Ana Victoria Román, coordinadora del Área de Nutrición y Micronutrientes del Incap, explicó que aparte de la Incaparina, existen más de 30 fórmulas de alto nivel nutritivo equivalentes a la leche y carne que desarrolló Bressani.
“Hace un mes todavía asistió al laboratorio del Incap. Estaba experimentando con ratas sobre fórmulas que les permitieran ganar peso a través de nuevos micronutrientes. Se puede decir que investigó hasta el último día de su vida. Todos lo recordarán como un genio”, afirmó.
Legado científico
“Galletas y harina con alto contenido de nutrientes forman parte del trabajo de mi padre. Nunca descansó; buscó soluciones para aplacar el hambre”, expresó durante la inhumación su hijo Rolando Bressani.
Román añadió que Bressani, además de ser un científico excepcional, fue un padre ejemplar y siempre tenía tiempo para su familia y los estudiantes que querían conocer su trabajo.
A pesar de que en los últimos tres años tenía problemas de visión, jamás dejó su pasión por la ciencia. Su trabajo sentó las bases de la nutrición de Centroamérica, fundamentada en el consumo de frijol, maíz y hierbas.
Su mayor descubrimiento fue la combinación ideal de proteína: 70% de maíz y 30% de frijol. Esta fórmula se ha usado en África y Asia, y le ha dado la vuelta al mundo. También contribuyó en la fórmula del Vitacereal, que se utiliza en el Pacto Hambre Cero. Este alimento es accesible para la gente de escasos recursos.