En la gráfica se comparan los porcentajes de participación entre la primera y segunda vuelta de Elecciones Generales de Guatemala.
Entre los datos destaca el de las elecciones de 1985 ya que el país venía de una de secuencia de gobiernos militares entre las décadas de 1950 y 1980, durante los cuales comenzó el conflicto armado interno.
Este conflicto agravó la represión estatal, al punto de que el 23 de marzo de 1982 una asonada militar derrocó al entonces presidente Romeo Lucas García e instaló un triunvirato liderado por el general Efraín Ríos Montt.
En esa época la cita con las urnas tuvo lugar el 3 de noviembre de 1985. En esa ocasión participaron ocho candidatos presidenciales en la primera vuelta, pero ninguno de ellos obtuvo mayoría absoluta y por eso se programó la elección de la segunda vuelta para elegir al presidente, entre los partidos DCG y UCN, el 8 de diciembre.
En dicha elección los ciudadanos eligieron al binomio de la DCG, integrado por Marco Vinicio Cerezo Arévalo y Roberto Carpio Nicolle, primeros gobernantes civiles después de casi 30 años de gobiernos militares.
En la gráfica de Diálogos se evidencia que en esa elección, el porcentaje de participación fue masivo, en ambas elecciones, pues se registró más del 60% de asistencia ciudadana a las urnas.
Descenso
En las siguientes cinco décadas la participación, según los datos de la gráfica, descendió, hasta las elecciones generales del 2011, las cuales se llevaron a cabo el domingo 11 de septiembre y en las que Otto Pérez Molina gozaba de popularidad; sin embargo, fue al balotaje porque ninguno de los candidatos presidenciales ganó por mayoría absoluta.
Ese año, los dos candidatos con la mayoría de los votos, Otto Pérez Molina y Manuel Baldizón, compitieron en una segunda vuelta electoral que se llevó a cabo el domingo 6 de noviembre de 2011 y según datos del Tribunal Supremo Electoral, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales fue ganada por Otto Pérez Molina con 53.76% de los votos.
Fue hasta ese año, luego de las primeras elecciones de la era democrática, que en la primera y segunda vuelta electoral se mantuvo un porcentaje de participación mayor al 60%.
Desencanto
A criterio de Edgar Ortíz, director del área jurídica de la Fundación Libertad y Desarrollo de Guatemala, siempre hay, durante la segunda vuelta electoral, una caída de diez y quince puntos, aproximadamente y casi siempre ocurre una participación por debajo de los 61 puntos vistos durante la primera vuelta.
Ortíz enfatiza que es importante recordar que “esa caída de la participación no es uniforme ya que se evidencia una caída más pronunciada en algunas de las zonas más alejadas de los centros urbanos, en los municipios con mayor población rural”.
Agrega que es en las ciudades en donde se observa una caída menos drástica de la participación y en relación con la segunda vuelta de este 2023 comentó: “hasta lo que hemos visto hoy, es una jornada típica de segunda vuelta, de acuerdo con lo observado y las visitas a centros de votación”.
Ortíz compartió en sus redes sociales un análisis que efectuó acerca de la intención de voto en la elección presidencial de este 2023 en el que anotó que el mapa de rojo muestra cuánto cayó la participación en el 2019 entre primera y segunda vuelta y agrega que “mientras más rojo es que más cayó la participación”.
7/ Al analizar el mapa de calor de UNE y compararlo con la caída de intención de voto en 2019, vemos que tienen un problema. Mientras más rojo, es que más cayó el voto en segunda vuelta en 2019. pic.twitter.com/k5WU6UhOcO
— Edgar Ortiz Romero (@edgar_ortizgt) August 17, 2023
En este enlace puede acceder a las memorias electorales del Tribunal Supremo Electoral de Guatemala, desde 1984 a la fecha.
Ausencia de liderazgo
A criterio de Rubén Hidalgo, Director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, INCEP, la apatía y desencanto de la ciudadanía es “una realidad que va en aumento porque los datos evidencian un fenómeno continuo de baja participación durante la segunda vuelta electoral y creemos que el principal motivo es el lo que en ciencia política se conoce como debilitamiento de la fuerza partidaria”.
Hidalgo analiza que no se trata de un hecho aislado, más bien de la suma de factores como que en Guatemala los partidos políticos carecen de cuadros de liderazgo robustos para mantener el interés ciudadano, además de la falta de un debate de alto nivel durante la campaña política, lo que hace que la campaña no atraiga a los ciudadanos.
El director del INCEP también anota que a la apatía también contribuye el hecho de que, durante la primera vuelta, las principales figuras de poder local como alcaldes y diputados ya han sido electos y por esa razón la segunda vuelta electoral de muestra que la mayoría de partidos carecen de “músculo político” para convocar a la ciudadanía.