La investigación cuantitativa evidencia que el 21.5 por ciento de la población mayor de 15 años -11 millones 562 mil 470 según estimaciones al 2022- se contagió en algún momento desde que se reportó el primer caso en el país, el 13 de marzo del 2020, y que el virus comenzó a esparcirse en el país con escaladas en ciertos meses, provocando las llamadas olas de covid-19.
Karin Slowing, de Laboratorio de Datos, indicó que el subregistro ha ocurrido en todos los países durante la pandemia y las razones son varias, como que un 40 por ciento de los casos son asintomáticos, mientras que otros son leves y las personas creen no tener la enfermedad, sumado a la poca accesibilidad que hay a pruebas para detección del virus.
“La subestimación no permite conocer el verdadero alcance y riesgo que tiene la población ante el covid-19, tampoco permite planificar para atender los casos más graves, porque no está estimado adecuadamente el tamaño del problema y la respuesta que el Sistema de Salud debería tener”, indicó Slowing.
José Ortiz, del Observatorio de Covid-19 en Guatemala, refirió que no es normal que haya una cifra alta de subregistro, pues a dos años de pandemia el Ministerio de Salud ya debería haber mejorado la vigilancia epidemiológica.
Mientras que Slowing señaló que desde Laboratorio de Datos han calculado que el subregistro puede llegar a 5 millones de casos, Ortiz dijo que sus estimaciones son que por cada paciente positivo hay 19 sin diagnosticar.
Una radiografía de los datos, durante los dos años de pandemia, muestra tres momentos en que los contagios llegaron a su pico más alto. Entre junio, julio y agosto del 2020 ocurrió la primera ola, momento en que el Sistema de Salud colapsó ante una enfermedad desconocida y con una tasa de letalidad de 6.9, por cada 100 infectados. En esos tres meses murieron 3 mil 812 personas.
La curva de contagios y decesos comenzó a descender, y hubo picos en meses que coincidieron con las fiestas de fin de año y Semana Santa, pero a partir de junio del 2021 de nuevo los casos subieron de manera desproporcional, la presencia de la variante delta en el país fue la causa. Con características de ser más virulenta se convirtió en la predominante en Guatemala y desencadenó la segunda ola. Los casos positivos superaron los 105 mil en agosto pasado, y las muertes fueron 2 mil 165.
Tras esa escalada de infectados, los reportes comenzaron a bajar hasta que en enero de este año se observó otro incremento de contagios, más de 65 mil durante ese mes, y el siguiente superó los 86 mil reportes. El ingreso de otra variante, ómicron, mantiene los números al alza. Más contagiosa que delta, pero menos severa, en síntomas y letalidad, que en enero y febrero fue de 0.2 y 0.3, respectivamente. El descenso de casos da un guiño de que esta ola está por pasar.
A lo largo de la pandemia de covid-19 más de 17 mil guatemaltecos perdieron la batalla contra la enfermedad. El primer deceso ocurrió el 15 de marzo del 2020.
¿El virus se ha centralizado?
Este estudio de ProDatos alcanzó tanto a población urbana como a rural para tener una visión más general de la actitud de los guatemaltecos hacia el coronavirus. Los resultados muestran que la pandemia no ha llegado con la misma magnitud a la provincia.
Los datos revelan que en el área metropolitana tres de cada diez personas se han infectado de covid-19, la proporción se mantiene en el interior urbano. Sin embargo, en el área rural el virus parece haber tenido menos alcance, pues una de cada 10 personas señala que se ha enfermado.
De acuerdo con Slowing, el fenómeno mundial de la pandemia es que debe darse una interacción muy cercana entre las personas para contagiarse, lo que lleva a que la transmisión del virus sea alta en espacios cerrados, con mayor densidad poblacional y menos ventilados, de ahí que en la provincia se reporten menos casos positivos.
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Pero el que no estén registrados no implica que no haya contagios en el área rural. Ortiz es de la opinión que el escaso acceso a información y a las pruebas para detectar el covid-19 mantienen a esta población fuera del registro oficial, un problema que Salud Pública no ha resuelto, y se debe atender, pues “la capital es el reflejo de lo que ocurre en los departamentos, no puede haber excepciones, sobre todo en cabeceras municipales, donde existe mayor densidad poblacional”.
Por otro lado, la población de 45 a 54 años es la que más se ha infectado, cerca de cuatro de cada 10, mientras que en los mayores de 55 años los contagios son uno de cada 10. Si se observa por género, la proporción es similar. Los hombres que dijeron haber contraído covid son el 19.9 por ciento, y entre las mujeres, el 23.1 por ciento.
