los números sobre los requerimientos de energía para las distribuidoras. Una vez hechos los modelos de análisis, nos sentaremos con las distribuidoras para que cada una de ellas, que son los ejecutores, proceda a hacer la convocatoria”, aclara Ortiz.

Sin embargo, desde el punto de vista de Bouscayrol, Guatemala “ya va tarde” en la convocatoria para la licitación PEG-5, la cual, cuando se implemente, cubriría el 50% de la demanda de más de 2 mil 200 MV. “Es posiblemente muy grande y tal vez eso es lo que la detiene… tal vez hay que ‘partirla’ para de esa manera agilizarla y poder salir lo antes posible con esa licitación”, sugiere Bouscayrol.

Jacobs coincide, ya que de realizarse esa licitación “en partes más pequeñas propiciaría que un bloque de plantas solares pudiera construirse en el muy corto plazo” y tener inversiones ejecutándose “más rápido”

Ortiz difiere y considera que no existe una necesidad para acelerar este proceso de licitación. “La función primaria es hacer las compras de energía en calidad y en las mejores condiciones de precio para la demanda regulada, que a hoy tiene completamente cubiertas sus necesidades de energía”.

Un país “importador de energía”

El estudio titulado “Estrategia para la transición energética en Guatemala” estima que solo se ha aprovechado el 12% del potencial total de recursos renovables del país.

En 2023, el 39.3% de la energía utilizada en el país se originó de esta forma, mientras que el 19% por biomasa, un 1.7% de manera fotovoltaica (que se refiere a la transformación de la radiación solar en electricidad), la geotérmica en un 2% y la eólica, 2.4%. Otras fuentes como el vapor o por motor significaron un 17.8% y 3.9%, respectivamente. Además, el país importó el 13.2% de energía generada en ese año, que, según Jacobs, se debe a que “por no haber instalado nuevas plantas, Guatemala se ha convertido en un país importador de energía”.

Guatemala tiene un amplio potencial de energía solar, eólica, geotérmica e hidroeléctrica. Sin embargo, Jacobs identifica que “en el mundo, la tecnología que se está convirtiendo en más competitiva es la tecnología solar y eólica. En Guatemala, la base de la energía principal es hidroeléctrica y tenemos todavía mucho potencial por aprovechar”.

Bouscayrol reconoce que Guatemala tiene variedad de recursos para la generación de energía que no se están aprovechando, como la geotermia. “La matriz energética necesita diferentes tipos de tecnología para controlar la base. Entiendo que la política energética de Guatemala es llegar al 80% de renovables para el año 2030, entonces la licitación está enfocada en lograr esa meta. Pero siempre se debe buscar la generación al mínimo costo posible, porque eso nos va a volver un país más competitivo y más atractivo para las industrias que se quieran instalar acá”, recalca Bouscayrol.

Para alcanzar esas cifras de energía generada con recursos renovables, se pueden instalar plantas de “fácil construcción”, las cuales Jacobs estima que para el 2025 podrían estar en marcha. “Podríamos estar desarrollando proyectos de tecnología solar que se construyan muy rápido, pero se requiere acelerar los trámites de aprobación y, eventualmente, la emisión de licitaciones por parte de las distribuidoras que pudieran ser específicas para traer un bloque de generación solar en el corto plazo”, plantea Jacobs.

Para Ortiz, la matriz de Guatemala es balanceada, ya que existen otras tecnologías para la generación de energía, lo cual ha permitido, con ciertos niveles de riesgo, superar la época del verano.

Redes de transmisión “congestionadas”

Para que Guatemala cuente con energía suficiente para la población y la economía, Jacobs considera que se requiere inversión tanto en plantas de generación como en líneas de transmisión, puesto que “las redes de transmisión en el país están altamente congestionadas y esas son las que hacen posible que nuevas plantas de generación se puedan instalar para llevar esa energía a las ciudades y a las poblaciones”.

Actualmente, alrededor del 10% de la población, es decir, por lo menos un millón de guatemaltecos, no tiene acceso a la energía eléctrica. Esta población está localizada en áreas remotas de Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz. Esas son áreas en donde Jacobs considera que es necesario “instalar pequeñas plantas de generación en las comunidades o aldeas que estén muy retiradas de los sistemas de cables de distribución y así poder satisfacer la energía eléctrica con generación local a base, por ejemplo, de paneles solares y baterías o pequeñas centrales hidroeléctricas”.

Una forma de lograrlo es por medio de las licitaciones para ampliar las redes de transmisión. “El tema no solo es licitar la construcción para que se logren llevar a cabo las líneas de transmisión, es necesario un acompañamiento del Estado y una flexibilidad para los constructores en el tema de los derechos de paso. Hacer las líneas requiere pasar por diversas propiedades y áreas protegidas, y es muy importante el acompañamiento del Estado para que sea una realidad”, plantea Jacobs.

Consultado Juan Fernando Castro, viceministro de Energía y Minas sobre la licitación de transmisión, informó que está planificada para agosto de 2024 y que constará de tres lotes: Petén, Alta Verapaz y la Costa Sur. “El segundo lote sería en la zona de las Verapaces para reforzar en 230 mil voltios y queremos ver si podemos sacar una línea hacia Cobán y subir a Chisec”, plantea.

El contar con acceso a energía eléctrica, a criterio de Bouscayrol, es sinónimo de desarrollo y progreso. “Deberíamos tratar de que llegue a todo el país. Me parece que las autoridades actuales hablan mucho de un 100% de electrificación, pero eso se va a lograr únicamente si tenemos éxito en estas licitaciones de generación y de transmisión”.

Sin embargo, Lisardo Bolaños, coordinador técnico de Guatemala No Se Detiene, considera que, por la vía del Gobierno Central, la descentralización podría resultar “altamente costosa y no siempre sostenible”, sobre todo con “un Inde desfinanciado por las deudas de las empresas municipales de energía y por el subsidio eléctrico”. Añade que “la otra opción es una política agresiva de urbanización y empleo, que atraiga esa población lejana a centros urbanos”.

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ESCRITO POR:

Ximena Santiago

Periodista en colaboración con Prensa Libre para el proyecto Guatemala No Se Detiene, especializada en Economía