Le puede interesar
El estudio encontró que solo uno de cada cuatro estaba preparado para afrontar el cambio a una metodología en línea. Los docentes del sector privado tenían menos dificultad para trasladar el contenido de sus clases a plataformas virtuales, pues ya contaban con material on line o con libros digitales, lo que hizo para ellos menos complicado dar el salto, contrario a los establecimientos públicos o colegios privados que no tenían esa estructura tecnológica.
Quienes no han contado con ese recurso han utilizado las redes sociales para seguir con la enseñanza. Uno de cada tres de los encuestados dijo recurrir a WhatsApp para hacer llegar el contenido a sus estudiantes, mientras que uno de ellos trabaja con las guías escritas, las cuales imprime y las traslada a sus alumnos.
Ese salto a lo digital no ha sido sencillo, pues a criterio de Diana Brow, presidenta de la Asociación de Colegio Privados, la mayoría de docentes recibió una formación tradicional que no contemplaba la necesidad de utilizar la tecnología. Esta se ha utilizado como una herramienta para investigación o desarrollar proyectos, pero a partir de la pandemia cambió su rol y se ha convertido en un sostén en la entrega educativa.
“Los docentes no tenían esas metodologías y esas dinámicas para preparar las clases en línea dentro de su portafolio de conocimientos, sino que los están adquiriendo sobre la marcha”, menciona Diana Brow, presidenta de la Asociación de Colegio Privados.
¿Menos conocimiento?
La interrupción de las clases presenciales, sin duda, afectará en el aprendizaje y en el rendimiento de los estudiantes. Lo que se sabe a través de este estudio es que, independientemente de la modalidad que se utilice para continuar con la enseñanza, los maestros están priorizando contenidos del programa de estudios, y se enfocan en Lectura, Matemática y Comunicación, dejan de lado otras áreas que están en el Currículo Nacional Base y que consideran no son prioritarias en este momento.
Cabe preguntarse ¿qué habrá pasado con cursos como Artes plásticas, Física o Música? Para algunos han quedado rezagados. Sin embargo, Jorge Andrés Gálvez Sobral, director del Centro de Investigaciones Educativas de la UVG, señala que esto tiene sentido, pues Lectura y Matemática son contenidos, habilidades y competencias instrumentales que sirven para que el estudiante pueda desarrollarse en las demás áreas.
Tener comprensión lectora, así como razonamiento y pensamiento analítico para resolver problemas cotidianos, es importante para alcanzar el conocimiento de Ciencias Naturales, Estudios Sociales, Física, Estadística, Química, y demás materias.
Verónica Spross, directora Ejecutiva de Empresarios por la Educación, indica que se ha tenido que priorizar las áreas curriculares a impartir, pero dada la situación que ha generado la pandemia esto es razonable, es importante enfocarse en aprendizajes que van a servir para la vida.
Retraso en el aprendizaje
“Es obvio que habrá retrasos en el aprendizaje (de los estudiantes), incluso para los que estaban preparados en los colegios privados con plataformas digitales. Estamos viendo que los alumnos están aprendiendo menos contenido”, indica Gálvez Sobral.
Mientras que Spross menciona que ciertas competencias y destrezas podrían verse afectadas, pues no es lo mismo seguir las guías en la casa que la interacción en la escuela. Además, de que hay una dispersión en el seguimiento a los estudiantes; quienes cuentan con herramientas tecnológicas pueden dar el apoyo requerido por sus alumnos, pero no es el caso de todos.
De acuerdo con el investigador, es necesario que a nivel de país se evalué y se tenga una perspectiva clara de cómo esta situación afectará el rendimiento de los alumnos, y se tomen las medidas correctivas a partir del próximo año.
“Si esto no se hace y simplemente se ignora lo sucedido en el 2020, y en el 2021 se toma el programa normal, lo que veremos seguramente será un rezago más grande del que ya tenemos, en donde Guatemala está entre los últimos puestos del rendimiento académico de la región y del mundo, obviamente no nos conviene”, agrega Jorge Andrés Gálvez Sobral, director del Centro de Investigaciones Educativas de la UVG.
La prueba internacional Pisa para el Desarrollo (Pisa-D) del 2018, que evaluó a estudiantes de países de ingresos medios y bajos en similares condiciones, reveló que solo tres de cada diez jóvenes guatemaltecos lograron el nivel básico en Lectura, dos lo consiguieron en Ciencias y uno en Matemática. Esto ubica a Guatemala en las últimas posiciones de la región junto a República Dominicana.
Los más afectados
Inevitablemente en todos los niveles habrá un rezago en el aprendizaje, sin embargo, el investigador refiere que el impacto será significativo en los estudiantes de preprimaria, pues con ellos es más difícil trabajar a distancia. La ventaja en este grupo es que están en los primeros años de escolaridad y tienen mucho tiempo por delante para recuperarse.
Spross también ve riesgo en quienes cursan la secundaria y están cerrando un ciclo. “Es importante ponerles atención, para verificar dónde está su nivel de aprendizaje y cerrar los vacíos”, dice.
Los jóvenes que están en el último grado de diversificado podrían ser los más afectados. Este será su último año de preparación, ya sea para iniciarse en la vida laboral o bien para ingresar a la universidad, y los resultados de las últimas pruebas realizadas por el Mineduc a estudiantes de este nivel han evidenciado deficiencias en el aprendizaje
El año pasado solo tres de cada diez jóvenes alcanzaron las competencias lectoras requeridas, mientras que en Matemática solo uno de cada 10 estudiantes alcanzó el nivel satisfactorio.
“No sabemos si la priorización, si los métodos, si la infraestructura tecnológica y la adaptación del establecimiento fue la suficiente para prepararlos. No sabemos si los graduandos están recibiendo todo el contenido que estaba programado. Si tuviera que apostar, diría que allí es donde está el principal reto en esta emergencia”, dice Gálvez Sobral.
Según reporte del Ministerio de Educación son 168 mil 46 los estudiantes inscritos hasta el 1 de mayo en el último grado del diversificado. Hay 102 mil 306 jóvenes que recibirán el título de Bachillerato; 10 mil 587 cursan Magisterio; 47 mil 991 están en la carrera de Perito y son 7 mil 162 en Secretariado.
Lo positivo
Si bien la suspensión de clases presenciales tomó a todos por sorpresa y podría traer un retraso en el aprendizaje de los estudiantes, hay puntos positivos que ha propiciado la pandemia, uno de ellos es la integración tecnológica a la enseñanza, y el 17% de los docentes encuestados así lo percibe.
Los padres también se han involucrado más en el proceso de enseñanza de sus hijos, lo que resulta beneficioso para los niños, pues investigaciones señalan que entre más involucrados están los papás mejor es el rendimiento de los estudiantes. El 27% de los maestros resalta esta participación y cooperación como un resultado positivo.
Además, la encuesta indica que el 19.2% de los entrevistados reconoce la importancia de la autonomía de los estudiantes en la gestión del aprendizaje, pues ya sea que utilicen plataformas virtuales, redes sociales o guías de estudios, los alumnos han tenido que trabajar solos desde casa, han adquirido responsabilidad.
Esta, según Gálvez Sobral, es una de competencia importante que lleva tiempo desarrollar dentro del salón de clases con metodologías tradicionales.
“Autonomía, integración tecnológica e involucramiento de padres es algo importante que hemos visto y es algo que los docentes están reportando como algo positivo y que no quieren perder cuando se regrese a la normalidad”, dice el investigador.
Un aspecto que Brown señala no debe obviarse y que debe atenderse postpandemia es cambiar la formación inicial docente y que se incluya dentro de la preparación de los maestros más metodología del uso de la tecnología, pues no se trata de trasladar una planificación tradicional, lo del papel, a lo virtual sino que se deben buscar otras dinámicas para que el alumno pueda adquirir los conocimientos y las competencias necesarias.