El plan del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) para prevenir, contener y responder a casos de covid-19 da cuenta de que al mes de marzo Guatemala contaba con 46 hospitales; además con más de mil 200 puestos y centros de salud, así como 232 clínicas y centros de atención en el país.
Asimismo, el recurso humano con el que cuenta el Ministerio suma 60 mil 475 personas, una pequeña parte médicos, el 11 por ciento. El grueso de personal son auxiliares de enfermería, mientras que una pequeña porción son enfermeras profesionales y se cuenta a casi tres mil técnicos en ese mismo ramo.
Sin embargo, probablemente el rubro que más preocupa es el de camas y respiradores.
Según Salud, a la fecha cuentan con 443 camas para la hospitalización de pacientes con covid-19, de las cuales 319 están en el hospital instalado en el Parque de la Industria y 124 más en Quetzaltenango. Además actualmente se construyen otros dos hospitales, uno en Mazatenango, Suchitepéquez, y otro en Petén, pero aún no se conoce la disponibilidad de camas con las que contará.
De igual forma el Ministerio tiene una disponibilidad de 56 respiradores, un insumo vital para atender y salvar la vida de pacientes graves.
Los datos preocupan, sobre todo si nos comparamos con otros países. Por ejemplo, un informe del Banco Mundial señalaba que, en 2018, Guatemala era el penúltimo lugar en Centroamérica, solo detrás de Honduras, en cuanto a la disponibilidad de médicos por cada mil habitantes, apenas 0.4.
En cuanto a camas, el último dato disponible que es de 2014 cuando la población era menos, el mismo reporte lo ubica en 0.6 por cada mil habitantes, acá sí, el peor lugar del istmo.
En el plan, el propio MSPAS reconoce que puede “disminuir la eficiencia de la respuesta” si llegara a surgir una elevada demanda de recursos humanos y equipo por eventuales brotes de considerable magnitud por esta epidemia.
Sumado a ello, enfatiza el plan, se debe considerar que el agua adecuada para el consumo humano también es limitada en todo el país, así como deficiente es la costumbre de mantener hábitos de higiene como lavado de manos o el manejo adecuado de la tos, patrones que podrían “ser el detonante para la diseminación de esta enfermedad viral”.
Adrián Chávez, analista
Entrarán más
Sin embargo, el Gobierno de Guatemala asegura que está por adquirir por lo menos 200 ventiladores, justo en el momento en que le presidente de EE. UU., Donald Trump, ha pedido públicamente que prohíba la exportación hacia Latinoamérica de los “escasos” insumos médicos fabricados en ese país, debido a la emergencia que atraviesa.
En una conferencia de prensa el pasado domingo, autoridades confirmaron que disponen de Q500 millones para la compra de medicamentos, materiales y suministros médico-hospitalarios.
“Los hospitales nacionales tienen el equipamiento y van a funcionar”, aseguró Carlos Sandoval, secretario de Comunicación Social de la Presidencia.
Asimismo, precisó que el personal médico contará con todo el equipo para garantizar su seguridad, como batas, guantes, mascarillas, botas y zapatos especiales, además trajes protectores exclusivos para ser utilizados en áreas donde hay concentración de pacientes con covid-19.
Atender recomendaciones
El analista Adrián Chavez expuso que Guatemala se encuentra en un punto de inflexión en el cual “tenemos que atender las recomendaciones o nos convertimos en focos de infección”, con lo cual se comprometerá la salud de nuestras familias.
Para Chávez, considera probable que las medidas que ha adoptado el Gobierno sean superadas y el covid-19 “seguirá avanzando y amenazando con terminar de socavar la limitada capacidad del sistema nacional de Salud”.
Añadió que, de los 60 mil trabajadores de salud, una gran cantidad se dedica a servicios administrativos y que las camas para tratar a pacientes con coronavirus así como los 56 ventiladores “serán insuficientes si esto estalla”.
“No podemos estar tranquilos en un país donde la mayoría de los niños pueden tener comprometido su estado inmunológico a causa de la desnutrición, y en un país donde la gente está muriendo por enfermedades cardiovasculares, enfermos renales y neoplásicos y están inmunocomprometidos”, concluyó Chávez.
Evitar los brotes comunitarios
El 25 de marzo pasado, expertos de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de San Carlos elaboraron un modelo que estimaba que, para el 12 de abril podrían registrarse más de ocho mil casos.
Consultados los expertos que elaboraron el modelo, destacaron que lo más importante era evitar que los contagios escalaran a una transmisión comunitaria ya que de lo contrario, las medidas de contención de la epidemia y el confinamiento tendrían que ser más rígidos.
No obstante, apenas el domingo el Gobierno reconoció el primer caso de contagio comunitario en Patzún, Chimaltenango, por lo cual la localidad se encuentra sitiada y no se permite ni la salida de sus pobladores ni el ingreso de personas que no son originarias de ahí.
El modelo explica, según sus diseñadores, que “el distanciamiento social es una medida efectiva para bajar el número de contagios, -ya que- si disminuye la interacción entre personas, disminuirá el número de personas contagiadas”.