La Encuesta Libre, llevada a cabo por ProDatos por solicitud de Prensa Libre y Guatevisión, señala que el 66% de los guatemaltecos creen que dejar en blanco una papeleta significa que su voto será anulado, cuando en realidad no marcar nada en la boleta electoral se toma como un voto en blanco.
Los datos que hoy revela la Encuesta Libre también señalan que el 32% de los entrevistados dice tener claridad sobre qué es voto nulo y es consciente de que dejar la boleta en blanco no es anularlo. Por otro lado, el 68% todavía dice no tener clara la diferencia de estas acciones.
La importancia de diferenciar el voto en blanco del nulo radica en que desde el 2019 este último tiene validez legal. Una elección de primera ronda podría repetirse si el 50 por ciento más uno del total de votos válidos emitidos corresponde a los nulos. En ese extremo, los partidos deben celebrar nuevas asambleas de proclamación, aunque no están obligados a cambiar a sus candidatos.
Aunque todavía existe confusión sobre el votos nulo y en blanco, esta es menor que en el 2019. De acuerdo con la Encuesta Libre realizada para ese proceso electoral, el 81% de los entrevistados entonces confundía el voto en blanco con el voto anulado, 15% más que los datos más recientes.
La Ley Electoral y de Partidos Políticos (Lepp), en su artículo 237 explica que el voto nulo “es todo aquel que no esté marcado claramente con una X, un círculo u otro signo adecuado, cuando el signo abarque más de una planilla, a menos que esté clara la intención de voto, o cuando la papeleta contenga modificaciones, expresiones, signos o figuras ajenas al proceso”.
Por regiones
La confusión que rodea la anulación del voto podría cobrar relevancia al tener claro que el voto en blanco no tiene ninguna validez, y el nulo sí.
La falta de claridad en estas acciones, aunque con mínimas diferencias, es generalizada, independiente de las áreas geográficas, metropolitana, rural o interior urbano.
Por ejemplo, el 90% de los guatemaltecos entrevistados en el área metropolitana dice reconocer que una papeleta tachada es un voto nulo; sin embargo, el 63% también cree que anularlo es dejarlo en blanco.
En el interior urbano el 65% de la población confunde el voto en blanco con el nulo, sobre un 91% de guatemaltecos que dicen reconocer que tacharlo es anularlo.
En el área rural los números varían más y el 88% cree que tachar la papeleta es suficiente para anular el voto, mientras que el 69% todavía cree que dejarlo en blanco tiene el mismo resultado.
La claridad sobre anular el voto con tachones no es diferente entre hombres y mujeres, pero sí la confusión de dejarlo en blanco como una anulación, de ahí que el 71% de mujeres cree que es lo mismo, contra el 61% de hombres.
En relación con los grupos etarios, la certeza de anular el voto con tachones en la papeleta es consistente y ronda entre el 89% para el de 18 a 30 años y hasta el 90% para el grupo de 46 años o más. Los que todavía confunden voto nulo y voto en blanco también tienen números similares, mientras que el 68% de las personas de entre 18 y 30 años cree que ambas acciones son lo mismo y el 64% lo cree entre el grupo de 46 años o más.
Los niveles socioeconómicos también influyen en la confusión de las condiciones en las que se anula un voto. Mientras el 91% de la población de nivel medio y alto dice reconocer que una papeleta tachada es un voto nulo, el 55% lo confunde con el voto en blanco. En el nivel popular, la confusión de voto nulo y voto en blanco sube al 68%.
Desesperanza
La Encuesta Libre, elaborada por ProDatos por solicitud de Prensa Libre y Guatevisión, también midió la percepción de los guatemaltecos respecto de si las elecciones significarán un cambio para el país. El escepticismo dominó las respuestas y el 60% de la población considera que nada cambiará luego del proceso electoral.
El clima de desencanto en que las elecciones representarán una mejora ha decrecido en las últimas tres mediciones.
En el 2015, el 58% de la población sí creía que las cosas mejorarían en el país después del evento electoral, sentimiento que se mantuvo en el 58% de los entrevistados en las elecciones del 2019.
Esa sensación de desesperanza en cambios a partir de los comicios se marca más en el área metropolitana, donde solo el 31% de la población cree que las cosas mejorarán. En el interior urbano lo cree el 39% de los entrevistados y en el área rural, el 45%.
Son las mujeres las más esperanzadas en obtener una mejoría a partir de las elecciones. El 43% dice creer en cambios y el 37% de los hombres piensa lo mismo.
En relación con las edades, el grupo entre 18 y 30 años es el que más esperanza de cambios muestra, con un 43% de respuestas positivas, y el más desencantado es el de 31 a 45 años, pues solo el 38% ve una mejoría.
Por segmento socioeconómico, el 42% de la población del sector popular espera una mejoría con las elecciones, mientras que los niveles medio y alto reflejan un escepticismo del 72%.