Amigos los reconocen
La publicación logró que varios excompañeros de trabajo de Mynor, quien laboró en el desaparecido Diario El Gráfico, se unieran para buscarlos en las calles y asistirlos.
La primera ayuda llegó de uno de los exjefes de Mynor, quien, junto a su familia, los asistió con comida.
El gesto se multiplicó y cerca de 80 excolaboradores de ese diario empezaron a colectar ropa, víveres y el dinero para la renta de un apartamento, en donde los hermanos Rosales Granados moran desde el sábado recién pasado.
Ayer, una excompañera de trabajo de la madre de los Rosales Granados, se acercó a asistirlos económicamente y apoyarlos para conseguir un trabajo formal.
Gestos similares han venido de antiguos vecinos de la zona 1 capitalina, quienes también han prometido ayudarlos en la búsqueda de empleo.
Marlon y Mynor empezaron a vivir en la calle luego de que el segundo se quedó sin trabajo, debido a una enfermedad. Eso hizo que tuvieran que desalojar un cuarto que alquilaban en la zona 2 y llevar sus pertenencias por las calles.
“Hemos buscado trabajo, pero, por la edad, nadie nos da nada formal. Yo limpio las gradas de un edificio y me dan Q20”, refirió Marlon en el primer reportaje que evidenció su situación.
Aseguró que el dinero que le pagan y lo que recaudan por los pequeños trabajos que hace su hermano les sirve para comer y comprar artículos de aseo personal.
“Enviaron ángeles”
Desde aquella primera entrevista, la esperanza de un cambio se reflejaba en las palabras de Marlon.
Entonces afirmó que creía que la “mala racha” pasaría. “Dios no nos olvida y nos permitirá encontrar un empleo para vivir bajo un techo”, comentó esa vez.
“Nos mandaron ángeles para que nos auxiliaran. No esperaba este milagro de Dios”, exclamó Marlon, durante una visita efectuada ayer en la pieza que ocupan, mientras ordenaba la ropa que les han regalado.
Hoy, en lo que llaman un nuevo comienzo, tienen sus esperanzas puestas en que vendrá una mejor época para sus vidas.