Los fondos provienen de modificaciones internas que la cartera hizo a su presupuesto, se redujo los montos asignados a cinco programas para canalizarlos al combate de la pandemia, entre ellos, el que atiende los casos de desnutrición infantil.
En ese monto se incluyen los Q800 millones de la ampliación presupuestaria que el Congreso de la República aprobó al Ministerio de Salud específicamente para la atención del covid-19, a través del Decreto12-2020, en abril pasado.
Pese a que se creó ese programa para asistir a la población en la emergencia, la ejecución ha sido mínima, hasta el 30 de junio a las 13 horas el Sistema de Contabilidad Integrada (Sicoin) del Ministerio de Finanzas mostraba que solo se había gastado Q52.8 millones, es decir, el 7.49 por ciento de la asignación.
Al hacer una revisión detallada de la ejecución del presupuesto por renglones se hace más evidente, por ejemplo, en lo que concierne a suministros e instrumental médico-quirúrgico, de laboratorio y cuidado de la salud que tiene un monto de Q394 millones se había desembolsado únicamente el 8.4 por ciento. Mientras que, en productos medicinales y farmacéuticos, que tiene Q323.3 millones, solo tenía ejecutado el 11.7 por ciento.
Con respecto a la baja ejecución, la cartera informó que las compras no están registradas de forma instantánea en el portal de adquisiciones del Estado, y se registran hasta que el proveedor genera un factura para que se vea el devengado y se refleje le ejecución.
Además, señaló que hay “mucha donación para los hospitales temporales” y no se evidencia en la ejecución. El ministerio también indicó que “algunas unidades” han hecho compras” y las han registrado dentro de los programas normales de ejecución como recuperación de la salud y no como insumos por la emergencia nacional.
“Actualmente ya se está haciendo el reordenamiento presupuestario que va a permitir que se refleje el gasto específico”, afirmó el MSPAS.
Carlos Barreda, jefe de la bancada Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), señaló que luego que las restricciones de movilidad fracasaron, la única reacción que queda contra el nuevo virus es el sistema de salud que está colapsado y que se refleja en la ejecución del presupuesto.
Por lo que señaló que fue la ministra de Salud, María Amelia Flores, fue citada el próximo jueves a las 9:00 horas para que explique qué acciones van a tomar para intentar combatir la epidemia, en qué plazo y marcar un horizonte de salida.
Evaluación de compras
Según el portal de Guatecompras, los hospitales públicos examinan varias ofertas presentadas para abastecer a su personal, entre las cuales resaltan batas descartables por la alta exposición a fluidos biológicos, algodón, sonda Foley, protectores faciales, entre otros.
El hospital Roosevelt evalúa la compra de una cámara de bioseguridad pediátrica para el trasladado de pacientes con conexión a suministro de oxígeno, mientras que el hospital temporal para atender pacientes de covid-19 de Zacapa analiza las ofertas presentas para adquirir 180 agujas para anestesia espinal, 200 agujas para bloqueo raquídeo, 60 conectores en T, 30 mascarillas y 30 mascarillas para ventilación mecánica no invasiva.
Asimismo, el hospital de Petén estudia las propuestas de los oferentes para adquirir protectores faciales y mascarillas KN95, y el hospital de Sayaxché también analiza las ofertas presentadas para comprar 250 pruebas rápidas de antígeno para detectar la covid-19.
El área de Salud de Izabal también evalúa las ofertas presentadas para adquirir 24 cilindros de oxígeno y 24 manómetros. Además, el hospital regional de Quiché analiza las propuesta del único oferente para comprar 250 pruebas rápidas para la detección de antígeno para el nuevo coronavirus.
Mientras que el hospital general de Tecpán evalúa las siete ofertas presentadas para adquirir 4 mil 800 batas descartables y el área de Salud de Huehuetenango también examina las tres propuestas de oferentes para comprar 800 bolsas para manejo de cadáveres.
Además, el hospital regional de Quetzaltenango también analiza la compra de 420 frascos para aspirador de flemas portátiles con capacidad de 1 mil centímetros cúbicos. No obstante, durante el estado de calamidad, la cartera de Salud ha adjudicado compras que luego ha anulado como la adjudicación de 500 mil ampollas de metilprednisolona succinato por Q19 millones.
A criterio de Adrián Chávez, analista y ex viceministro de Salud, acá no solo se trata de la baja ejecución y de la poca capacidad que han mostrado las personas responsables de las distintas unidades ejecutoras del ministerio, también hay que tomar en cuenta la escasa disponibilidad en el mercado de los insumos que se necesitan adquirir.
No dar la atención debida a la población también obedece a que la infraestructura de la red hospitalaria es insuficiente, el desborde de pacientes viene de tiempo atrás, y con la pandemia esto es más evidente. Además, no hay un nivel de atención primaria adecuado para que funcione como una alternativa para desfogar los hospitales.
A esa incapacidad de asistencia a la población se suma el agotamiento de los trabajadores de salud, que están desprotegidos al no contar con el equipo de protección personal para hacerle frente al virus. Teniendo la cartera los fondos, son ellos quienes invierten en su seguridad.
Protección insuficiente
El personal médico en diversas ocasiones ha denunciado de la falta de insumos para protección personal que tienen en los centros asistenciales, lo cual respalda la cuarta encuesta de disponibilidad de insumos y equipo de protección personal para trabajadores del sistema de salud frente al brote de covid-19, realizada del 8 al 12 de junio por el Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac), el Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala y el Colegio de profesionales de enfermería.
El estudio analizó 712 encuestas de trabajadores, el 59.7 por ciento de los participantes laboran en hospitales públicos y principalmente son médicos, 22.8 en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (Igss) y el 17.6 en el sector privado.
“De los 712 participantes en esta ronda, el 51 por ciento refirió la ausencia de uno o más insumos necesarios para obtener la protección indispensable de acuerdo con el tipo de actividad que realiza”, señala la encuesta. Además, el estudio indica que las batas descartables, las gafas protectoras y las mascarillas N95 son los insumos de los que más carece el personal médica.
En conclusión, el estudio indica que la disponibilidad de insumos y equipo de protección mejoró entre los encuestados porque ellos lo adquirieron.