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“Vivir allí es sufrir cada día”: joven que escapó de la secta Lev Tahor describe maltratos y castigos

Joven que escapó de la secta Lev Tahor dice que las escenas del drama de los niños rescatados por la PGN se viven a diario en la comunidad, en Oratorio, Santa Rosa, donde los pequeños son sometidos a castigos.

Las autoridades guatemaltecas rescataron a más de 150 niños de la secta Lev Tahor. (Foto Prensa Libre: Daniel Samayoa)

 Las autoridades guatemaltecas rescataron a más de 150 niños de la secta Lev Tahor. (Foto Prensa Libre: Daniel Samayoa)

Aislados del mundo exterior, con poco acceso a servicios básicos, como la salud y la alimentación, y destinados a sufrir castigos de todo tipo, así es como describe un joven de 23 años que es vivir en la secta ultraortodoxa Lev Tahor, asentada en Oratorio, Santa Rosa, y señala de abusos contra menores.

Este joven, quien prefirió no revelar su identidad, cuenta que vivió bajo el mando de la secta Lev Tahor durante 16 años, hasta que decidió abandonarla porque, a su criterio, en ella se cometen hechos que riñen con el judaísmo como, por ejemplo, casar a niños y niñas desde los 12 y 13 años.

De hecho, la secta judía Lev Tahor está en la mira de las autoridades guatemaltecas por denuncias de abusos de niños, matrimonios forzados y embarazos de adolescentes, lo que motivó el rescate de más de 150 niños el pasado 20 de diciembre.

La secta, que ha calificado las investigaciones como "persecución religiosa" y basada en "denuncias falsas", se instaló en Oratorio en 2016 tras haber sido expulsada de San Juan La Laguna, Sololá.

“Están casando a las niñas y los niños a los 12 y 13 años, porque según la torá (biblia judía) esa es la edad cuando se convierten en mujeres y hombres, pero en ninguna parte dice que a esa edad se deben casar”, dijo el joven, quien recuerda que su padre murió en la comunidad por falta de atención médica, otro servicio que resulta complicado recibir.

“La torá no dice cásese a los 12 años, son prácticas que riñen con el judaísmo”, señala el joven, quien recuerdo en la comunidad aún están sus nueve hermanos, uno de ellos de 14 años y que ya está casado.

El joven, de nacionalidad canadiense, asegura que estando dentro de la secta Lev Tahor la vida no importa, porque no se sabe si lo que pasa es bueno o malo.

“Los niños están sufriendo ahora y uno con el tiempo se da cuenta de que no se debe vivir así. Vivir allí es sufrir cada día. No comen nada más que frutas y verduras y un poco de pan”, refiere.

Asegura que el actuar de la Procuraduría General de la Nación (PGN) constituyen una oportunidad para los niños que son rescatados.

Añade que pretende darse la impresión de que las actuaciones de las autoridades guatemaltecas dañan a Lev Tahor, pero asegura que no es así.

“Esto no es una persecución religiosa, lo que está pasando -allanamientos y rescate de niños- fue necesario hacerlo”, detalla.

Agrega que los líderes de la secta odian al pueblo de Israel y que hablar hebreo es sinónimo de golpes -castigos-.

“Ellos no son judíos verdaderos”, refiere.

“Hay pruebas y puedes ver a niñas de 13 y 14 años que tienen hijos y por eso mueren muchos niños, porque -las madres- están tan jóvenes y no comen nada de nutrientes”, comentó el joven, quien añadió que ese fenómeno se empezó a dar en Guatemala porque mucha gente se está saliendo de la secta y al formar familias es más difíciles que eso ocurra.

“La idea fue casar a todos muy jóvenes para que tengan más cosas por la que tengan que quedarse en la comunidad”, refirió.

Asegura que el rabino -líder religioso- es el que decide quiénes se casan y quienes se divorcian. Añade que él es también el que forma las parejas.

No hay atención medica

Asegura que recibir atención médica es complicado, porque en la comunidad hay dos “médicos” -no oficiales- para que atiendan a quienes se enferman; sin embargo, estos son castigados cuando recomiendan que los pacientes no asistan a rezos y otras actividades.

Dice que los castigos van desde los golpes hasta el aislamiento y estos aplican para todos los miembros de la comunidad.

“Ahora los encierran en una casa cerrada fuera de la comunidad casi sin comida y están solos, los golpes ya no los usan muchos porque se notan”, detalló.  

Además, dijo que la gente de la comunidad no trabaja y el dinero llega por medio de donaciones de algunas personas.

Recuerda que el objetivo es controlar todo, “desde lo que comes hasta cuando estas con tu mujer”.

“Las autoridades deben hacer lo que la ley dice. Están pasando todos esos abusos y tienen que hacer algo porque los abusos pueden venir de cualquier lado”, explicó en referencia a que hay entre cinco y seis personas que controlan lo que pasa en la comunidad y luego aplican los castigos.  

“Esas caras de miedo se ven ahí -en la comunidad- cada día, solo que ahora se está viendo en público”, concluyó.

Qué dice la comunidad judía

La Asociación Comunidad Judía de Guatemala se desvincula del actuar de la secta Lev Tahor y asegura que apoyan las investigaciones de las autoridades porque están seguro de que lo que ocurre en ese lugar está al margen de la ley.

“Es primera vez que Guatemala lidia con una secta que se vuelve un culto, un dogma hacia un líder porque básicamente estudian los escritos del fundador de la secta. Son criminales que usan el judaísmo para hace cosas que nada tienen que ver”, dijo por su parte Ilan López, integrantes de la Asociación Comunidad Judía de Guatemala.

Por su parte, la presidente honoraria de la Asociación Comunidad Judía de Guatemala, Rebeca Permuth, dijo que el trabajo que efectúan las autoridades no constituye persecución política, por lo que respaldan las pesquisas y exige que se de con los responsables de los hechos que se señalan en la comunidad.

“A medida que han pasado los años hemos tenido aún más información de las prácticas que ellos tienen que riñen con los valores propios de la religión judía. Nuestra asociación es respetuosa de la ley en Guatemala. Estas prácticas que hemos oído que casan a niñas desde los 12 o 13 años y a los varones desde los 13 años, son totalmente ilegales, inaceptables y esperamos que las autoridades en Guatemala investiguen y den con los responsables”, cuestionó.

Añade que una secta es una corriente que se separa de la parte tradicional de algo.

“Lev Tahor está teniendo comportamiento de culto porque hay un líder, no tienen como pensamiento propio sus integrantes, hemos oído que no manejan su propio dinero, no toman las decisiones por sí mismos, hay castigos muy fuertes, hay mucho temor a enojar a los líderes por miedos a castigos y sanciones exageradas”, comentó.

ESCRITO POR:
César Pérez Marroquín
Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y de medioambiente con 25 años de experiencia.
Luisa Laguardia
Luisa Laguardia
Periodista de Guatevision especializada en investigación, certificada en persuasión con datos por el INCAE Business School, y con experiencia en medios escritos, radiales, digitales y televisivos.