Elecciones Generales Guatemala 2023

Edmond Mulet y las viejas sombras en su nuevo comienzo con Cabal

El proyecto político nació alimentado por viejos partidos y caciques que buscan retener el poder.

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Edmond Mulet

Edmond Mulet durante una actividad política. A su lado Max Santa Cruz, su vicepresidenciable. (Foto Prensa Libre: Elmer Vargas)

Edmond Auguste Mulet Lesieur es candidato presidencial por el partido Cabal, un proyecto fundado y liderado por él, con el fin de renovar la política con el lema de “un nuevo comienzo”, pero al mismo tiempo conjuga piezas de la vieja escuela. Su máximo señalamiento es su función como notario encargado de adopciones cuestionables en los años 1980, mientras que su carta más aplaudida es su carrera diplomática nacional e internacional de más de 20 años.

La Encuesta Libre reveló que ha logrado escalar a los 10.1 puntos porcentuales de intención de voto, que lo sitúan en un alejado tercer lugar de esta competencia electoral, pues necesita superar los 19.2 puntos de Sandra Torres para colarse en el segundo escalón y disputarle la máxima magistratura del país a Carlos Pineda, si las elecciones hubieran sido al momento de levantar los datos de la muestra.

El presidenciable de Cabal es periodista, abogado, político y diplomático de 72 años que ha transitado por la vida pública desde sus veinte años, cuando incursionó para el diario de su padre y, luego, cuando se convirtió en abogado. Fue diputado al Congreso de la República por la extinta Unión del Cambio Nacional (UCN) y se desempeñó como congresista durante siete años, entre 1985 y 1993.

En esa experiencia compartió con el expresidente de la República y exmagistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC) Alejandro Maldonado Aguirre, y con el exalcalde y exgobernante Álvaro Arzú, entre otros. Era una alianza de derecha beligerante contra el régimen contrainsurgente de Romeo Lucas García, quien truncó las elecciones de 1982 con un fraude.

Luego de pertenecer a esa coalición, Mulet pasó a la Unión del Centro Nacional (UCN), liderada por Jorge Carpio Nicolle, quien fue asesinado en julio de 1993. Ese año es relevante en la historia política del ahora candidato de Cabal, pues fue en enero cuando el entonces presidente, Jorge Serrano Elías, lo nombró embajador de Guatemala en Washington D. C. Mulet dejó el cargo de diputado luego de haber sido presidente del Organismo Legislativo durante un año para emprender la que sería una batalla constitucional sin precedentes en ese momento de la era democrática.

En mayo de 1993, cuando Serrano decretó la eliminación de los otros poderes del Estado, Mulet se aferró a la Embajada para formar la Resistencia Internacional Guatemalteca Organizada, que se encargó, entre otros actores, de frenar al mandatario y restablecer el orden constitucional vigente.

Luego de esos acontecimientos, el político mantuvo su carrera diplomática más de 20 años, durante la cual dirigió las embajadas guatemaltecas en la Unión Europea, Bélgica y Luxemburgo. Escaló hasta llegar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la que fue jefe de varias misiones de paz, secretario general adjunto y jefe de gabinete de la Secretaría General.

Las aspiraciones presidenciales de Mulet comenzaron alrededor del 2015, pero su primera presentación como candidato al cargo tuvo lugar en las elecciones del 2019, con el Partido Humanista, liderado por Rudio Lecsan Mérida, un antiguo cuadro del extinto Frente Republicano Guatemalteco (FRG), cercano al expresidente Alfonso Portillo, que también ha guardado cercanía con Mulet.

En la contienda del 2019, Mulet obtuvo el tercer lugar, con 11.2% de los votos válidos, y el partido logró seis diputaciones al Congreso. El político se distanció del partido Humanista y sus integrantes se unieron a la alianza oficialista en el Legislativo para favorecer las iniciativas del gobierno de Alejandro Giammattei.

Aunque ahora es crítico del régimen de Giammattei, en la segunda vuelta de esa ocasión lanzó un mensaje a sus seguidores para que apoyaran al entonces candidato de Vamos.

La eterna sombra de las adopciones

La consultora Proyecto Pericles evaluó las búsquedas de Google y redes sociales relacionadas con los candidatos punteros para determinar el interés en ellos. Para el caso de Edmond Mulet, el primer resultado que resalta es “Edmond Mulet adopciones”.

Y sí, en todas las entrevistas que el candidato ha concedido desde su postulación en 2019 esta es una pregunta obligada, porque su pasado lo persigue en un país que resalta en documentales, libros, informes y sentencias internacionales respecto de las adopciones irregulares cometidas entre 1977 y 2008, cuando no existía el Consejo Nacional de Adopciones y los procesos estaban vinculados con trata de personas.

Más de 35 mil niños y niñas fueron dados en adopción durante esa época. Era un negocio de estructuras criminales que procuraba una ganancia de unos US$200 millones al año.

A finales de 1981, un Mulet que comenzaba sus treintas fue apresado por la Policía Nacional, junto a mujeres canadienses y guatemaltecas. Todo sucedió en un hotel de la zona 10 capitalina, donde era habitual observar a grupos de niños que serían adoptados por extranjeros. La historia fue documentada por Plaza Pública en 2015, y presenta evidencias que contrastan con la versión de Mulet sobre el caso.

El abogado y las demás personas capturadas fueron liberadas pocos días después, pero la mancha en el récord del presidenciable sigue abarcando titulares, pues existe ambigüedad en sus declaraciones. Aunque él insiste en que todos los procesos fueron legales, cabe aún la duda sobre por qué en ese caso de 1981 obvió los trámites regulares estipulados en las leyes vigentes para adoptar a los niños, como, por ejemplo, dejar que los procesos transitaran por la burocracia del Estado para que, al finalizar el recorrido, los niños obtuvieran pasaportes con su nueva identidad. Mulet ha aseverado en múltiples ocasiones que enviar a los menores con pasaporte de turistas hacia otro país y en ese lugar tramitar la papelería de adopción era un procedimiento común y legal.

Además, en esa investigación de Plaza Pública su testimonio ante el juez que llevó el expediente expone que él sí cobraba honorarios por cada adopción, pero ahora el presidenciable se desdice y asegura que esos servicios los prestó en forma honoraria.

En una entrevista reciente para el programa Somos el Combo, Mulet declaró que solo tuvo a cargo cinco adopciones y que ese caso es de hace 42 años, por lo que atribuye a sus opositores que la información se publique ahora.

Prensa Libre contrastó esta declaración con 16 expedientes de adopción a los que tuvo acceso. Estos documentos explorados para este reportaje revelan que Mulet sí participó en más adopciones como notario y como mandatario especial de los padres adoptivos extranjeros de algunos niños. Aunque el candidato insiste en que esto sucedió hace 42 años, los documentos explican que sí estuvo involucrado en más adopciones entre los años 1982 y 1988, cuando era diputado al Congreso de la República.

Estos 16 expedientes son inscripciones de las escrituras de adopción redactadas por Mulet y otros dos abogados en el Registro Civil de aquella época. Francisco Sandoval Singalani y Luis Fernando Argueta Bone fueron los otros dos notarios que se asociaron con Mulet en esa época para tramitar las adopciones. De acuerdo con los mencionados documentos, el ahora presidenciable fungió como notario en cinco casos y en 11 fue mandatario especial de los padres extranjeros que adoptaron.

Estas adopciones se llevaron a cabo en 1982, 1985, 1987 y 1988. Once de los casos evaluados por Prensa Libre se dieron en la ciudad de Guatemala y los otros cinco, en Mixco. Ocho fueron niñas y los restantes siete, niños.

Según un documento del Archivo Histórico de la Policía Nacional, Mulet salió libre en 1981 por sus conexiones y por la presión política. Él siempre ha negado que sus enlaces con los gobiernos de turno le hayan ayudado a salir de ese problema legal, y aunque en 1984 hubo otro intento por procesarlo, la causa no dio frutos.

El camino empedrado de Cabal

El nuevo comienzo de Mulet se dio en octubre del 2020, cuando inició un proceso de constitución de lo que ahora es el partido Cabal. Unos ocho meses antes había salido del Partido Humanista por discrepancias con los miembros de este.

Aunque todo marchaba bien para Mulet y su nueva organización política, quien fuera director del Instituto Nacional de Electrificación (Inde) en los primeros dos años del gobierno del Partido Patriota, Marinus Boer, ha sido una piedra en el zapato del candidato presidencial.

Según una nota de Plaza Pública, Boer denunció a Mulet en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) al enterarse de que estaba utilizando el nombre “Cabal” para su partido.

El exdirector del Inde reclamó que él era el dueño de ese nombre, pues lo había inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual desde 2014 para brindar servicios de educación, formación y desarrollo de la cultura, así como desarrollo, capacitación de actividades de formación ciudadana y de comités cívicos y partidos políticos, y cultura cívico-política.

Según Boer, se reunió con el presidenciable en dos ocasiones, pero no alcanzaron acuerdos. En noviembre del 2020, el Registro de Ciudadanos aceptó la inscripción del partido y el político publicó en redes sociales la noticia, en la cual enfatizó que no existían denuncias y que, por lo tanto, el trámite fue válido.

Sin embargo, la denuncia de Boer tiene el sello del TSE y fue presentada antes de que aceptaran la inscripción de Mulet.

Durante el siguiente año, el candidato se dedicó a la selección de cuadros para formar y fortalecer la organización política, pero también a trabajar lo que sería su primera acción de promoción de imagen, su libro autobiográfico El nuevo comienzo, lanzado en marzo del 2022, un año exacto antes del inicio de la campaña electoral oficial.

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Edmond Mulet, candidato presidencial de Cabal, presentó su plan de trabajo en un hotel de la zona 10 capitalina. Fotografía: Prensa Libre (Carlos Hernández).

En su libro explora su vida, desde las anécdotas personales hasta su intervención en la vida pública del país como periodista, político y diplomático. Allí se autodenomina de centro-derecha y explica que siempre se ha opuesto a los regímenes autoritarios de ultraderecha, aunque que considera que los últimos gobiernos han empujado al electorado hacia las opciones de izquierda o de ultraizquierda, a las que tampoco considera buena opción.

Cuando se publicó el libro, la excandidata presidencial del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), Thelma Cabrera, disputaba en los sondeos el tercer lugar con Mulet. En la elección de 2019, la lideresa de izquierda obtuvo solo unos 40 mil votos menos que Mulet.

Aunque este fue periodista en su juventud, el consejo de su equipo de asesores fue de la idea de que la autobiografía fuera redactada por una persona con más experiencia en el campo, y el encargado de la tarea fue el empresario y exdirector del extinto medio digital Nómada Martín Rodríguez, quien fue señalado públicamente de acoso y abuso sexual por un grupo de mujeres, a finales del 2019. Rodríguez rechaza dichos señalamientos y los califica como una difamación.

Este año, cuando Mulet presentó su candidatura oficial en el TSE, Boer presentó un recurso de nulidad, pero el TSE falló en su contra.

Otra receta con los mismos ingredientes

Aunque su discurso recurrente se enfoca en la renovación política del país, Edmond Mulet lidera un proyecto que trae de vuelta a varias figuras de la vieja escuela, de partidos de antaño y caciques señalados de clientelismo y corrupción, y que han articulado en el pasado para las mismas contendientes del presidenciable, como Sandra Torres o Zury Ríos.

Desde 2019, el asesor principal de Mulet y que se ha convertido en su mano derecha es Luis Enrique Monterroso, secretario de Seguridad Alimentaria y Nutricional y ministro de Salud durante el gobierno del Partido Patriota.

Tras su paso por esa gestión, Monterroso se dedicó a desvanecer un caso de investigación en su contra por una denuncia presentada por la Procuraduría General de la Nación en referencia al pacto colectivo del Ministerio de Salud.

Desde su salida del espacio público, este exfuncionario se reinventó en el extranjero como consultor de comunicación y estrategia política y en 2019 ya formaba parte del equipo de Mulet, a quien ha seguido los pasos desde entonces en materia de imagen y comunicación. Es uno de los tres pilares que asesoran al candidato presidencial, junto a Julio Héctor Estrada y Nery Rodas.

Estrada fue el autor del plan de gobierno de Mulet y en esta contienda disputa la casilla uno del Listado Nacional por Cabal. En el 2019 participó como presidenciable de Compromiso, Renovación y Orden (Creo), después de haber sido ministro de Finanzas de Jimmy Morales. Es hijo de Fanny de Estrada, directora de la Agencia Guatemalteca de Exportadores (Agexport), y fue financista del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), partido que llevó a Morales a la Presidencia en 2016.

Además de Monterroso y Estrada, está Nery Rodas, quien fue concejal de Guatemala por el partido Libertad Democrática Renovada y diputado de esa agrupación. Ellos tres manejan la organización del partido Cabal, así como la estrategia de comunicación e imagen y la estructura de profesionales que aportarían a la inclusión de un posible gabinete de gobierno. También preparan al candidato para los debates y foros con sus contendientes.

Monterroso no está solo en la estrategia de comunicación política. Selvin García, exdiputado de Creo, es parte de la empresa consultora fundada por él.

De la vocería del partido se encarga la periodista y comunicadora Ana Fresse, quien ha brindado asesoría a otros políticos como Edwin Escobar, cuando fue alcalde de Villa Nueva entre 2012 y 2016. La Contraloría General de Cuentas presentó un hallazgo contra Fresse por su contratación en la comuna, pues, a criterio de la entidad, los funcionarios tienen prohibido hacer promoción de su imagen. El hallazgo fue desvanecido.

Otro de los asesores del presidenciable en materia de comunicación es el consultor mexicano Jorge Camacho.

Sin embargo, como en toda organización política, las disputas por acercarse a la dirección del partido son constantes, y es así como existe otro grupo que también se acerca al presidenciable para aconsejarlo y tratar de manejar la estrategia de la campaña.

Por un lado se encuentra quien fuera director ejecutivo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas durante el gobierno de Otto Pérez Molina, Benedicto Lucas López, hijo del militar retirado Benedicto Lucas García y sobrino del expresidente Romeo Lucas Garcia, de quien Mulet dice haber sido opositor y que por esa razón fue criminalizado.

Según información recabada entre varias fuentes del partido, Lucas López dirige un grupo de profesionales que podrían ocupar algún cargo en un eventual gobierno de Mulet. Una fuente asegura que si este candidato llegara al poder, el sobrino del mencionado exmandatario buscaría el Ministerio de Agricultura o el de Ambiente.

Otro que ronda el círculo de Mulet es Camilo Dedet, ex secretario de coordinación ejecutiva de Giammattei y que renunció en enero del 2021 para ocupar su curul en el Parlamento Centroamericano. Este exfuncionario fue parte importante del comando de campaña del actual mandatario en 2019, y aunque las fuentes no especificaron cuál su papel o cercanía con Mulet, aseguran que asiste con frecuencia a las reuniones del partido.

Dos de los caciques más prominentes reclutados por Cabal son Haroldo Quej, en Alta Verapaz, y Carlos López Maldonado, en Quiché. El primero fue miembro del FRG, del PP y de la UNE, y ha sido un gran operador político en la región. Con Cabal no se postula para ningún cargo de elección popular, pero coordina la estrategia en Alta Verapaz.

López Maldonado es hijo de Carlos López Girón, quien se postula en esta elección con el partido Valor, de Zury Ríos. En una entrevista con el podcast Tangente, Mulet explicó que López Maldonado prefirió quedarse con ellos, a pesar de que su padre le ofreció que participara con la organización a la que pertenece.

López Maldonado es diputado por la UNE y formó parte de la alianza oficial que lo llevó a la vicepresidencia del Congreso en 2022.

También forma parte del círculo del presidenciable Julio López Villatoro, quien se postula para la casilla 2 de Huehuetenango junto a su hijo Julio López Escobar, quien ocupa la casilla uno del mismo distrito.

López Villatoro fue diputado por el FRG y la UNE, y es hermano de Roberto López Villatoro, acusado de amañar los procesos de elección de cargos en el sector justicia, cuando se hizo popular por el mote de el Rey del Tenis.

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Edmond Mulet presentó una denuncia en oposición a la decisión de un juez de abrir investigaciones contra periodistas de elPeriódico. Acto que le valió una denuncia del MP. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La fusión de campañas

Existen al menos cuatro candidatos de Cabal relacionados con otros partidos por parentesco o por cuestiones de poder. Uno de ellos es Carlos López Maldonado, en Quiché, pero en la primera casilla del Listado de la ciudad de Guatemala para el Congreso se encuentra Kenny Arnold Aguilar López, quien ya se había postulado junto a Mulet en 2019 por el Partido Humanista, pero no obtuvo los votos suficientes .

Aguilar López ha trabajado para el Ministerio de Cultura y Deportes y también prestó sus servicios profesionales como técnico de Informática en el Ministerio Público, de donde en 2019 fue destituido junto a 15 personas por haberse postulado a un cargo público.

Este es hermano de Cristian Alexander Aguilar López, mano derecha del candidato puntero a la Presidencia según la Encuesta Libre 2023, Carlos Pineda. Es el encargado de la estrategia de comunicación e imagen y además fue autor del plan de gobierno. También fue viceministro de Transportes del Ministerio de Comunicaciones durante el gobierno de Jimmy Morales.

Otro candidato de Cabal relacionado con Pineda es el diputado del FCN-Nación Edgar Eduardo Montepeque, de Petén. Este parlamentario llegó en el 2016 al Legislativo, de la mano del extinto partido Libertad Democrática Renovada (Líder).

Según una fuente que conoce a Montepeque, los trabajadores de este apoyan a Pineda con seguridad y logística cuando este se presenta en Petén.

El diputado habría conocido al presidenciable en Izabal, donde trabajó durante varios años. El político podría estar ligado a las empresas de extracción de níquel por medio de sus empresas como proveedor privado.

Daniela Álvarez Vega es otro caso particular. Es candidata a diputada por el distrito central del Partido Popular Guatemalteco, de Neto Bran, y esposa de Jorge Arévalo Canales, quien fundó esta agrupación, de la cual es secretario general. Es hijo de Jorge Arévalo Valdez, exdiputado del FRG involucrado en los disturbios del Jueves Negro, en 2003.

Álvarez Vega publicó fotografías y videos en el desfile hípico de Santa Cruz El Naranjo, Santa Rosa, junto al candidato a alcalde de Cabal, Iván Morales. Lo revelador es que vestía una blusa con el logotipo de Cabal y no del PPG. Morales es yerno del ex jefe edil de Barberena, Santa Rosa, Rubelio Recinos.

El alcalde de Amatitlán, Mainor Orellana, también se cambió la camiseta durante la campaña. El 28 de abril, durante el concierto de Edwin Luna en ocasión de la feria del municipio, Edmond Mulet apareció en el escenario para saludar al cantante, junto con Orellana, a pesar de que este se postula por la agrupación Valor.

Corrección de datos y descargos

En la primera versión del perfil del candidato del partido Cabal, Edmund Mulet, se consignó que él fue diputado del Congreso de la República por una alianza de Democracia Cristiana y el Partido Nacional Reformador, cuando lo correcto es que fue electo por la Unión del Cambio Nacional (UCN) y se desempeñó como congresista durante siete años, entre 1985 y 1993. Los datos ya fueron corregidos en el texto principal.

 Sobre el mismo perfil, en una conversación con el presidenciable, posterior a la publicación,   negó que en la actual campaña electoral tenga relaciones cercanas con Camilo Dedet o con Alfonso Portillo.

También hizo ver que, aunque sí participó en algunos procesos de adopción en la década de 1980, fueron solo cinco procesos los que se judicializaron a través de denuncia que según él “es falsa”. Con relación a la autoría de su biografía, publicada el año pasado, Mulet reconoce que el periodista Martín Rodríguez Pellecer fue parte del equipo editor, sin embargo, asegura que el texto original lo redactó él. 

Posterior a una comunicación con Prensa Libre, se incluyó el descargo del periodista Martín Rodríguez, quien rechaza los señalamientos de 2019. El periodista también reiteró que su participación en el libro fue como parte del equipo editor.