Según el protocolo del Ministerio de Educación (Mineduc), en alerta roja no habrá clases presenciales, por el alto riesgo de contagio del covid-19. Si bien la enfermedad no se presenta con severidad en niños, estos pueden infectar a adultos en riesgo. De esa cuenta, los alumnos deberán permanecer en casa y se continuará con los cursos a distancia.
En municipios donde la alerta sea anaranjada con tendencia a amarilla, o el semáforo esté en amarillo o verde, las clases serán híbridas -presencial y remota-. En las dos primeras alertas, los escolares podrán asistir a las aulas en grupos una vez por semana, mientras que si está en verde lo harán por grupos dos veces por semana.
El semáforo de alertas recién publicado por el Ministerio de Salud, y que regirá para los próximos 15 días, ubica a 291 municipios en amarillo, donde las escuelas e institutos públicos tienen permitido abrir sus puertas a los estudiantes para que se reúnan en los salones de acuerdo con el aforo permitido, con la guía de los docentes.
Según las directrices del Mineduc y lo que establece el tablero, 29 mil 880 establecimientos podrán recibir a los niños tras un cierre de 11 meses. Este retorno a las aulas deberá ser autorizado por los padres o encargados, quienes harán constar su consentimiento por escrito. El regreso es voluntario.
Maestros se preparan
A diferencia del 2020, los docentes asistirán a diario a las escuelas, independientemente del modelo de los estudiantes.
Leonora Méndez, directora departamental de Huehuetenango, dijo que el Mineduc dio instrucciones para que los alumnos regresen en modalidad híbrida con el semáforo en naranja, amarillo o verde, siempre que los establecimientos cuenten con las condiciones mínimas para recibirlos en un ambiente seguro.
Ludwin Vásquez, maestro en la Escuela Oficial Rural Mixta Adrián Recinos, indicó que desde días atrás trabajan en cumplir con el protocolo para comenzar el ciclo escolar, además de establecer los cronogramas y horarios específicos para atender a los estudiantes de manera presencial. El centro educativo debe tener buena ventilación, servicios sanitarios y agua entubada.
Sin embargo, uno de cada dos padres de familia manifiesta que siente temor de enviar a sus hijos a la escuela, así que continuarán estudiando en casa, lo que también será un desafío, porque no todos tienen acceso a internet ni a dispositivos móviles para que sus hijos reciban clases interactivas.
La brecha digital fue un reto en el 2020, pues de cada 100 hogares en el país, solo 21 disponen de una computadora; 17 tienen servicio de internet, y apenas tres cuentan con conexión de banda ancha, según el Censo Poblacional del 2018.
Los padres de familia suelen recurrir a los dispositivos móviles y pagar tiempo de internet para cumplir con las guías.
En la escuela de la aldea Corral Chiquito, los profesores están preocupados porque “los están tirando al agua sin tener los insumos necesarios” para guardar las medidas sanitarias en el edificio educativo. Señalan que no se tomó en consideración que los niños deben usar buses para llegar a clases, lo que los pone en riesgo de contagio. Además, no saben cómo reaccionar ante un posible caso de covid entre los alumnos, asegura el director Fredy Sosa.
La recomendación del director del Área de Salud de Huehuetenango, Juan Francisco Robles, es que las clases continúen a distancia hasta que los municipios estén en verde. “Los estudiantes son un conglomerado que estaba a resguardo, y exponerlos en este momento representa un gran riesgo”, puntualizó.
En Quetzaltenango hay incertidumbre sobre cómo será el comienzo del año escolar. “Hasta hoy (viernes último) no tenemos directrices establecidas”, subrayó Juan Adalberto Escobar, director de la escuela Los Trigales, con un cupo de 40 niños por sección este año. El establecimiento cuenta con internet, pero es pagado por los maestros.
La preocupación por la transmisión del covid es general. Pese a que la capital está en alerta naranja, los niños de las escuelas de la zona 18 continuarán recibiendo clases en casa. Una vez por semana se entregará las guías de estudio y tareas a los padres de familia para que las trasladen a sus hijos.
“En el momento que el semáforo cambie a amarillo, ahí tomaremos la decisión de que los alumnos asistan en el sistema híbrido”, afirmó la directora de uno de estos centros educativos.
En la Escuela Oficial Rural Mixta Cantón Lourdes, zona 17, lo padres llegarán hoy a recibir el material para sus hijos y se encargarán de trasladarles los lineamientos a los niños para hacer las tareas. Se hará así porque el servicio de agua en el establecimiento es deficiente, no hay ventilación, y aun citando a los niños en grupos pequeños es difícil guardar el distanciamiento.
Pero no todos temen a la pandemia. En Gualán, Zacapa, los padres están de acuerdo con que sus hijos retornen a las aulas.
Ambientes seguros
Para que se lleve a cabo el modelo híbrido los establecimientos deben tener las condiciones necesarias para recibir a los alumnos: contar con servicios sanitarios, agua entubada para el lavado de manos y ventilación.
El Mineduc priorizó la reconstrucción y remozamiento de 1 mil 456 centros educativos para el regreso a clases; sin embargo, a finales del año pasado, 10 mil que no disponían de los servicios mínimos para albergar a los niños de manera apropiada.
Las escuelas e institutos que cumplan con dichas condiciones deberán regirse por el protocolo del Mineduc para garantizar la seguridad de estudiantes y docentes, con el apoyo de un comité escolar de gestión de riesgo que funcionará en cada centro.
Entre las normativas está el distanciamiento físico, ventilación, limpieza y desinfección de áreas.
Dentro del salón, el docente deberá estar atento a posibles brotes de covid entre sus alumnos, monitorear su estado de salud, inculcar en los niños hábitos de higiene, como el lavado de manos, uso de mascarilla y no compartir alimentos, entre otros.
Un punto importante en el protocolo es que en las clases presenciales se organicen burbujas o grupos pequeños, y de esta manera sean ubicados dentro del aula y se les asigne días específicos para que lleguen a la escuela, con el fin de reducir el contacto entre los niños y el personal docente.
Los estudiantes de todos los niveles —a excepción de los menores de 2 años— deben utilizar mascarilla de forma permanente y correctamente colocada, que puede ser de tela. Solo se permitirá que se la retiren para comer o realizar alguna actividad física al aire libre y con distanciamiento.
Evitar el contagio
La infectóloga pediatra Alicia Chang, de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (Agei), dijo que aunque el semáforo esté en amarillo o en verde es preciso ser cautelosos con el regreso a las escuelas, pues hay riesgo de que los niños se contagien y la infraestructura de los centros en el país no es la óptima para evitarlo.
Asimismo, se debe proveer a los niños el equipo de protección personal, como mascarillas, pues no todos los padres tienen los recursos para que usen una nueva cada día, y alcohol en gel.
Chang hace énfasis en que el docente deberá tomar la temperatura de los alumnos al ingresar a clases y verificar que no tengan síntomas de la infección, “porque no se trata de solo ver el nivel -color- del semáforo”.
También hay que verificar que se cumpla con el aforo, pues debe haber 1.50 metros cuadrados de espacio por cada niño dentro del aula.
*Con información de Mike Castillo y María José Longo.