Esta ayuda gubernamental se creó en 2008, durante el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Sin embargo, desde su implementación ha sido cuestionada porque las autoridades de turno la utilizan de una forma clientelar con el fin de obtener réditos políticos. De esa cuenta, las críticas por corrupción han sido permanentes durante las últimas cuatro administraciones.
Se diseñó para brindar desayunos y almuerzos a personas en situación de pobreza, crisis, emergencia, calamidad u otra que afecte su acceso a alimentos y prioriza a madres solteras, personas con discapacidad y niñez.
En gobiernos anteriores se cobraban Q3 por ración de alimentos, aunque desde 2019 los platillos son gratuitos. Aunque se prioriza a la población vulnerable, cualquier ciudadano puede acercarse a un comedor social; los únicos requisitos son documento de identificación personal y registrar su huella dactilar.
Al inicio de este gobierno operaban 15 comedores y actualmente funcionan 31. Cada uno sirve 250 desayunos y 350 almuerzos. El programa está a cargo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y tiene un presupuesto de Q74 millones 21 mil 700. A la fecha se ha erogado el 53.30% de estos recursos, según el Sistema de Contabilidad Integrada del Ministerio de Finanzas (Sicoin).
¿DE DÓNDE SALIÓ LA INFORMACIÓN?
Esta semana, en conferencia de prensa, el ministro de Desarrollo Social, Raúl Romero, aseguró que a finales de agosto el número de comedores sociales llegaría a 41 y lo calificó como un hecho histórico. El funcionario agregó que los menús son supervisados por nutricionistas y garantizó que programas de apoyo como este llegan a la población que los necesita, aunque no explicó los criterios para distribuir los comedores. “Se está priorizando que estos comedores tengan función social. Se prioriza el alimento para adultos mayores, personas con discapacidad y padres o madres acompañados de niños”, dijo. El funcionario sostuvo que los comedores logran llegar a las poblaciones más necesitadas del país. “Se demuestra con hechos que lo programas no se utilizan ni política ni clientelarmente. Segundo, se ha instruido que los programas lleguen a la gente que verdaderamente lo necesita”, afirmó Romero.
¿CUÁL ES EL CONTEXTO?
El programa de comedores se inauguró en el 2008, por el Consejo de Cohesión Social que dirigía Sandra Torres, entonces esposa del presidente Álvaro Colom. Prometía resultados en el corto plazo, aunque no se vieron reflejados. Contrario a ello, se evidenció cómo los gobiernos de turno lo utilizaron como un botín político, ya que se solían abrir en distritos electorales claves y no se priorizaban los departamentos y municipios donde los índices de seguridad alimentaria eran más críticos. Para 2019 se erogaron Q34 millones 34 mil 561. y en el presente gobierno, Q73 millones 490 mil 699, según Sicoin. El número de comedores se ha incrementado, ya que al inicio de esta gestión había 15 y actualmente funcionan 31, aunque el impacto no ha sido significativo. Este gasto se registra en un año en que los casos de desnutrición aguda en niños menores de 5 años se incrementaron en relación con el año pasado. Hasta esta semana se detectaron 19 mil 364 casos, mientras que en la misma semana epidemiológica de 2020 había 16 mil 905, según el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Guatemala (Siinsan).
Verificamos por usted: ¿Los comedores sociales cubren a toda la población en inseguridad alimentaria?
Falso
Información falsa de fuentes que no son confiables
Según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), entre mayo y agosto —período de hambre estacional— se registran 3.5 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y que requieren asistencia urgente. De los 22 departamentos, 16 están en fase 3, denominada “personas en crisis”. Solo siete cuentan con un comedor social. Por otro lado, departamentos como Guatemala o Escuintla, que se encuentran en una fase “acentuada”, menos grave que la 3, concentran cinco comedores cada uno, por encima de territorios como Alta Verapaz, que está en crisis y tiene un comedor social, en San Juan Chamelco. Walter Gómez, vocero del Mides, explicó que los comedores se focalizan en municipios con alto índice de vulnerabilidad alimentaria y para detectarlos se coordina con otras instancias del Gobierno. Los comedores son instalados cerca de hospitales, estaciones de buses, guarderías, centros educativos públicos y albergues. Sin embargo, a la luz de los datos, no queda claro que se estén siguiendo criterios técnicos, considera Paola Cano, nutricionista e investigadora. “Los comedores son una estrategia de protección social y son una buena idea, pero tengo la visión de que han sido utilizados para hacer negocios en el Mides”, cuestionó. Cano considera que no está clara la distribución geográfica, ya que a menudo se instalan en centros urbanos y se desatiende el área rural, donde hay personas en inseguridad alimentaria. Iván Aguilar, de Oxfam, añade que, aunque se habiliten 41 comedores para finales de mes, no podrían paliar el problema de la inseguridad alimentaria, ya que es el 20 por ciento de la población el que enfrenta estas dificultades.
