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Cuál es la importancia de la inclusión laboral de personas con discapacidad en Guatemala y su impacto en la vida familiar
Empresas privadas e instituciones públicas cambian la vida de personas con discapacidad cuando las contratan, más allá de su condición física, pues valoran sus habilidades.
Álvaro Boche labora en el área de Cobranzas del BAC desde el 2016, donde ha recibido apoyo al brindarle las herramientas necesarias para desempeñar su trabajo. (Foto Prensa Libre, cortesía de BAC)
A los 12 años, Álvaro Boche tuvo un accidente en su centro educativo, cuando cursaba 6to. grado de primaria. Como consecuencia del incidente quedó ciego. Pasó dos años de rehabilitación en el Benemérito Comité Prociegos y Sordos de Guatemala y continuó sus estudios.
Se graduó de bachiller y mediante dicho comité logró aplicar a un empleo en el BAC en el 2015, donde pasó todas las pruebas pertinentes. Fue contratado en el 2016 y ahora se encarga de la cobranza. “En mi trabajo mis jefes me han apoyado. Adecuaron mis horarios para que pudiera continuar mis estudios en la universidad. Hace dos años me gradué de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Siempre están pendientes de mis necesidades”, expresa Boche, de 34 años. “Cuando se tiene una discapacidad uno no se imagina trabajando, pero ingresar en una empresa nos agrega valor como personas, aportamos a la sociedad y recibimos una remuneración, lo cual nos permite un desarrollo integral. Nuestra familia crece con nosotros”, afirma.
Un millón 408 mil 736 personas —10.38% de la población total— tienen alguna discapacidad en Guatemala, según el Censo 2018, de las cuales solo el 3.8% reportó tener empleo. La mayoría de ellas —947 mil 791— tiene discapacidad visual; 459 mil 956, de movilidad, y 351 mil 708, auditiva.
Cabe resaltar que no siempre tienen un empleo formal, pues un alto porcentaje se dedica a oficios y actividades económicas informales, agropecuarias o artesanales, se indica en el informe Datos estadísticos de personas con discapacidad en Guatemala, del Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad (Conadi).
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Es por ello que se insta a instituciones públicas y empresas privadas a contratar a este grupo de población, como un derecho que tienen en una sociedad inclusiva.
El Ministerio de Trabajo (Mintrab) lanzó la Política Nacional de Empleo Digno (2017-2032), del cual nació el programa de inclusión laboral Empléate inclusivo, destinado a ampliar la empleabilidad de la población que se ve afectada por una difícil inserción laboral. Hacen visitas a empresas e imparten capacitaciones de sensibilización y concienciación a empleadores y colaboradores sobre la inclusión laboral y brindan orientación a personas con discapacidad. Del 2017 al 2020 se contrató a 93 personas con discapacidad a través de este programa, según informe del Mintrab.
La dirección técnica del Conadi señala que entre las empresas que han abierto oportunidades laborales a personas con discapacidad están Walmart Guatemala, McDonald’s, Telus, Bimbo, Banco de los Trabajadores, Banco G&T, Coca Cola, Nestlé, El Gallo más Gallo, La Torre y Maxi Despensa. En la mayoría de dependencias públicas, como el Renap, también laboran. El 14% del personal de Conadi tiene alguna discapacidad.
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Allan Rousselin, director de Trabajo social del referido comité, refiere que la entidad trabaja en conjunto con 38 organizaciones, públicas y privadas, que implementan o tienen planificado implementar en el corto plazo políticas de inclusión laboral. El objetivo es fomentar el acceso al empleo digno, que es un derecho fundamental de las personas con discapacidad. Durante este año, 25 de ellas han contratado a personas con discapacidad visual o auditiva. Las empresas que más contratan se dedican al comercio minorista, banca, droguería, alimentos y bebidas, tanto nacionales como transnacionales, añade.
Aunque la mayoría de oportunidades de empleo se ofrecen en el departamento de Guatemala, en los últimos años empresas ubicadas en cabeceras departamentales y algunas fincas, sobre todo de productos de exportación, dan empleo a personas con discapacidad, destaca.
Óscar García, con sordera profunda, labora en el área de cocina de Pizza Hut. Afirma sentirse a gusto en su empleo. (Foto Prensa Libre, cortesía de Pizza Hut)
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Puestos
Varían, según la formación académica, experiencia, capacidad y vocación de cada candidato, que no se relacionan con su condición de discapacidad. Entre estos, receptor/pagador, cajero, operario en línea de producción, recepcionista o ejecutivo de atención al cliente, dice Rousselin.
Conadi hace ver que el limitado acceso a estudios técnicos, académicos y superiores no les permite acceder a un mejor puesto, pero trabajan de acuerdo con sus competencias, aptitudes y actitudes.
El proceso de inclusión laboral requiere que tanto las empresas como los candidatos se capaciten; estos últimos reciben inducción al puesto de trabajo, mediante medios accesibles como interpretación de lengua de señas o en sistema de lectoescritura Braille. A su vez, las organizaciones se capacitan sobre la manera de interactuar con una persona con discapacidad e implementar ajustes razonables como modificaciones o adaptaciones necesarias y apropiadas, con el fin de asegurarse que puedan desempeñar las funciones de su trabajo, explica.
Los procesos de asesoramiento, concienciación y capacitación, dirigidos a instituciones públicas y privadas, van encaminados a promover ajustes razonables para personas con discapacidad, antes de ser contratadas, que permitan eliminar las barreras físicas y actitudinales para desenvolverse en el campo laboral, precisa.
Pablo Vidal, gerente de Recursos Humanos de Pizza Hut, manifiesta que han contratado 11 personas sordas, desde el año pasado, y la meta es tener una de ellas en cada uno de los 61 restaurantes.
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“Se trata de ser una empresa inclusiva, al capacitarnos y acoplarnos. Llevamos tres meses aprendiendo lengua de señas para poder comunicarnos con ellos y brindarles un entorno agradable. Reconocemos el potencial de las personas sordas, en especial en tareas que requieren de mucha atención y enfoque en detalles”, apunta. La experiencia ha sido positiva y enriquecedora, pues han visto cómo ellas se han sentido realizadas con el empleo. “Es gratificante verlos desarrollarse. Estamos contribuyendo, como marca, a ser un mejor país. Las empresas tienen que informarse y dar ese paso”, puntualiza.
Lesly Coc, de 27 años y con sordera profunda de nacimiento, trabaja desde hace 10 meses en Pizza Hut, y ha rotado en varias áreas de cocina. “Al principio me costó, pero con el tiempo he ido aprendiendo y puesto empeño en hacerlo todo bien. Siempre hay compañeras que me ayudan y enseñan, Es bonito trabajar porque aprendes a tener agilidad y rapidez. Me siento agradecida por la oportunidad que me han brindado”, asevera.
Lesly Coc, con sordera profunda, labora en el área de cocina de Pizza Hut, donde han recibido apoyo de sus compañeros. (Foto Prensa Libre, cortesía de Pizza Hut)
Óscar García, de 22, con sordera profunda, también trabaja en Pizza Hut desde hace 11 meses y elabora la masa para pizza. “Me gusta mucho trabajar en Pizza Hut, lo que hago, y saber que le gusta a la gente el sabor de la pizza. Cuando entré a trabajar no sabía cómo hacerlo, pero mis compañeros me explicaban. Nos llevamos muy bien”, destaca García.
Legislación
- La iniciativa 5529, ley para el fomento de trabajo, empleo y emprendimiento para personas con discapacidad, pasó a segundo debate en el Congreso en el 2020, sin que haya avanzado desde entonces.
- Esta tiene el propósito de fomentar la inclusión laboral en el sector público y el privado, así como el desarrollo económico de las personas con discapacidad.
- Dicha legislación obligará a establecer una determinada cuota de inclusión laboral de personas con discapacidad en las instituciones públicas y empresas, y crear un registro de empleados y ajustes de los puestos de trabajo.
- Conadi está procurando incidir en la aprobación de la normativa con el fin de impulsar su entrada en vigor y así incentivar a empresas a proveer plazas de trabajo a personas con discapacidad.
Beneficios
En estudios de la Asociación Americana de Personas con Discapacidad se ha demostrado que las empresas que implementan políticas de inclusión laboral y diversidad son líderes en sus respectivos mercados, remarca Rousselin. “Cuando el proceso de inclusión laboral se efectúa de forma adecuada, se generan beneficios como un incremento en la productividad y el conocimiento que las organizaciones obtienen para responder a un mercado diverso”, enfatiza. También se fortalece la cultura organizacional y se atrae a clientes e inversores que buscan generar un impacto social a través de sus operaciones, sostiene.
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En Guatemala, la inclusión de personas con discapacidad no está regulada ni es obligatoria. En otros países de la región se establecen cuotas o incentivos fiscales de cumplimiento obligatorio. “Las organizaciones con las que trabajamos incluyen a personas con discapacidad porque implementan políticas de inclusión laboral y, sobre todo, porque han descubierto que generan valor dentro de la organización”, expresa.
Miguel Ángel Taquez, de 33, perdió la vista en un accidente de tránsito hace 13 años, pero no se dejó vencer ante la adversidad y se rehabilitó en el mencionado comité, luego de lo cual concluyó sus estudios de perito contador. Mediante el comité logró aplicar a un empleo en BAC, donde labora desde el 2017 en monitoreo de calidad, al impartir capacitaciones a ejecutivos de nuevo ingreso y les da seguimiento para que se desempeñen de mejor forma en el área de ventas. Antes trabajaba en el sector informal.
Miguel Ángel Taquez trabaja desde el 2017 en el monitoreo de calidad del BAC. Utiliza un software con narrador de voz. (Foto Prensa Libre, cortesía de BAC)
“Tener un empleo me facilita continuar mis estudios. El próximo año estudiaré Psicología organizacional en la universidad. Gracias a este trabajo descubrí mi vocación y cómo explotarla. Me siento realizado. BAC es una de las pocas empresas que brinda oportunidad laboral a personas con diferentes discapacidades y que se preocupa por brindarnos herramientas e infraestructura para desempeñar mejor nuestro trabajo”, manifiesta con satisfacción.
Idalia García de Varela, directora de Talento y cultura del BAC, refiere que en la entidad laboran en la actualidad 14 personas con discapacidad que “han pasado todos los méritos del proceso de selección” en puestos de televentas, área de crédito, cobros y servicios. “Reconocemos el gran valor que aportan a la organización; tienen bastante motivación y orientación de servicio”, afirma. La inclusión laboral contribuye a romper círculos de pobreza, pues les ayuda a llevar prosperidad a sus familias. Desde la parte interna, García ha visto que los colaboradores forman células de apoyo alrededor de ellos y son sensibles a sus necesidades.
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“A las empresas les puede preocupar no tener las condiciones para contratarlas. Hay que ser aliados estratégicos del comité para determinar cómo modificar procesos y logística para conocer sus necesidades y solucionarlas”, añade.
“Los estigmas y estereotipos hacia las personas con discapacidad generan barreras de actitud hacia ellas. Muchos piensan que no tienen habilidades y dudan de sus capacidades. Tener un empleo digno les permite mejorar sus condiciones de vida y el reconocimiento de sus derechos”, insiste Conadi.
“Si estas personas no son formadas, capacitadas e incluidas en un mercado laboral accesible, el país pierde una décima parte de su productividad. Un empleo decente cambia la vida de la persona con discapacidad y de su familia, al permitirles ser independientes y construir su proyecto de vida con dignidad”, concluye Rousseli