Los problemas de miopía y catarata son los que más impacto tienen en la actualidad en Guatemala, y afectan principalmente a estudiantes, puesto que muchos de ellos pasan hasta ocho horas seguidas frente a una pantalla, ya sea por estudio u ocio, aseguran especialistas del Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad (Conadi), el Ministerio de Salud, la Comisión Nacional de Salud Ocular y Visualiza.
De acuerdo con Conadi, en Guatemala hay unos 500 mil guatemaltecos mayores de 50 años que padecen algún problema de la vista; sin embargo, en la actualidad lo que preocupa es el incremento de niños con miopía, cataratas y ojos secos.
Solo en casos de miopía, la Comisión Nacional de Salud Ocular calcula que el 10 por ciento de los estudiantes empieza a padecerla, pues esta enfermedad es propia de aquellas personas que exponen la vista por tiempo prolongado a lecturas a corta distancia, ya sea en una computadora o en un libro.
Aida Monzón, miembro de la Comisión Nacional de Salud Ocular, dijo que la realidad en Guatemala es dura en términos de salud visual, porque debido a la pandemia miles de pacientes diabéticos o hipertensos han dejado de comprar sus medicamentos y eso los ha llevado a padecer problemas de retina.
Sumado a eso, miles de estudiantes se ven obligados a pasar largar jornadas frente a una computadora o un teléfono celular para recibir sus clases, lo que propicia que estos empiecen a padecer miopía o catarata, sin importar la edad.
Debido a la problemática causada por la pandemia, autoridades de la Asociación Oftalmológica para la Prevención Contra la Ceguera (Visualiza) ven necesario que todas las personas que se exponen al brillo de las pantallas o dispositivos digitales sean evaluadas para descartar complicaciones de la vista y tomar las medidas necesarias para minimizar el impacto en la salud.
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Lisbeth Alcántara, representante de Visualiza, dijo que la miopía es una dificultad para ver de lejos y que estudios han demostrado que cuando se está por más de dos horas frente a una pantalla o leyendo un libro la situación empeora considerablemente, por lo que el aumento de casos durante la pandemia tiene sustento en esa teoría.
Agrega que los padres de familia o encargados juegan un papel fundamental en la salud visual de los niños, puesto que no se debe permitir que un menor de dos años tenga acceso a una pantalla de computadora, tableta o teléfono celular a menos que sea extremadamente necesario.
“De 2 a 7 años los niños no deben pasar más de una hora diaria frente a dispositivos, un poco mayores no más de una hora y media y de los 16 para arriba dos horas máximo”, agregó.
También dijo que en niños es común la fatiga visual, como ojos secos, enrojecimiento y dolor de cabeza y que las áreas con más incidencia son la capital y los cascos urbanos de las poblaciones, por la facilidad de acceso a dispositivos digitales.
En esas condiciones se recomienda a cada 20 minutos parpadear por 20 segundos sin parar. “En esos recreos que los niños tienen hay alejarlos de las pantallas, hay que hacer que miren al cielo para que la visión lejana no se vea afectada por falta de uso”, agregó por su parte Monzón.
Se dijo que hay proyecciones que para el 2050, el 10 por ciento de la población tendrá problemas para ver de lejos.