Pobladores y comerciantes, que por seguridad hablan a condiciones de mantener el anonimato, señalan que la situación es complicada, pues los insumos son escasos y los pocos que hay han registrado un aumento en su precio, lo cual hace aún más difícil la subsistencia en el lugar, el cual está bloqueado desde hace varios días para exigir la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras, el jefe de la Feci Rafael Curruchiche, la fiscal auxiliar Cinthia Monterroso y el juez Fredy Orellana.
Sin embargo, algunos vecinos ven con extrañeza que solo la cabecera esté bloqueada, pues aseguran que a los únicos que se presiona con esas medidas es a los residentes, pues no pueden ir a trabajar y los comercios van en decadencia ante el cierre de operaciones.
“Aquí la lucha ya no es Consuelo Porras ni Curruchiche ni lo demás, aquí la lucha es porque como el casco urbano se levantó la semana pasada -contra los bloqueos-, es como decir, ustedes desacataron nuestra autoridad y ahora aténganse a las consecuencias”, señaló un vecino del lugar.
Añadió que “la situación de Sololá es bien delicada, porque aquí usted no puede salir si no tiene un salvoconducto de ellos -los líderes indígenas-, cuando esa figura legal no existe”, señaló.
“Estamos bloqueados, no podemos abrir negocios y hay videos donde se evidencia la violencia con la que vienen a querer cerrar”, comentó.
“Se acordó que mañana -viernes- se iba a ir nuevamente a hablar con ellos -líderes indígenas en los bloqueos-, porque no han querido recibir ningún documento, ellos están cerrados en que no, que no, no han dado ninguna una justificación del por qué solo el municipio”.
Además, detalla que “la semana pasada se levantó todo el casco urbano -de la cabecera – pidiendo que nos dejaran trabajar y no quisieron recibir la nota. Ellos -los líderes indígenas- argumentan sus propios procedimientos”.
Dijo que Sololá aparece en el puesto 18 de departamentos con más subdesarrollo, por lo que con las acciones de las autoridades indígenas solo “nos estamos hundiendo”.
“La semana pasada varios confrontamos a una turba que venía de ellos y lo que nos hubieran gritado es que nosotros vamos a morir de hambre, como ellos se van a morir de hambre”, recuerda.
“El alcalde salió del pueblo desde que empezó esto, ellos obligaron y secuestraron al gobernador, el gobernador prácticamente salió huyendo con toda su familia, mucha gente está cerrando negocios (…) cómo quieren que paguemos empleados”, agregó.
Dijo que “no tiene ninguna lógica ¿A quién van a presionar? Teniendo encerrado a un municipio pequeño, es una situación bien delicada, nosotros básicamente nos sentimos secuestrados, atemorizados, no hay ley, no hay nadie, hemos tocado puertas con la Procuraduría de los Derechos Humanos”.
También detalló que, en tema de turismo, Panajachel trata de funcionar de manera normal, pero se han cancelado eventos como bodas, 15 años y graduaciones, lo que significa que muchas plazas de trabajo temporal han sido cerradas.
Ve con preocupación que la cabecera departamental es el motor económico del departamento, pues allí es donde se concentra la mayor parte del comercio, que se basa, principalmente en la producción agrícola.
Añadió que se lograron abrir las cooperativas y los bancos, pero “les prohibieron cobrar préstamos, solo les permitieron que dieran dinero, igual a los bancos que no podían cobrar préstamos, mucho menos intereses por mora”.
“Estamos viviendo una situación muy delicada, muy tensa, aquí Sololá es un volcancito, porque la gente que está a favor es sumamente abusiva y la que está en contra está, pero a chispitas de que aquí se reviente una guerra interna, aquí van a haber muertos si estos no le ponen un fin.
“Mañana se va a entregar y ya se destinó que si no reciben la nota los negocios se van a abrir”.
Señalan presiones
Otro vecino de Sololá escribió a la Redacción de Prensa Libre y describe que se enfrentan a situaciones difíciles a causas de los bloqueos, los cuales define como “de la esperanza al encarcelamiento”.
“25 días han pasado ya desde que en Sololá no se ha podido transitar, desde que se ha privado el derecho a locomoción, alimentación, educación, salud y bienestar familiar”, detalla el vecino, quien recuerda que en los primeros días de octubre se escuchaba sobre la manifestación y bloqueos de carreteras y que “todos con mucha alegría y regocijo veíamos una esperanza en el pueblo que estaba encabezando las demandas de los ciudadanos”.
Sin embargo, señala que mientras lo días pasan “se empieza a ver la prepotencia y necesidad de poder de muchos pobladores de las áreas rurales del municipio”
“Se emiten por parte de la Alcaldía Indígena y sus ´representantes´ órdenes de participación y concentración de todos los pobladores en la conocida Cuchilla y Los Encuentros, otros deciden organizarse y tapar el tránsito dentro del mismo casco urbano, se dispone por parte de estos ´lideres´ el cierre total del comercio (entiéndase tiendas de consumo diario, tortillerías, panaderías, mercado, entre otros), lo que provocó el desabastecimiento de productos y cierto caos e incertidumbre”, refirió.
También detalla que en el municipio varios negocios empezaron a abrir durante el día para “poder mover la economía interna, con la esperanza puesta en el cambio, pero con la necesidad del día iniciaron los problemas. Los dirigentes dieron órdenes de compra y de venta de productos, los pobladores no podían acceder a alimentos si no presentaban ticket de participación en los bloqueos”.
Además, detalló que “se inició el alza de precios, la libra de tomate costó Q 18, un cartón de huevos Q70, el cilindro de gas de 25 libras Q170 y se racionaron los pocos productos, y entonces empezó el caos”.
Asegura que se condicionó a los vecinos que no participaban en los bloqueos con pagar a los dirigentes Q100 por día y Q200 por noche.
“Se empezó a ver favoritismos entre los que dirigen en los puntos de bloqueo, ya que autorizaron notas con sellos y firmas para el tránsito de algunos productos, más no era garantía para transitar”, incluso, según su relato, personas con necesidades médicas, familiares y de alimentos no podían pasar.
Agrega que lo pobladores se siente “rehenes en sus propias casas para la cuarta semana, porque nadie puede abrir sus negocios o intentar trabajar, porque las amenazas son evidentes ´cierren o les prendemos fuego´, ´cierren o nos van a conocer´, ´cierren o traemos a toda la gente de las comunidades´, ´cierren porque aquí mandamos nosotros´.
Se consultó con el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat) sobre el impacto que los bloqueos han tenido en Sololá, pero se informó que no tiene esa medición.
Que dicen las autoridades indígenas
Mizrahí Xoquic, alcalde indígena de Sololá, dijo recientemente respecto al levantamiento de los bloqueos a solicitud de la Policía Nacional Civil (PNC) que es una postura del pueblo y que él solo los representa.
“Se les dio un pequeño descanso el fin de semana donde ellos se abastecieron y nuevamente han regresado con mucho ánimo y mucha energía y nosotros no podemos impedir”, dijo Xoquic.
Añadió que los bloqueos son el último recurso que tiene y que “es netamente un territorio indígena y contamos con documentos legales que es nuestro territorio como cakchiqueles y nos tienen que respetar y la Constitución nos ampara que podemos proceder conforme a nuestras costumbres”.