Pérez se sentó por segundo día consecutivo en la silla de los testigos, donde es interrogado por la defensa, que trata de establecer que el exconvicto coopera con el Gobierno de Estados Unidos por interés personal, pues aspira a obtener un visado para permanecer viviendo en este país, donde ya cumplió 6 años de prisión.
Pérez fue condenado en 2015 a 135 meses de cárcel, de los que cumplió 75 tras un acuerdo con la Fiscalía Federal en Virginia para cooperar en el caso contra Tony Hernández, hermano del exgobernante y que cumple cadena perpetua en EE.UU. por narcotráfico.
Tras haber cumplido su sentencia rebajada, ahora Pérez espera lograr el visado que le permitiría residir en Estados Unidos.
En el interrogatorio que le hizo Raymond Colón, abogado de Hernández, Pérez habló con detalle de los US$2,4 millones que dio para la primera campaña presidencial del político hondureño (producto del tráfico de cocaína) de los que US$1,4 millones fueron pagados en tres momentos.
El millón restante fue solicitado en mitad de la campaña por Tony Hernández durante una reunión en el municipio de Copán, a la que acudieron los hermanos Arnulfo y Luis Valle, del cartel de los Valle Valle, así como el narcotraficante Alexander Ardón, alcalde de ese municipio y quien cumple cárcel en EE.UU. por narcotráfico y que también testificó en el juicio de Hernández.
Todas las entregas del dinero de Pérez se hicieron a través de Arnulfo Valle, su amigo y socio en el tráfico de cocaína que traían desde Suramérica a Copán, Guatemala y EE.UU.
De acuerdo con Pérez, el primer millón fue entregado a Arnulfo en una gasolinera cerca del puerto de Cortés, donde llegaba la cocaína que traficaban.
El testigo dijo además que Arnulfo Valle le informó de la petición de Tony Hernández. Pérez pidió a Valle que entregara ese dinero a cambio de recibir información sobre los movimientos de la DEA en Honduras.
El abogado Colón preguntó al testigo si le constataba, ya fuera por correos, mensajes de texto, llamadas o video que ese dinero fue entregado a la campaña de Juan Orlando Hernández, a lo que en todo momento contestó que Arnulfo le aseguró que se había hecho.
Colón dejó establecido con su interrogatorio (en que la defensa trata de desacreditar a los narcotraficantes que ha presentado la fiscalía como sus testigos estrella, muchos con varios asesinatos cometidos) que Pérez dejó Honduras en el 2014 porque temía ser arrestado por la DEA.
El abogado defensor le preguntó si se refería a “la DEA con la Policía Nacional de Honduras bajo el Gobierno de Hernández (que surgiría tras las elecciones)”, a lo que Pérez contestó con un “sí”.
Durante los argumentos de apertura del juicio, la defensa insistió en que probará que los testigos en contra de Hernández solo buscan vengarse de él por haber sido extraditados bajo su Gobierno y que el acuerdo para testificar reduzca su sentencia y ayude a traer a EE.UU. a sus familiares bajo el programa de protección y poder obtener visado para residir en este país.
El exconvicto aseguró además haber recibido una llamada en 2014 de Arnulfo Valle, quien le pidió conseguir un arma para asesinar al expresidente Hernández, pero Pérez rechazó tener alguna participación en esos planes.
Arnulfo y Luis Valle fueron extraditados y según salió a relucir en el juicio, Hernández dio la autorización por haber fraguado el complot para asesinarlo.