Estos espacios presupuestarios, en su mayoría, han servido para la compra de vacunas contra covid-19, enfermedad que a la fecha se contabilizan más de 352 mil contagios y más de 10 mil fallecidos.
No obstante los millonarios traslados para la adquisición de vacunas, hasta hoy, Guatemala ha recibido más donadas que compradas porque las que negoció el Gobierno no llegan, a pesar de que ya se pagaron cerca de Q614 millones por ocho millones de Sputnik V a la fabricante rusa Human Vaccine.
El programa bajo el cual están los recursos que se asignan para la pandemia es el de atención por desastres naturales y calamidades públicas que, con sus modificaciones, este año ya suma un presupuesto asignado de Q2 mil 502.8 millones, incluyendo la ampliación de Q1 mil 583 millones para la compra de vacunas, de los cuales, Q1 mil 500 millones aprobó el Congreso a inicios de año.
Aparte, Salud ya solicitó al Ministerio de Finanzas otros Q1 mil 500 millones más para este año, con lo cual, solo para la lucha contra el covid-19 se estarían utilizando más de Q4 mil millones, más o menos el presupuesto que se gastaba todo el Ministerio hace 10 años.
Partidas afectadas
En total, Salud ha restado espacio presupuestario a 32 partidas, entre estas algunas encargadas de temas muy sensibles como la atención médica por accidentes y violencia, que ha sufrido recortes por Q45 millones, en un año en el que prácticamente se ha retomado la normalidad; lo cual, en Guatemala, incluye percances, robos y asaltos.
Asimismo, resaltan recortes millonarios a la atención médica por enfermedades transmisibles, con Q17.6 millones menos; no transmisibles, Q33.1 millones; y la atención médica oncológica, con Q5.9 millones.
También sufrieron recortes, nueve de los 15 programas para la prevención de la mortalidad de la niñez y la desnutrición que suman Q71.8 millones, entre estos, los servicios de apoyo, monitoreo del crecimiento, dotación de micronutrientes para menores de 5 años y mujeres en edad fértil, así como los servicios de desparasitación.
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Además, también se les restó presupuesto a los cuatro programas que tienen que ver con la prevención y control de las enfermedades de transmisión sexual y del VIH-Sida, a los que se le quitó Q20.5 millones. Mientras que, a los que tienen que ver con la prevención y control de la tuberculosis también se les recortó Q13.1 millones.
Asimismo, entre otros programas que han sufrido recortes, está el de prevención y control de las enfermedades vectoriales y zoonóticas.
Acá, se le quitó presupuesto a los servicios para controlar y prevenir el dengue, chikungunya y zika por Q9.9 millones y para el combate a enfermedades zoonóticas, aquellas que son transmitidas de los animales a los humanos como la rabia o la leptospirosis.
Por último, en cuanto al programa de fomento de la salud y medicina preventiva, si bien es cierto tiene un aumento de Q102 millones, las modificaciones han favorecido a los servicios de apoyo al fomento de la salud y disminuyeron a renglones como la vacunación contra el virus del papiloma humano, Q3.7 millones menos, y la prevención y promoción de la salud con Q16.9 millones.
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Problemas
Para Adrián Chávez, analista y ex viceministro de Salud “era de esperarse” el impacto que la pandemia tendría en el sistema nacional de Salud y la necesidad de dar respuesta a la creciente demanda de pacientes covid-19 se refleja en las modificaciones presupuestarias, lo cual se traducirá en una disminución de insumos, medicamentos y suministros en los servicios que atienen estos padecimientos.
Por ejemplo, acotó, “al no contar con los recursos financieros para atender la desnutrición del país, los servicios de Salud tampoco contarán con los insumos necesarios para poder vigilar o atender a pacientes desnutridos”.
Chavez enfatizó en que “no debemos fijarnos solo en los contagios o muertes por covid-19”, sino también en quienes sufren otros padecimientos ya que, al no haber presupuesto para estos males los enfermos son “expulsados del sistema público y dejados a merced del mercado o la muerte ante la incapacidad de pagar por alguna atención”.
El analista citó un análisis del Laboratorio de Datos del 2020 elaborado hasta octubre, según el cual hay un exceso de mortalidad del 32.1% en todas las causas en relación con el 2019, lo cual se explica, no solo por el covid-19, sino también por el resto de los problemas que han sido desatendidos.
“Es lamentable”
La defensora del Derecho a la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos, Zulma Calderón, lamentó la serie de recortes que se han efectuado a distintos programas para la prevención de enfermedades puesto que este aspecto ya estaba descuidado antes de la pandemia y ahora “lo están terminando de matar”.
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Afirmó que los reacomodos presupuestarios son “incongruentes” con la realidad de un país que prácticamente ha retomado todas sus actividades con normalidad, a pesar de la emergencia por el covid-19, y cree que esto se debe a la falta de un plan integral de respuesta a la pandemia que a más de 500 días de reportado el primer contagio no se conoce.
“Entendemos que la prioridad es el covid-19, pero eso no exime de responsabilidades al Estado para que atienda el resto de los programas de forma paralela”, apuntó Calderón, quien considera que los recortes presupuestarios pueden derivar en la muerte de miles de guatemaltecos.
Desde un inicio de la pandemia, apuntó Calderón, el Ministerio de Salud debió prever que necesitaría contratar más personal y no lo hizo, y hoy en día es el mismo que hace pruebas, vacuna, y atiende el resto de las morbilidades.
“Aquí estamos condenados, o nos morimos por covid-19 o de otra enfermedad porque no hacemos bien ni una cosa ni la otra”, lamentó.
El Ministerio de Salud no respondió a las explicaciones planteadas por Prensa Libre respecto a que tanto se verán afectados los servicios, qué planes hay para evitar problemas o si los traslados presupuestarios son temporales.
