“Fue algo inexplicable, sentí una sensación intensa como que fuera una locura porque es algo que no tenía pensado ver y menos grabarlo”, cuenta Velásquez, quien suma cinco escaladas a dicho coloso.
Marcos añadió que iba con un grupo de turistas con quienes caminó desde las 11 de la noche para llagar a la cumbre al amanecer. Fue así como decidió adelantarse para captar imágenes características de esas horas, pero recuerda que del cráter empezaba a salir humo y segundos después hubo un remezón y comenzó la erupción. Su sorpresa fue que mientras grababa la escena, de entre la ceniza se observó un destello de luz. Era un relámpago.
“Fue algo inimaginable, algo que nunca había visto en las cinco veces que lo ha escalado”, agregó.
¿Qué dicen los expertos?
William Chigna, encargado de Prevención en Volcanes de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), dijo que ese tipo de eventos son comunes en volcanes que recién han salido de una “gran erupción”, en este caso la del 7 de marzo pasado.
Recuerda que el año pasado durante estas fechas también tuvieron reportes de relámpagos durante las erupciones del volcán Pacaya.
De acuerdo con Chigna, lo relámpagos se forman entre la columna de ceniza debido a la acumulación de energías positivas y negativas generadas por el material volcánico y la atmósfera.
“Es pura estática por la columna de ceniza, porque después de la erupción de 7 de marzo el volcán quedó con columnas muy cargadas, pero con poco material piroclástico y la estática de la atmosfera generan el relámpago”, señaló el experto.
Agregó que la formación de relámpagos depende de la carga de la nube de ceniza y es poco frecuente en el Volcán de Fuego, aunque también asociarse al cambio de clima.
Además, dijo que a diferencia de los relámpagos de lluvia estos “no afectan alrededor del cono volcánico ni a las personas que estén cerca”, aunque recalcó que el mayor peligro es la “caída de balísticos o bombas volcánicas”.
Según Chigna, la actividad del Volcán de Fuego está entre los parámetros normales “con un rango de entre cinco a ocho explosiones por hora y eleva columnas de ceniza de más de mil metros sobre el nivel del mar”.