Tiene 43 años y afirma que para todo el equipo ha sido difícil esta pandemia desde el primer caso que atendieron el 20 de marzo 2020.
Dijo que ha sido duro para todos, tanto en áreas físicas y trabajo “en todo sentido ha sido bien difícil”.
En junio del 2020 resultó contagiada de covid-19 cuando pasó por su primera rotación en el área de coronavirus.
Recuerda que hubo hacinamiento y falta de oxígeno, pero poco a poco fue mejorando esa condición en el hospital.
Estuvo internada en el Seguro Social y estuvo tres días grave en su casa. Tuvo soporte de oxígeno y 11 días internada en un hotel.
“Psicológicamente fue muy duro, porque después de estar suspendido tienes que regresar de nuevo a las áreas a trabajar, cosa que nadie quería porque todos teníamos miedo”, manifestó.
Recordó que compañeros fallecieron por esta enfermedad, “gracias a Dios nosotros lo estamos contando”.
Dijo que entre las secuelas que sufre están caída de cabello, dolor en los pulmones y el tórax. Y otras secuela es que actualmente sufre de catarro y es grave.
Recibe vacuna contra el covid-19
En medio de las secuelas ve la esperanza, pues este viernes 26 de febrero recibió la vacuna contra el covid-19.
Dio gracias a Dios por haber sido vacunada y pide que esta enfermedad se termine.
“Para los que no creyeron esta enfermedad sí existe y ha matado”, externó la enfermera, quien pidió a las personas que no tengan miedo de la vacuna.
Decidió vacunarse para estar sana y porque tiene familia.
Manifestó que es muy diferente “estar del otro lado de la moneda”, es decir, de enfermera a ser paciente. Cuando estuvo internada la pasó en soledad, pues los familiares no tuvieron acceso para verla.
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Dijo que en lo personal la marcó el aislamiento, la negación de la sociedad, porque nadie se le acercaba por el mismo temor.
Externó que muchos pacientes han muerto en la soledad.