La aplicación simbólica del castigo corporal maya en la plaza pública ocurre en medio de tensiones por la persecución de la Fiscalía contra el partido Semilla del presidente electo, Bernardo Arévalo.
La condena a entre 13 y 25 ‘chicotazos’ (latigazos) con ramas de árboles a retratos de varios funcionarios se hizo en la acera frente al Congreso y el Palacio Nacional de la Cultura, antigua sede de gobierno, observaron periodistas de la AFP.
Si bien en la capital esta sanción fue aplicada simbólicamente a unos retratos, es común en las aldeas indígenas de Guatemala que los miembros de la comunidad castiguen a latigazos a quienes han infringido ciertas normas, al margen del sistema de justicia del país.
“Por primera vez que se está aplicando el castigo Xik’a’y contra las élites de las mafias de la corrupción, esos que están robando y están chupando la sangre y la vida de los pueblos”, dijo a la AFP la sacerdotisa Alida Vicente.
“Estamos cansados que la justicia en Guatemala es contraria a lo que la ley dice, la justicia está al servicio de los corruptos, de las mafias, de los criminales, de las élites y no al servicio de los pueblos”, agregó antes de azotar las imágenes.
Los mayas también expresaron su descontento por “los grandes tropiezos que están poniendo en la toma de posesión” de Arévalo, dijo a la AFP el guía espiritual José Caniz.
En un comunicado, los líderes indígenas acusaron a Giammattei por la “debacle institucional que vive el país” por las acciones de la fiscalía contra el partido de Arévalo, y dijeron que encabeza el “gobierno más corrupto de la historia guatemalteca”.
Los mayas representan el 42% de los 17.6 millones de guatemaltecos donde es frecuente la justicia maya como el azote con ‘chicote’ a los que comete faltas, pero el castigo más severo es el destierro de su comunidad.