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Tak’alik Ab’aj aspira a ser patrimonio mundial con estos tesoros

Sitio arqueológico de Tak'alik Ab'aj, ubicado en El Asintal, Retalhuleu, espera ser aceptado para que se le incluya en la lista del patrimonio mundial de Unesco, por contener tesoros excepcionales.

Vista del observatorio astronómico del sitio arqueológico Tak'alik Ab'aj, que solicitó ser incluido en la lista de patrimonio mundial de Unesco. Foto Prensa Libre: cortesía del Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj/ Ministerio de Cultura y 
Deportes/ Viceministerio y Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural/ Dirección Técnica Idaeh

Vista del observatorio astronómico del sitio arqueológico Tak'alik Ab'aj, que solicitó ser incluido en la lista de patrimonio mundial de Unesco. Foto Prensa Libre: cortesía del Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj/ Ministerio de Cultura y Deportes/ Viceministerio y Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural/ Dirección Técnica Idaeh

Guatemala aspira a albergar en su territorio un cuarto patrimonio mundial de la humanidad, al haber presentado el 22 de enero pasado la candidatura del Parque Nacional Arqueológico Tak’alik Ab’aj, en Retalhuleu, para que ese sitio sea declarado como tal.

En la actualidad, el Parque Nacional Tikal, Petén; las ruinas de Antigua Guatemala, Sacatepéquez, y el Parque Nacional de Quiriguá, Izabal, forman parte de la exclusiva lista de mil 121 sitios declarados patrimonio mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El Gobierno de Guatemala recopiló en un libro toda la información sobre el sitio, para respaldar la solicitud de manera detallada y científica, el cual fue entregado a la representante de la Unesco en Guatemala, Lucía Verdugo, por el presidente Alejandro Giammattei y el ministro de Cultura y Deportes, Felipe Aguilar Marroquín, durante una ceremonia en Tak’alik Ab’aj, en donde, además, se retomó la construcción del Museo Caracol del Tiempo, que comenzó en el 2007 y que fue suspendida hace 10 años.

“La solicitud presentada por el Gobierno de Guatemala es sumamente positiva, porque desde hace 40 años que no se presentaba ningún expediente de nominación del patrimonio cultural o natural guatemalteco para su evaluación y posible inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco”, refirió María Fernanda Castellanos, especialista de Sector Cultura, de Unesco Guatemala.

“Sin duda —la solicitud— viene a posicionar la enorme riqueza cultural que tiene el país a nivel internacional y, por consiguiente, el aumento del turismo cultural”, indicó. “Ser declarado patrimonio mundial es un reconocimiento a la riqueza cultural del país y, por ende, un compromiso del país de proteger, conservar, administrar, monitorear y transmitir ese valor universal excepcional del sitio nominado a las presentes y futuras generaciones”, enfatizó Castellanos.

“Lo más importante es que el mundo sepa que aquí nació una civilización que le dio aportes al mundo, como el cero, arquitectura, estudios de astronomía y de matemática… Tak’alik Ab’aj es la piedra angular de la historia e identidad de los guatemaltecos”, indicó el ministro Aguilar. “Esperamos que Unesco, por ser año del bicentenario —de la Independencia—, nos pueda dar la sorpresa de que es declarado nuestro cuarto patrimonio mundial”, dijo.

El arqueólogo Miguel Orrego, fundador del proyecto, en 1987, y que ha hecho investigaciones junto a su equipo multidisciplinario en el lugar por 32 años, refiere que apenas se ha excavado 10 por ciento del lugar, por lo que aún quedan muchos más tesoros por descubrir.

Aportes relevantes

El referido documento, de 170 páginas, titulado National Archaeological Park Tak’alik ab’aj, World Heritage Nomination 2021, indica que este sitio está localizado en el municipio de El Asintal, Retalhuleu —kilómetro 199—, a 600 metros sobre el nivel del mar, con una extensión total de 650 hectáreas. El parque tiene 15.38 hectáreas, cuya historia de más de mil 700 años, desde el año 800 antes de Cristo hasta el año 900 después de Cristo, está relacionada con la condición especial geográfica de su ubicación, en un paisaje estratégico de las laderas volcánicas de la Sierra Madre, paralelo a la costa pacífica del sudeste mesoamericano.

El interés particular de Tak’alik Ab’aj, patrimonio cultural de la Nación desde el 2002, sobre otros sitios mesoamericanos, reside en la continuidad de su desarrollo por mil 700 años. En el comienzo de su historia, el sitio compartía valores con la cultura olmeca, y alcanzó su apogeo con el sucesivo florecimiento de la cultura maya temprana.

La riqueza en esculturas, variedad y estilos y el desarrollo de escritura maya temprana testifican su extraordinaria historia. Su prosperidad se debió al intercambio comercial y cultural de una ruta de larga distancia de tres mil kilómetros, que Tak’alik Ab’aj tuvo a lo largo del Istmo de Tehuantepec —México—, la costa del Pacífico y las tierras altas durante el Preclásico Medio, con los dominantes olmecas y, más tarde, con la cultura maya. Fue uno de los centros más importantes de desarrollo intelectual, artístico y económico del Pacífico sur.

Los antiguos arquitectos modificaron ligeramente el paisaje original de terrazas que desciende de las faldas volcánicas a las planicies costeras, a fin de adaptar un diseño urbano, basado en preceptos ancestrales cosmogónicos, como el cosmograma —cuatro puntos cardinales y el quinto, como centro del mundo— combinados con orientaciones astronómicas.

Durante el Preclásico Medio y Tardío, los antiguos astrónomos hicieron importantes observaciones del recorrido de constelaciones en el cielo nocturno y ruta del Sol, en el día, dejando un testimonio sorprendente de sus registros, simbolizados en alineaciones de esculturas.

El Grupo Central del sitio expone una composición de múltiples estilos escultóricos de los monumentos creados durante un período de casi mil años. Los monumentos de estilo olmeca fueron extraídos de su lugar original para formar parte de este “museo al aire libre” en el Preclásico Tardío. Reusar, reensamblar y combinar las esculturas de diferentes estilos de épocas previas desde el final del Preclásico Tardío y después colocarlas en escenarios arquitectónicos públicos evidencia la intención de resumir y evocar el pasado y crear un discurso histórico, particularmente, en tiempos de crisis, dice el documento.

La arqueóloga Christa Schieber, coordinadora técnico-científica del lugar, expone que el arte en Tak’alik Ab’aj manifiesta el cambio de una administración a otra y cómo la historia se edifica sobre su pasado. “Lo que viviste ayer define cómo vas a tomar decisiones hoy”, dice.

La ciudad fue abandonada alrededor del año 900 d. C. Schieber afirma que esto se debió a un colapso de la red de comercio, generado por acciones expansionistas de grupos lingüísticos del altiplano y que buscaban el control de la costa. Sobre las nuevas investigaciones, la arqueóloga refiere que están trabajando en los modelos habitacionales y de cultivo para calcular la población del lugar.

Actualmente, esta ciudad es un lugar sagrado, visitado por diferentes grupos lingüísticos indígenas que perpetúan sus rituales.

Fotos Prensa Libre: cortesía del Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj/ Ministerio de Cultura y
Deportes/ Viceministerio y Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural/ Dirección Técnica Idaeh.

Ombligo-Mux

Es una cuenca semicircular, con un diámetro de unos 2.5 metros y un metro de profundidad, recubierta con piedras de canto rodado, con una piedra grande al centro y sobre ella una piedra más pequeña en el punto central exacto o axis mundi donde se intersectan el eje primordial este-oeste con el eje primigenio norte-sur, a partir del cual se replica el concepto del cosmograma que regirá la ubicación de los edificios de la ciudad.

La arqueóloga Marion Popenoe de Hatch refiere que este punto sagrado fue construido en la era olmeca —año 800 a. C.— y fue utilizado, posiblemente, como reloj de sol. Aunque no es el único que existe, probablemente, sea el primero que se ha encontrado en Mesoamérica de esa época y en el continente americano. La arqueóloga sugiere que este reloj no solo servía para contar las horas del día y determinar los puntos cardinales, sino ayudaba a calcular el calendario sagrado, las estaciones del año agrícola, los años siderales y solares, así como el movimiento de todos los cuerpos celestes.

Observatorio astronómico

Los monumentos del observatorio astronómico forman tres filas más o menos paralelas, cuya orientación en el Preclásico Medio —tiempos de los olmecas— fue de 17° noreste magnético, luego, corregida a 19° en el Preclásico Tardío —tiempos de los mayas—. La alineación final hacia los cielos sugiere que una función de estas esculturas era para la observación astronómica del cielo nocturno. El Altar 46 Piecitos es una roca en cuya superficie fueron talladas genialmente un par de huellas de pies donde al pararse sobre ellas apunta a la salida del Sol del solsticio de invierno, 21 de diciembre.

La posición de la estela 13 apunta a la serpiente en el cielo, la constelación Draco. Como evidencia, hay una serpiente bellamente esculpida en esa estela con su boca abierta. Alrededor y debajo de la estela fue encontrado una de las más grandes ofrendas de Mesoamérica, compuesta por cientos de vasijas que comunican la importancia de la celebración cíclica de esta orientación astronómica desde el comienzo del Preclásico Tardío.

Estela 5

Es una escultura maya temprana, localizada en el centro de la fachada oeste de la Estructura 12. Tiene la representación de dos personajes parados de perfil, uno frente al otro, vestidos con elegantes prendas y tocados, con un panel glífico entre ellos que registra dos fechas de cuenta larga y un texto de cuatro glifos. La fecha indicada en la columna izquierda marca el año 126 d. C., y la de la derecha, 83 d. de Cristo o, posiblemente, 103 d. C. Ambas fechas corresponden a los personajes representados en ella. La figura de la izquierda sostiene un pequeño jaguar y el de la derecha, una serpiente como cetro.

La cuenta larga o cuenta de los katunes es un sistema mesoamericano vigesimal desarrollado por los mayas para registrar el tiempo. Al comenzar el año en el 3113 a. C., la cuenta larga está compuesta por un glifo introductorio, seguido por cinco glifos numéricos o períodos de tiempo, basados en años de 360 días.

Museo al aire libre

Por la riqueza de estilos escultóricos de los monumentos que decoran la fachada oeste de la Estructura 12, se le considera una fachada histórica o “museo al aire libre”: la Estela 5 de estilo maya, al centro; en ambos lados, un monumento estilo zoomorfo, y en los extremos, dos monumentos olmeca. Representa uno de los más ricos tesoros en la historia de Tak’alik Abaj, pues hay un patrón en el número de monumentos y en la distancia entre sí. Hay siete monumentos con siete metros de distancia entre ellos o nueve monumentos, cada cinco metros. También, monumentos colocados de acuerdo con su estilo. En el norte se puede ver una rana —monumento 68— y al sur, un cocodrilo —monumento 66—. Algunos indígenas dicen que estos son nahuales guardianes de la estela 5.

En ningún lugar de Mesoamérica se congregan diversos estilos de escultura olmeca, maya, representaciones zoomorfas, estilo costero y local. Se han hallado artefactos de ciudades de México, Kaminaljuyú, El Salvador y Costa Rica.

Juego de pelota


El Juego de Pelota de Tak’alik Ab’aj es el ejemplo mejor conocido de las construcciones sagradas del Preclásico Medio, en el que la arquitectura estaba constituida por plataformas y edificaciones piramidales de barro. La mayoría de estas se encuentran en el interior de construcciones de épocas siguientes.

Consiste en dos plataformas largas paralelas de 8 x 23 metros y 1 metro de alto, localizadas de norte a sur. La distancia entre las plataformas es de 5 metros y era el patio del juego. La excelente preservación de estas plataformas de barro se debe al entierro cuidadoso hecho por los arquitectos, cuando en el Preclásico Tardío necesitaban nivelar el campo para expandir el espacio de las plazas ceremoniales. Mil años después fue descubierto, estudiado y enterrado de nuevo para preservarlo para futuras generaciones. Se le considera uno de los juegos de pelota de barro más tempranos conocidos en Mesoamérica.

Cargador del ancestro


Es una escultura pilar particular única, que data entre el año 100 a. de Cristo al 50 d. de Cristo, de la era maya temprano. Representa en una sola pieza escultórica diferentes tradiciones (técnicas) y conceptos (estilos). La combinación de diferentes elementos es la replicación de la evolución de formas escultóricas, que refleja la historia del pensamiento. Puede ser una alusión a la relación de uno de los primeros gobernantes mayas tempranos al ancestro cultural de connotación olmeca.

Está compuesto por cuatro fragmentos de esculturas: monumentos 215 y 217 y de las estelas 53 y 61. Se observa al gobernante llevando un niño con características de adulto mayor. El mensaje de la escultura es la invocación del pasado, de viejas tradiciones y ancestros, que siempre deben estar presentes en nosotros. Resume la historia particular de Tak’alik Ab’aj y por esa razón dará la bienvenida al mundo cuando sea visitado el Museo Caracol del Tiempo.

Entierros reales

En Tak’alik Ab’aj se ha encontrado la sepultura de dos gobernantes importantes, uno de la época crucial de la transición de la era de la hegemonía cultural olmeca a la florescencia cultural maya temprana, llamado Entierro Real número 2 y el otro, uno de los últimos gobernantes del apogeo maya temprano, o Entierro Real número 1, que data de 150 años d. de Cristo.

Los objetos preciosos que acompañaron a estos personajes fueron elaborados en materiales como jadeíta en varios colores, hemetita especular, espejos-reflectores y pirita de hierro, los cuales manifiestan la exquisitez del desarrollo del arte lapidario en el sitio. En el Entierro número dos se halló un collar de cuentas de jadeita que tenía un pendiente central de hachuela con cabeza de ave, primigenio símbolo real del ajaw o señor, portado por los primeros dignatarios. En el Preclásico Tardío, los elementos de cabeza y hachuela evolucionaron a cabezas miniatura ceremoniales de mosaicos de jade.

Manejo del agua

El dominio sobre el manejo del agua —suministro para el consumo y desecho del excedente— es un buen indicador del grado de desarrollo que una sociedad ha alcanzado. En Tak’alik Ab’aj se encuentra evidencia de la evolución de las técnicas, materiales y diseños a través del tiempo desde el inicio de su larga historia y manifiestan la sacralidad de la roca al integrar fragmentos de esculturas en su construcción. El Escondite es un acueducto que aún funciona en la actualidad y que debe su nombre por haber sido encontrado en una zanja escondida.

El canal David, de 13 metros de largo, fue integrado al sur, frente a la plataforma larga de la estructura 7, para evacuar agua superficial y dirigirla hacia el sureste de la terraza 3. Durante su construcción, en el Clásico Tardío, fragmentos de esculturas preclásicas mayas fueron integradas en ciertos espacios y con propósitos específicos. En la “boca” o parte superior del canal había un altar incensario que recibía el agua.

 

PROTECCIÓN

Lugares de gran valor

La Convención de 1972 para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural establece que ciertos lugares de la Tierra con un “valor universal excepcional” pertenecen al patrimonio común de la humanidad.

Actualmente, 193 países han ratificado dicha convención y forman parte de una comunidad internacional unida en la misión conjunta de identificar y proteger el patrimonio natural y cultural más importante del planeta. La Lista del Patrimonio Mundial incluye en la actualidad mil 121 sitios —869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos— en 167 Estados. China —55—, Italia —55—, España —48—, Alemania —46—, Francia —45—, India —38— y México —35— son los países con la mayor cantidad de sitios.

María Fernanda Castellanos, de Unesco Guatemala, refiere que esa convención establece 10 criterios, seis culturales y cuatro naturales, que los sitios aspiran cumplir para ser inscritos en la lista. Deben, al menos, cumplir con un criterio cultural y uno natural; además, con elementos de integridad y autenticidad, y contar con sistemas adecuados de gestión y protección del sitio. Se reconoce su excepcionalidad, es decir, es único en su clase.
Tak’alik Ab’aj está aplicando solo a cinco criterios culturales y deberá pasar por una rigurosa evaluación para ser inscrito.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.