La expectativa de que llegara el fin de la pandemia s era alta, pero 13 meses después el Ministerio de Salud acepta que solo ayer se vencieron 2 millones 901 mil 632 dosis de las dosis compradas a Rusia y a estas se suma un millón que venció hace unas semanas. Otras miles de unidades caducan en los próximos días.
La pérdida por el vencimiento, ayer, de dosis Sputnik V supera los Q256.9 millones, incluyendo el transporte aéreo, según cálculos de diputados del Grupo Parlamentario de Oposición que ayer visitaron el Centro Nacional de Biológicos para comprobar el estado del componente.
Estas dosis se agregan al millón 61 mil 412 que caducaron el 28 de febrero último y que habrían costado Q93 millones 988 mil 32. En total, el país ha perdido Q350 millones 927 mil 546 por no haber utilizado el producto comprado a Rusia.
También están por expirar 1 millón 619 mil 190 dosis de Moderna —donadas por Estados Unidos— que se encuentran almacenadas en un contenedor frigorífico, a una temperatura de -20 grados Celsius. Los lotes caducan del 1 al 7 de abril.
Además, 669 mil 830 dosis de AstraZeneca vencen el 30 de abril y un millón 132 mil 200, el 31 de mayo, además de 565 mil 638 de Pfizer que dejarán de ser útiles el 30 de junio de este año.
A la pérdida de casi cuatro millones de dosis y a las que están por vencer se debe sumar que la vacunación contra el coronavirus en Guatemala es lenta, y en la región es el país con más rezago. Los números oficiales dan cuenta de que solo el 43% de la población meta ha sido alcanzada y con esquema completo únicamente hay tres de cada 10 guatemaltecos.
“Sabíamos que se iban a vencer vacunas. Esta semana hemos recibido ofertas de donación de vacunas porque tienen el mismo problema de nosotros, que tienen vacunas que se van a vencer”, justificó Francisco Coma, ministro de Salud, sobre la millonaria pérdida que certificaron ayer y ante la inminente caducidad de más dosis.
“Es una situación complicada, la pandemia es una enfermedad nueva. Hemos tratado de hacerle frente de la forma más efectiva. No es sencillo, no es justificación, pero sí realmente es un tema muy complicado en el mundo”, agregó Coma, mientras algunos diputados cuestionaban el trabajo del Ministerio de Salud después de más de un año de contar con recursos y no avanzar en el Plan Nacional de Vacunación.
El diputado Orlando Blanco, uno de los que visitaron ayer las instalaciones donde se resguardan las vacunas, advirtió de que la próxima semana se perderán 1 millón 619 mil dosis de vacuna Moderna y considera que “esta irresponsabilidad de las autoridades de Salud debe ser sancionada administrativa y penalmente”.
“Las unidades ejecutoras temen que les cobren producto que ellas no adquirieron”, Evelyn Morataya, diputada.
¿Quiénes son los responsables?
El Gobierno ha señalado en reiteradas ocasiones que es la población la que no quiere vacunarse y por eso las dosis se acumulan y se vencen.
Mientras la Fiscalía contra la Corrupción avanza en la investigación para identificar la línea de mando que tiene responsabilidad en la compra y recepción de dosis de vacunas próximas a vencer, la cadena de responsabilidad se extiende y por ello algunas unidades de Salud han decidido no recibir más biológico próximo a caducar, para evitar problemas legales.
“Existe resistencia entre la población a aplicarse la vacuna y las unidades ejecutoras temen que les cobren producto que ellas no adquirieron, pues no tienen nada que ver en este compromiso que contrajo la exministra Amelia Flores con el Fondo de Inversión Rusa, en cuanto a las vacunas Sputnik”, explicó la diputada Evelyn Morataya.
La cadena de responsabilidad es amplia y se sigue extendiendo, pero el mayor problema, según diputados y expertos en salud pública, tiene origen en el compromiso de Guatemala de comprar ocho millones de dosis de la vacuna rusa, que no ha sido aceptada para uso de emergencia ni por Estados Unidos y Europa, además de un atraso en los tiempos de entrega, y cuando finalmente llegó, la población ya había recibido dosis de compras menores a través del mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud, o donadas.
Las vacunas rusas llegaron en grandes cantidades, con poco tiempo de vida útil y en condiciones de manejo y conservación muy específicas que rebasó la capacidad del Ministerio de Salud.
Un análisis al contrato firmado por Flores con el Fondo de Inversión Rusa, publicado por Prensa Libre el 24 de mayo, advertía de que, por lo menos, había cinco aspectos que ponían en desventaja al país y en peligro más de Q600 millones que Guatemala se había comprometido a pagarle a Rusia por las vacunas.
Una negociación tardía, comunicación deficiente, compromiso de pago anticipado, entregas parciales del producto y falta de garantías en el contrato eran los aspectos que hace 11 meses ya advertían de que la compra era lesiva para los intereses del país.
No obstante, hasta ahora ni el Ministerio Público ni la Contraloría General de Cuentas han planteado denuncias formales para profundizar en la cadena de responsabilidades tras los Q350 millones perdidos por las dosis que no se utilizaron.