¿Cómo la sociedad llegó a este extremo con el Lago de Amatitlán?
Arrecis: El Lago de Amatitlán es una cuenca más que agrícola, industrial y todo esto hace que se concentre la cantidad de contaminantes; es la fuente de los problemas.
Por otro lado, la falta de medidas necesarias para controlarlo y que los recursos no son suficientes pese a los esfuerzos que Amsa —Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán— y otras autoridades han tenido para solucionar el problema. Es una serie de problemas que se acumulan a través de los años y por eso hoy por hoy tenemos un lago más contaminado.
¿Cuáles son los esfuerzos que hace el Marn para regular estas empresas?
Sandoval: El Ministerio de Ambiente desde hace años ha desarrollado actividades en cuanto a brindar asesorías técnicas a las autoridades locales.
Se les ha dado prioridad a las comunas de los municipios que están inmersos en la cuenca del Lago de Amatitlán. Estas asesorías consisten en dar capacitaciones al personal municipal y a algunos centros educativos.
El inconveniente que hemos tenido en las anteriores gestiones municipales es que no todos los alcaldes le dan prioridad a estas actividades, y por lo consiguiente no le dan el seguimiento que deberían.
¿Se cuenta con una política pública que fortalezca a las municipalidades para que tomen acciones?
Arrecis: En cuestiones de ambiente existe una política ambiental que es la base para el Marn y otras entidades relacionadas con el ambiente. Lastimosamente, aunque los planes sean aprobados y se echen a andar, no es suficiente el apoyo de sectores, o el compromiso que debería haber para reducir la presión sobre el lago.
Este plan es la base, pero también debería haber ciertos mecanismos coercitivo s. La ley de aguas que nos hace falta por ejemplo, y que de alguna manera vendría a regular y prohibir ciertas actividades y con eso sancionar económica o legalmente a quienes infrinjan estas leyes.
En Guatemala vemos que distintas cuencas hoy son desviadas, contaminadas y nadie puede hacer nada porque no existe un marco legal que permita la sanción.
¿Hasta dónde el Marn puede evitar que empresas o particulares sigan contaminando?
Sandoval: Nosotros debiéramos tener un reglamento equivalente en el tema de residuos sólidos; sin embargo, en este momento no lo hay.
Con lo único que se cuenta en estos instantes es que la Municipalidad de Guatemala tiene un reglamento para el manejo de los residuos sólidos, pero tiene sus limitaciones porque esto no es válido para los municipios aledaños a la capital.
Lo que hace falta es aplicar la legislación ambiental. Nosotros requerimos tener una ley marco para el manejo de residuos sólidos que tenga una cobertura a nivel nacional, y ese es el punto de partida para que podamos elaborar y aplicar reglamentos.
¿Tan poca conciencia existe en la población para llegar a estos extremos?
Arrecis: Los procesos de educación e información van a ser necesarios, pero otra de las razones es el bolsillo. Así como estamos pagando por el agua saludable y segura, también deberíamos de estar siendo responsables y pagar por el agua que debería de tratarse, pero todo esto afectaría la economía del hogar y también la de las empresas.
¿Este problema de contaminación se replica en los lagos y ríos a escala nacional?
Arrecis: Es un problema que se replica en todos lados, la magnitud y las características cambian. Hay estudios que dicen que del 70 al 90 por ciento de las aguas en Guatemala están contaminadas, y nos referimos a varios tipos de contaminación que pueden ser físicos; el calor por ejemplo, los contaminantes biológicos y la contaminación química que muchas veces es la más peligrosa y que no fácilmente la podemos ver.
¿Cómo afecta la contaminación la biodiversidad de los lagos del país?
Sandoval: En época de verano vemos condiciones naturales de los cuerpos de agua, pero en la época de invierno se dan cambios bastante drásticos.
La lluvia es el mejor vehículo para arrastrar todos los contaminantes a las partes más bajas donde se encuentran los cuerpos de agua más importantes.
Los agroquímicos, fertilizantes y demás favorecen la reproducción incontrolable de bacterias como la cianobacteria. También favorece el calentamiento global porque las aguas de los lagos y ríos con el cambio climático también se elevan.
¿Todavía hay esperanza para rescatar los cuerpos de agua en Guatemala?
Arrecis: Creería que sí hay esperanza, pero tenemos que hacer cambios drásticos y exigirle a las empresas que cumplan con los reglamentos, los cuales exigen que haya plantas de tratamiento de agua para evitar la contaminación y que en los hogares también hayan mínimas medidas para poder reducir el problema.
Sandoval: Yo también tengo esa idea positiva, estamos a tiempo de hacerlo, pero si queremos que eso se cumpla en un corto plazo se necesitan acciones drásticas e inmediatas.