Así se pueden clasificar los tipos de erupciones volcánicas:
Magmáticas: el magma (roca fundida) emerge a la superficie en forma de lava o ceniza y piedra pómez. Existen varios tipos de erupciones de este tipo: pliniana, peleana, vulcaniana, estromboliana, hawaiana e islándica o fisural.
Freáticas: suceden cuando el magma, cuya temperatura es extrema (600ºC – 1.170ºC), toma contacto de manera indirecta con un volumen de agua, provocando un repentino calentamiento, lo cual genera vapor a muy alta presión causando una gran explosión de vapor, agua, ceniza y bloques.
Freatomagmáticas: las erupciones son impulsadas por la interacción directa entre el magma y el agua. Tienen lugar en el mar, lagos o aguas subterráneas, y pueden ser surtseyanas, submarinas y subglaciares.
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Ciertos nombres de las erupciones se han tomado de colosos en donde determinado tipo de comportamiento fue observado por primera vez, o bien, el más común, generalmente en un mismo volcán se presentan diferentes tipos de erupciones.
Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología este es el patrón eruptivo de los volcanes:
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Vulcaniana
Las erupciones son menos frecuentes y más violentas debido a que el magma es más viscoso y por lo tanto la liberación de los gases es más difícil. Las erupciones van acompañadas por una nube de gases cargados de ceniza, arena y fragmentos de rocas que alcanza varios kilómetros de altura. Después de ocurrida la explosión, que limpia la chimenea, aunque es poco frecuente se puede crear una corriente de lava, ya sea saliendo por el cráter principal, secundario o por una fisura lateral, como lo sucedido en el Volcán de Fuego.
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Estromboliano
Existe una actividad constante de explosiones que lanzan lava pastosa en estado incandescente. Son acompañadas por ríos de lava y emisión de gases, y suelen edificar conos de sustancia vítrea con bastante rapidez. Un ejemplo de este tipo de actividad es la del Volcán Pacaya.
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Pliniana
Son erupciones muy violentas que levantan columnas verticales de gases, piroclastos y fragmentos de roca a varias decenas de kilómetros de altura. A menudo son acompañadas por el colapso de la parte superior del edificio volcánico. Este tipo de erupción se observó en el Volcán Santa María el 24 de octubre de 1902.
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Peleana
Se caracterizan por su alto índice de explosividad asociado a un magma viscoso con alto contenido de gases. Pueden producir explosiones de rocas, gases y magma muy pulverizada dirigido lateralmente, formando nubes ardientes o flujos piroclásticos como el Volcán Santiaguito.
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Hawaiiana
Esta erupción posee una abundante salida de magma que forma grandes ríos y lagos de lava. Los gases son liberados en forma tranquila. Las erupciones violentas son raras y los gases pueden impulsar fuentes de lava que llegan a alcanzar los 500 metros de altura.
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Islándica
En este tipo no existe un cono con cráter central. La característica principal es la emisión de enormes volúmenes de lava a través de fisuras o grietas. Algunas forman masa de lava de poco espesor que cubren áreas enormes.
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Freática o geiseriana
Estas se producen por el contacto de las aguas subterráneas con la roca y fumarolas todavía caliente dentro del volcán. A diferencia de todas las anteriores no existe ascenso de magma. Por lo general presenta emanación de vapor de agua y gases en las proximidades o laderas del volcán que puede durar por mucho tiempo y a veces se intensifican en la época de lluvia. En algunos casos llegan a producir explosiones que forman pequeños cráteres como las del coloso de Tacaná, en 1986 y Acatenango, en 1972.
Actividad volcánica
Si hablamos en términos de actividad existen dos tipos de erupciones: explosivas y efusivas, las primeras se caracterizan por la liberación violenta de chorros de gas y cenizas. Se producen cuando la viscosidad y el contenido de sílice es muy elevado —magma ácido—, este tipo de magas retiene una gran cantidad de gases, lo cual provoca un aumento de la presión interna que da lugar a fuertes explosiones.
Un tipo de tapón de lava bloquea la chimenea y, cuando esto ocurre, las erupciones son aún más violentas. Pueden enviar rocas, polvo, gases y material piroclástico hasta 20 kilómetros en la atmósfera con volúmenes que suelen llegar a las cien mil toneladas por segundo, viajando a cientos de metros por segundo.
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Mientras que en una erupción efusiva la emisión de lava está en un estado muy fluido y con pocos gases, porque sale al exterior en forma de lava o roca fundida y la va esparciendo lentamente. No presentan tanta cantidad de gases como las primeras por lo que son menos violentas y no emiten piroclastos. En este caso los tipos de flujos de lava varían en forma, grosor y longitud y ancho.
El coloso de fuego
Según la Guía de volcanes de Guatemala del Instituto Guatemalteco de Turismo, está situado en los departamentos de Chimaltenango, Escuintla y Sacatepéquez, y es uno de los 37 colosos del país. Mide 3 mil 830 metros sobre el nivel del mar, y es el cuarto volcán más alto del país. Es de tipo estrato-volcán compuesto, y se encuentra a unos 50 kilómetros al sureste de la ciudad capital, hasta llegar al municipio de Alotenango, Sacatepéquez.
“Este coloso es el más activo desde la conquista, a tal extremo que se afirma que Pedro de Alvarado pudo verlo en erupción, en el año 1524”, se lee en el libro Guía de los volcanes de Guatemala.
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