Esa misma tarde, la Defensoría de la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) constató en el Programa Nacional de Inmunizaciones del Ministerio de Salud el vencimiento de 9 mil 619 vacunas contra el sarampión y la rubéola, correspondientes al lote marcado como 0099MO0BB.
Hay riesgo de que la cantidad de biológico caducado sea mayor y que alcance a las áreas de Salud, incluso de otras vacunas, por esa razón la PDH solicitará información a cada una sobre la existencia y fechas de vencimiento del producto.
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De acuerdo con Zulma Calderón, defensora de la Salud, la alerta de que estas dosis caducarían en septiembre la hicieron a mediados del año, tiempo en el que también señalaron que la cobertura de la mayoría de las vacunas no llegaba al 35 por ciento. Con esa información hicieron la proyección de que, si no se ponían en marcha estrategias para remediar esta caída, el año finalizaría con una cobertura entre el 65 y 70 por ciento, muy por debajo del 95 por ciento que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda.
“Es grave, eso nos pone en riesgo de brotes de enfermedades infectocontagiosas que son prevenibles con las vacunas”, menciona Calderón.
La cobertura de las vacunas contra el sarampión y la rubéola, según el informe oficial, a septiembre llegó al 62 por ciento en la primera dosis, en la segunda descendió al 57 por ciento. Un escenario lamentable, al que se suma las dosis vencidas.
Pero no son las únicas vacunas que están por caducar, la PDH también constató que hay dosis contra el covid-19 cuyas fechas de vencimiento es cercana.
Marca de vacuna | Dosis | Fecha de caducidad |
---|---|---|
Sputnik V componente 1 | 1 millón 91 mil 896 dosis | vence en febrero y marzo de 2022 |
Sputnik V componente 2 | 1 millón 91 mil 420 dosis | vence en marzo 2022 |
Pfizer | 22 mil 254 dosis | vencen en diciembre 2021 |
Moderna | 24 mil 976 dosis | vencen en diciembre 2021 |
AstraZeneca | 152 mil 210 dosis | vencen en noviembre y diciembre 2021 |
Daño colateral
La pandemia del covid-19 contribuyó a que haya menos niños con el esquema básico de vacunación, y un daño colateral es este vencimiento de viales, porque no se distribuyeron a las áreas de salud y no se usaron en el tiempo previsto.
En parte porque los servicios se han concentrado en el abordaje de la pandemia. Pese a que el personal sanitario del primero y del segundo nivel de atención intenta continuar con los programas de inmunización, desnutrición, embarazo y atención de enfermedades que son habituales entre la población, desde marzo del 2020 la prioridad han sido los casos de covid-19.
“El personal de salud ya está agotado, qué va a poder con las consultas, atendiendo los casos covid, viendo los hisopados, haciendo informes, colocando las otras vacunas, y repartiéndose entre los centros de vacunación contra el covid-19”, dice Calderón, lo que evidencia la “incapacidad” de las autoridades de Salud, al no contemplar la contratación de vacunadores para salir adelante de esta crisis sanitaria sin que se descuiden los demás programas de salud.
Lamentablemente en esta baja cobertura del esquema básico de vacunación los más afectados son los menores de cinco años, población que ya es castigada con la desnutrición crónica, pues esta condición aqueja a uno de cada dos niños en Guatemala.
Alicia Chang, infectóloga de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (AGEI), indica que en los últimos años el alcance de la vacunación en niños han ido disminuyendo, “pero este año es la peor cobertura que hemos tenido”.
Previo a la pandemia, el personal de los servicios de salud hacía campañas de vacunación y visitas domiciliarias a fin de que los niños menores de 5 años completaran el esquema, sin embargo, debido al contagio desmedido del coronavirus en la provincia, estos procedimientos se interrumpieron, lo que trajo un retroceso en la cobertura, indica Sandra Batz de la Alianza Nacional de Organizaciones de Mujeres Indígenas por la Salud Reproductiva (ALIANMISAR).
“La niñez está en riesgo por no estar protegidos contra enfermedades que son prevenibles mediante la vacunación, es muy probable que en los siguientes años reaparezca enfermedades como el sarampión, la difteria y la poliomielitis, entre otras, como consecuencias de esta interrupción”, agrega Batz.
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El bajo alcance de niños inmunizados que se reporta no pasa por el desabastecimiento de dosis, según la defensora de la PDH, aunque hubo un par de meses que algunas áreas no contaron con vacunas contra el neumococo.
Ese extremo lo confirma ALIANMISAR. En un monitoreo a servicios del primero y del segundo nivel de atención de Huehuetenango, Quetzaltenango, San Marcos, Totonicapán y Quiché, la entidad encontró que la mayoría de los puestos y de los centros de salud reportaron que durante tres meses no tuvieron dosis contra dicha enfermedad, también hubo escasez de dosis contra el rotavirus.