Sistema Penitenciario analiza la posibilidad de un hospital para privados de libertad
Ante el riesgo que representa la presencia de privados de libertad en los hospitales públicos, el Sistema Penitenciario analiza varias estrategias para darles atención médica.
En el Hospital Roosevelt se da atención medica a ocho o 10 privados de libertad por día. (Foto Prensa Libre: Ana Lucía Ola)
La presencia de privados de libertad en las consultas externas y en las emergencias de los hospitales Roosevelt y General San Juan de Dios preocupa a los médicos por el riesgo que representa tanto para el personal como para los pacientes, pues no cuentan con las medidas de seguridad que estos casos demandan.
Desde una mesa interinstitucional que se desarrolla para establecer estrategias que minimicen dicho peligro surgió el planteamiento de crear un hospital específico para dar atención médica a los reclusos. Según Sergio Vela, director general del Sistema Penitenciario, esta “posibilidad está siendo estudiada, pero aún no se puede determinar el grado de factibilidad”.
El funcionario menciona que se han sostenido reuniones con los directores y los equipos de trabajo de cada hospital en busca de soluciones para minimizar el riesgo para los médicos, los enfermeros y los usuarios al momento en que asiste un reo a las instalaciones.
“Se está trabajando un protocolo interinstitucional para la atención de los privados de libertad, ya que el Estado tiene obligación de brindarles atención a la salud y actualmente el Sistema Penitenciaria no cuenta con esa capacidad”, dice Vela.
El director del SP reconoce que tanto el hospital Roosevelt como el San Juan de Dios no tienen los espacios necesarios para atender a los reclusos debido a la alta demanda de población que asiste diariamente a las consultas externas y a las emergencias.
Según los médicos, atender a un privado de libertad requiere una logística especial, como cerrar caminos dentro del centro asistencial en donde solo pueden transitar el personal de salud, además que deben dedicar alrededor de 40 minutos a un solo paciente, mientras se forma una larga fila de personas que esperan en la consulta externa y las emergencias.
Además, los doctores que atienden a un recluso lleven asistir a citaciones, muchas veces a los juzgados, para dar dictámenes técnicos sobre la salud del reo, lo que atrasa la atención al resto de la población.
Otro de los inconvenientes es que no les alertan del grado de peligrosidad de los reclusos que deben atender, lo que es un riesgo para ellos como médicos y para los demás pacientes.
Ya no funcionan
En el 2015 se establecieron clínicas médicas en el centro penitenciario Pavoncito para evitar el traslado de privados de libertad a los hospitales, que contrarían con tres médicos especialistas, un cirujano, un laborista, dos doctores de turno y un enfermero; la inversión fue de Q1 millón, como parte de un convenio entre el SP y el Ministerio de Salud.
Vela señala que estas clínicas ya no prestan el servicio y desconoce el por qué dejaron de funcionar. Agrega que con las actuales autoridades de Salud se conversa sobre retomar dicho convenio o desarrollar uno similar.
Al Hospital Roosevelt trasladan a diario entre ocho y 10 privados de libertad para recibir atención médica, mientras que al San Juan de Dios llegan entre 10 y 15 a la consulta externa y a la emergencia son de uno hasta cinco, según los directores de dichos centros.
Mientras que la Subdirección Operativa del SP indica que de enero hasta finales de julio 2024 se realizaron 3 mil 480 reclusos a dichos nosocomios, lo que equivale a un promedio diario de 16 y 17 personas.
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