Los militares gastaron durante el año a un ritmo de Q103 millones mensuales y, por cada quetzal destinado a Defensa, 91 centavos fueron utilizados para pagar salarios, especialmente los de la alta jerarquía.
Las transferencias
La congresista Nineth Montenegro contabilizó tres transferencias presupuestarias. La primera, efectuada en julio, por Q20 millones para que la institución castrense se encargara de la contratación de las empresas que distribuyeron los fertilizantes.
Las dos transferencias restantes por Q58 millones y Q160 millones, se efectuaron en octubre elevando el gasto castrense al 0.69 por ciento del Producto Interno Bruto, PIB, superando el parámetro establecido en los acuerdos de paz, que era de 0.66 por ciento.
La Misión de Naciones Unidas para Guatemala, Minugua, hizo un llamado al Gobierno para detener el gasto militar, considerando que restaba oportunidades a inversión en educación, salud y seguridad.
Lo más grave para los sectores proderechos humanos es que el gasto militar no ha podido ser fiscalizado a cabalidad.
Información secreta
El titular de la Defensa, Macloni Morán, fue interpelado en el Congreso para tratar de establecer el destino del dinero que se les asigna, pero bajo el argumento del secreto militar, se negó a proporcionar detalles de su uso.
Inclusive, al cierre de año, ninguna autoridad supo explicar cómo sobrevivió el Ejército, debido a que a fines de noviembre, ya había acabado con el dinero que se le presupuestó.
Transferencias
Defensa recibió transferencias presupuestarias hasta topar su asignación permitida en los acuerdos de paz:
? Q20 millones en junio, para encargarse de contratar a las empresas que distribuyeron fertilizante.
? Q58 millones en octubre, para pago de salarios.
? Q160 millones en octubre, para salarios y otros gastos.