Sin embargo, cuando ella llegó al lugar, él la llevó a una cueva ubicada en el asentamiento El Cerrito, zona 7, donde le cortó el cabello con navaja y, la quemó con un leño encendido.
Además, la violó y la golpeó de tal manera que le ocasionó lesiones en el cráneo.
Mientras cometía esos vejámenes le decía al niño: “Así se trata a las mujeres. A ellas no se les entierra, se les mata y se les deja ir en un río, como a los perros”, según denunció la víctima.
Pérez Guzmán torturó a su exesposa en la cueva, aparentemente porque esta había decidido separarse de él desde hacía varios meses y para entonces ya tenía otra pareja.
El 29 de septiembre del 2012, residentes del asentamiento El Cerrito se percataron de lo que sucedía con la mujer y el niño, en manos de Pérez Guzmán, ya que este pretendía arrancarle las uñas a la víctima.
Inocencia lo delata
Pérez Guzmán envió al niño a que consiguiera un alicate en las viviendas cercanas, y cuando los vecinos le preguntaron al pequeño para qué lo necesitaba, este, en su inocencia, les dijo que serviría para que su padre le arrancara las uñas a su madre —él le decía papá a Pérez Guzmán—.
Sin embargo, los vecinos temen hablar de lo sucedido.
La mujer permaneció en la cueva durante cinco días, y su hijo había estado en manos de Pérez Guzmán desde tres días antes.
El Ministerio Público acusa a Pérez Guzmán de plagio o secuestro y violencia contra la mujer, en sus tres formas, física, sexual y psicológica.
Difícil acceso
Para llegar a la cueva donde estuvieron cautivos Brenda Gómez y su hijo se debe cruzar un río. Fue allí donde vecinos del asentamiento El Cerrito, zona 7, hallaron a la mujer. Abajo, se observan zapatos del niño retenido y objetos con los que el sindicado torturó a su exesposa.