Quezada analiza los escenarios en los cuales tanto la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) —que ganó la primera vuelta— como el Movimiento Semilla, —segundo lugar— podrán explotar sus estrategias para captar más votos en el balotaje del 20 de agosto.
Con los incidentes de la primera vuelta electoral, ¿hay desconfianza entre la población sobre cómo será el segundo proceso?
El descontento es evidente. Sin embargo, los resultados del voto nulo de este año son similares a los del 2019. Entonces, quiere decir que los ciudadanos acuden a las urnas a pesar de todo, y también están los que votan en blanco. Los que no se miden son los que no acuden a votar, y puede ser porque también estén en desacuerdo. Pero hay una mayoría de personas que creen en el voto.
¿Qué debe hacer el TSE para generar más confianza?
Deberá trabajar mucho, hacer cambios profundos o reformas. En los tres últimos procesos se ha exhibido mucho debilitamiento del TSE, han fallado sistemas, hay especulación de corrupción.
El TSE tendrá que pensar en un sistema renovador. En los primeros años del próximo gobierno se deben buscar consensos y trabajar esas reformas con el Congreso.
En esta segunda vuelta tiene la posibilidad de generar una elección ejemplar, con un orden impecable. La segunda vuelta, de por sí, es más sencilla, bajan todos los factores de dificultad. Ahí debería dejar algún buen sabor en la ciudadanía, aunque no va ser fácil.
¿Prevalecerá la campaña negra y los ataques en contra de los dos candidatos?
Ya empezaron los ataques. La debilidad de cada uno será expuesta entre sí por ambos partidos. Hay que recodar que está el partido que ya ha hecho gobierno y que siempre ha participado en las elecciones, pero será exhibido por las transas y la corrupción que ha cometido. Al otro partido también le evidenciaron que es radical, improvisado y que no ha hecho gobierno. Estarán en ese intercambio.
¿Cuáles son las debilidades en la estrategia de campaña de ambos partidos?
La UNE tratará de subir en votos. Para ello tratará de capitalizar otro segmento de la población, imponiendo el miedo a que los radicales gobiernen y buscará la derecha para que aumente su caudal en la segunda vuelta. Sin embargo, ya es común ver que la UNE capta muy pocos votos en la segunda vuelta. En la elección anterior lo vimos, tiene una base sólida, pero le cuesta mucho levantar. Entonces, tratarán de revertir esas tendencias de que no sube más del 10 por ciento.
Por otro lado, el otro partido no tiene un voto duro, se basó en un voto de castigo o en un voto indeciso, y lo tratará de afianzar porque los votos indecisos son fluctuantes, sobre todo los votos racionales. Cualquier error les puede costar mucho.
En su discurso de seguro dirán que no son antisistema y tratarán de capitalizar el voto de descontento y el voto nulo para aumentar un capital electoral, donde supere lo histórico, emulando lo que hizo Giammattei en las elecciones del 2019, cuando capitalizó el voto de castigo.
¿Son importantes las alianzas para estos partidos?
Son muy importantes. La UNE, según se sabe, ya estaba en una alianza con el partido oficialista. Sin embargo, esa alianza no es de gratis, habrá que ver qué negociaciones hay, pero la UNE necesita esa alianza con la derecha, porque son votos significativos.
En el caso de Semilla también debe tener alianzas, pero con mucho cuidado, porque si levantan la bandera de la probidad y de que no están en contra de lo establecido, aliarse con un partido tradicional puede significar menos votos y rechazo. Ellos tienen que aliarse con el voto urbano y no con el rural, porque ese ya lo tiene la UNE. Semilla tiene que tocarle la puerta a partidos como el Movimiento para la Liberación de los Pueblos, pero requiere de mucha organización.
¿Hay diferencia de ideología entre ambos partidos?
Son de corrientes similares, ambos son socialistas, ambos son pro crecimiento del Estado, asistencialistas, que se van más en el crecimiento del Estado, en anular la individualidad. En fin, corrientes de izquierda. Ambos tienen ese origen, pero se quieren presentar como moderados, porque el caudal de votos en Guatemala no está ahí, aunque es de reconocer que el guatemalteco es proclive a un gobierno paternalista, clientelar, y por eso vemos el resultado del partido oficialista. Lo clientelar también forma parte de la izquierda. Entonces, ambos proyectos políticos son de la misma especie, aunque traten de decir lo contrario.
¿Habrá menos o más abstencionismo?
Siempre y naturalmente el abstencionismo crece en la segunda vuelta electoral, porque todo se dispersa de los que seguían a un partido que ya no participa. Todo depende de la pasión que ambos partidos despierten en la contienda y entonces no bajaría ese abstencionismo, porque las personas acudirán a votar con la esperanza de que se cumplan esos proyectos de gobierno que ofrecerán durante este período de campaña.
¿Se marcará una mayoría de votos para cierto partido?
Es difícil saberlo. En esta primera ronda jamás pensamos que así serían los resultados. En la segunda vuelta también pueden sorprendernos con los resultados. Será un tiempo corto de campaña, pero muy intenso. Aquí se verá cómo funciona la base y la experiencia de la UNE, y el discurso de Semilla. Será un enfrentamiento entre base y discurso.