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Pero, contrario a la idea de que la gente estaba curioseando en el lugar, hay explicaciones sociológicas que descartan ese extremo.
Lina Barrios, antropóloga del Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de San Carlos, afirma que los pobladores llegaron al lugar porque la cultura maya es comunitaria, no individualista como la cultura occidental.
Barrios recuerda que cuando ocurre un suceso en las comunidades mayas, los vecinos aportan comida para los deudos. “Un miembro de la comunidad es un miembro de la familia”, dice la profesional, quien estima que esto fue lo que motivó a tantas personas a acercarse al lugar del suceso.
Además, el hecho de que el accidente afectó a un líder, específicamente al presidente del Cocode, causó un impacto porque a los líderes se les ve “como a un papá”, como el responsable de guiar el camino de la comunidad y quien vela por sus intereses. “Ellos llegan por meritocracia, no por ofrecer dádivas y son muy apreciados”, señala Barrios.
El sociólogo Luis Mack coincide en el alto grado de solidaridad y cohesión social de las comunidades indígenas. “Las comunidades se mueven cuando hay tragedias, no es una lógica como la de las ciudades, donde cada quien vive por su lado”, explica.
Mack hace referencia, además, a que en comunidades como Tzucubal, los habitantes se sienten afectados en sus derechos y necesidades, pues la carretera es un lugar recurrente de accidentes, no hay señalizaciones ni medidas de seguridad y se atenta de forma continua en contra de las personas.
“En otras carreteras lo primero que hacen los comunitarios es poner túmulos, para que los conductores no pasen a gran velocidad, pero en esta, por ser carretera interamericana, no se puede hacer”, afirma Mack, lo que provoca indignación en la población.
Las manifestaciones y comentarios racistas que surgen de este suceso son un motivo de preocupación para el antropólogo José Domingo.
“Estas expresiones denigran a la población indígena y son un intento de justificar o burlarse de las pérdidas humanas”, asevera el experto, quien dice que el suceso no se debe analizar de forma aislada, sino del hecho de que esta carretera divida a la población físicamente.
La presencia del grupo de vecinos en el lugar del accidente “no se puede reducir al morbo, sino a la solidaridad y los códigos comunitarios que dan como resultado este tipo de unidad”, indica Domingo, quien recuerda que las comunidades indígenas se rigen por un sistema de valores orientado a la ayuda mutua.
Además del impacto que generó la muerte del líder indígena, se debe recordar que hay reiteradas denuncias de que este tipo de sucesos ocurren de forma frecuente. “No nos enteramos o indignamos porque no se trata de muchas vidas”, dice.
La solidaridad de la comunidad continuó este 28 de marzo con colectas para que los familiares puedan comprar ataúdes para sepultar a sus seres queridos.
Marginados
Sobre el hecho de que los pobladores decidieran retirar de la carretera los cuerpos de sus familiares sin que fueran examinados por el Ministerio Público o trasladados al Instituto Nacional de Ciencias Forenses, Domingo señala que esto demuestra que aún persiste la desconfianza hacia el Estado de parte de las poblaciones más afectadas por el conflicto armado interno.
“Es una muestra de cómo el Estado margina históricamente a las poblaciones indígenas y la desconfianza que esto provoca en estos pueblos”, puntualiza.
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