Estos fondos, que cuentan con una opción de desembolso diferido ante catástrofes (CAT DDO, por sus siglas en inglés), suponen recursos “inmediatos” para actividades de respuesta y recuperación luego de eventos de alto impacto como terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones y huracanes, o emergencias de salud como brotes de enfermedades contagiosas.
“La CAT DDO se activaría y desembolsaría fondos tras una declaratoria oficial de Estado de calamidad pública, de acuerdo con la legislación nacional”, explicó el Banco Mundial.
“Con el apoyo del Banco Mundial, podemos seguir impulsando que Guatemala pueda adaptarse a los cambios ante las amenazas naturales y así reducir la vulnerabilidad a la que pueden estar expuestos los ciudadanos”, dijo el ministro de Finanzas Públicas de Guatemala, Víctor Martínez.
Este préstamo, que tiene un vencimiento final de 25 años, incluido un período de gracia de 10, “refleja el compromiso del Gobierno para la diversificación de instrumentos financieros de riesgo de desastres”, indicó la entidad.
En este sentido, la representante del banco en Guatemala, Homa-Zahra Fotouhi, recordó que Guatemala está entre los países más afectados por eventos catastróficos, los cuales implican “impactos financieros significativos y pueden afectar negativamente los esfuerzos para reducir la pobreza”.
“Un marco moderno para la gestión de riesgos y una opción viable de fondos inmediatos en caso de emergencias permitirán al gobierno responder a necesidades urgentes, a la vez que le permitirá mantener la prestación de servicios públicos vitales, en particular para los más vulnerables”, aclaró.