La tragedia ocurrida hace tres años destrozó los sueños de varias familias, y algunas, pese al peligro, aún viven en las casas dañadas con la esperanza de tener un hogar. Es el caso de Cindy Hernández, quien vive en un inmueble deteriorado junto a su padre, Octavio Hernández, de 70 años, y sus hijos menores. Ellos permanecen aferrados a su casa porque es su único patrimonio.
Daños
La vivienda quedó dañada en el 2013 cuando el río Pinula arrastró el patio trasero y las casas contiguas fueron destruidas. Desde entonces, los Hernández se convirtieron en los únicos vecinos en habitar ese sector de la colonia.
La destrucción ocasionada en la casa los obligaron a reubicar los ambientes. En la actualidad la sala de la vivienda está a una altura de unos siete metros sobre la orilla del río.
La tragedia los obligó a construir otras habitaciones con láminas y madera en una vía de la calle y la banqueta. Las autoridades municipales autorizaron, por emergencia, que ocuparan esos espacios.
En lo que fue la fachada de la residencia de dos niveles se improvisó la colocación de unas escaleras de madera para subir a la terraza.
Otras tres familias cercanas a ellos sobreviven en similares condiciones.
Peligro
Los hijos de Hernández habitualmente juegan o ven la televisión en el ambiente de la sala. En esa habitación casi siempre hay una puerta cerrada, la misma que antes daba acceso al patio y que en la actualidad da paso a la ladera del Pinula.
“Como madre siempre estoy vigilando a mis niños porque el peligro lo tengo en todos lados, si un niño abre la puerta en la sala puede caer al río”, explicó.
En la habitación en la cual duerme la familia hay una ventana, y se puede ver desde ella como crece el caudal del río cuando llueve.
“Es un riesgo estar en esta casa, pero tenemos necesidad, no hay dinero para ir a alquilar o comprar una nueva”, se lamentó Hernández.
Desde la sala insegura o el dormitorio poblado se observa y hasta se escucha el torrente. “Cuando llueve, no duermo. Siempre ando atenta a los retumbos del río porque puede crecer y arrastrarnos”, relató.
El pasado 2 de septiembre Hernández grabó con su celular el momento en que el río aumento su caudal con las fuertes lluvias y destrozó las paredes de una vivienda deshabitada.
“Vivir aquí es demasiado peligroso. Mi hijo más grande se preocupa cuando llueve y se escuchan ruidos fuertes que vienen del río; lo abrazo para que no sienta miedo”, precisó.
En el 2014 y 2015 el río Pinula destrozó otras casas en el área, y la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres la declaró en alto riesgo.
Pese a las advertencias, la familia Hernández permanecerá en la vivienda que un día construyó con el anhelo de formar un hogar.
Por ahora lo hacen con miedo, pues la lluvia de las últimas semanas continuó socavando los cimientos de casas que, como la suya, están en la ruta del riesgo.
Riesgo latente
En el 2013, el cauce del río Pinula creció y destruyó 10 viviendas.
- El afluente dañó cuatro casas más en el 2014.
- En el 2015, seis casas que ya habían sido abandonadas fueron destruidas.
- Las familias afectadas que perdieron su patrimonio no recibieron ayuda gubernamental.
- La Conred declaró el sector 2 de Villa Hermosa 1 como de alto riesgo, por la destrucción que causa el río Pinula.
- En Villa Hermosa 1 quedaron sin vivienda 20 familias.
- Se cree que, en el área, unos 25 kilómetros cuadrados de terreno están en riesgo de inundaciones.
- La crecida del río se debe a la disminución de la filtración de agua en el suelo ya que cada vez más drenajes desfogan en él.
- Conred estima que unos 10 millones de personas a escala nacional son vulnerables a inundaciones.