Desde el año pasado, estas pruebas se empezaron a vender en territorio guatemalteco. Al inicio surgían dudas sobre cómo funcionaban, pero ahora su uso es cada vez más generalizado aunque el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) asevera que ninguna de las marcas que se venden en el país cuentan con la autorización legal respectiva.
“Son efectivas y te alivian un montón porque evita que vayás a los centros de salud donde sí te podrías contagiar por la cantidad de gente que llega” compartió Claudia Cruz, quien dijo que la prueba la consiguió en Marketplace a Q300 el paquete de dos pruebas de hisopado.
Este espacio creado por la red social Facebook, ofrece una cantidad de productos a la venta, incluyendo productos médicos.
Cruz asistió a una boda días antes y comentó que en la celebración también se estaban haciendo este tipo de pruebas a todos los invitados con un rango de espera de 15 minutos.
Es así como precisamente se presenta la publicidad de este tipo de productos, que, por no contar con la autorización de Salud, se mueven sin ninguna limitante en el mercado negro.
“¿Planea reunirse con familiares, colaboradores o amigos? Ya sea que viaje o tenga visitas en casa, debería considerar agregar pruebas caseras de covid-19 a su lista de compras” narra un anuncio publicitario que es enviado a través de correos masivos, en donde dicen que aceptan tarjeta de crédito y proporcionan un número de Whatsapp para solicitar más información.
Sin regulación
Aunque en la publicidad de este tipo de pruebas señala que cuentan con la autorización del Ministerio de Salud, la cartera desmintió esto. Según respondió el Viceministerio Técnico, aunque estas pruebas son confiables, ninguna de ellas está autorizada para su uso en el país y hasta el momento no tienen contemplado facilitar ningún registro sanitario. “El uso de estas pruebas es un acto ilícito y no son permitidas en Guatemala”, respondieron.
En Estados Unidos, la agencia encargada de la administración de medicamentos y alimentos (FDA por sus siglas en inglés) ha autorizado al momento 17 marcas diferentes de pruebas caseras y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades también las recomienda como parte de las medidas para la reducción de contagios.
La oferta de este producto ha crecido por la rápida propagación de ómicron y los guatemaltecos siguen reclamando que el Ministerio de Salud limita el número de pruebas que se hacen por día, provocando que en los centros de salud las colas de quienes quieren saber si tienen covid-19 sean extensas y empiecen a formarse desde horas de la madrugada.
Esto provocó que el 20 de enero, las autoridades emitieran una circular a los centros de salud donde ordenan que las pruebas deben realizarse sin limitante alguno.
En los meses de diciembre del 2021 y enero del 2022, cuando ómicron ya estaba presente, Salud realizó un total de 460 mil 869 tamizajes, de los cuales 71 mil 854 resultaron positivos. Sin embargo, los diagnósticos se concentran en las áreas urbanas.
Debido a que la población urbana con cierto nivel adquisitivo es quien puede adquirir las pruebas caseras, el director del Laboratorio Nacional de Salud, César Conde, indicó que estas podrían ayudar a descentralizar los diagnósticos que hace salud pública y dirigirlos a las áreas rurales.
Sin embargo, Conde enfatizó en que es importante que estas tengan un registro sanitario vigente en el país que autorice su uso.
“Todas las pruebas que se usan a nivel de laboratorios y con reactivos deben funcionar con un registro sanitario del Ministerio de Salud que nos garantice quién las está vendiendo. Como es algo que no está regulado, no sabemos quién las vende o si se trata de pruebas falsas” indicó.
A decir de Conde, lo que provoca el uso de estas pruebas es que baje el reporte de los casos positivos y que suba el subregistro, evitando que se logre monitorear el impacto de la pandemia.
Asimismo, alertó que hay pruebas que se consiguen en el mercado y que no son buenas diagnosticando el covid-19, como las pruebas de saliva que tienen una baja sensibilidad de detección.
“Si el ministerio las registra, hay que tener alguna logística en informática, una página de internet o algo así que nos ayude a reportar los casos positivos. Desde el Laboratorio Nacional lo que podemos hacer es pedirle al ministerio que nos permitan hacer una verificación de estas pruebas para saber si funcionan, su porcentaje de sensibilidad y así recomendarles a los usuarios qué marcas sí pueden usar”, agregó.